¿Es este premio un reconocimiento doble: por un lado a los 20 años de creación del museo y, por otro lado, a su labor para atraer el turismo
Sí, ha sido muy emotivo por esa coincidencia: uno por el trabajo que ha sido inmenso en los últimos años, por caminar con el crecimiento turístico de la ciudad y ser un recinto que acoge a los miles de turistas y a la población local que nos visita. Y por otro lado, porque el próximo mes de diciembre hacemos 20 años de tener abierto el museo. También es un reconocimiento a todos los que han pasado y han hecho su labor estos años, desde la dirección a todos los empleados.
En mi opinión, el museo se ha consolidado como una referencia de ocio turístico y cultural en la ciudad. No en vano, hace dos años se hizo la reunión de todos los museos de la ciencia aquí en Las Palmas y se puso en evidencia la posición de liderazgo del Elder en el panorama nacional. Ha sido una evolución, de pasar a divulgar un contenido a ser una de las principales referencias turísticas de la capital.
¿Es el museo Elder
Sí, y además también es un atractivo de nuestra propia identidad e idiosincracia. El Museo Elder es un museo de ciencia y tecnología que también divulga nuestro propio patrimonio, es decir, cómo hemos evolucionado como sociedad canaria con nuestras propias condiciones y peculiaridades. Creo que esa diferenciación es la que ha hecho que el crecimiento haya sido exponencial, y eso nos ha gustado porque al final entra en lo que todos queremos para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria: ser una ciudad agradecida, hospitalaria, que acoge y tiene muy buenos servicios, pero además servicios propios donde se refleja la identidad de los que vivimos aquí.
Y esto que me dice es algo que comparten con el resto de museos de la ciudad y de la Isla...
Efectivamente, los museos tenemos una obligación, que es compartir nuestro propio patrimonio. Y yo creo que la red de museos de Gran Canaria es digna en calidad y en contenido, estamos hablando de una casi excelencia que difícilmente se puede ver en otros recintos, y en ese aspecto Gran Canaria tiene ese sello turístico de excelencia.
¿Qué significa para los empleados un reconocimiento como este?
Bueno, nos hemos sentido muy emocionados, muy distinguidos. Es una palmadita en la espalda, un reconocimiento a años de trabajo, de estar día a día recibiendo a miles de visitantes. Pues, como te imaginarás, para nosotros ha sido muy emocionante.
El lema del museo es "Prohibido no tocar", ¿cómo ve la respuesta que tiene el turista hacia las posibilidades que ofrece el Elder?
La respuesta es positiva. La hemos detectado en las plataformas virtuales. El 65% de nuestros visitantes son turistas, sean peninsulares o extranjeros. En esa interacción con los contenidos que propone el Museo Elder, el visitante descubre por sí mismo los conceptos relacionados con la ciencia y la tecnología, pero también la identidad que en este campo propone la ciudad y el Archipiélago canario en su conjunto, nuestras formas de resolver problemáticas como la penetración de energías renovables o la desalación del agua del mar.
¿Llama la atención del turista la idiosincracia canaria, el hecho de ensalzar lo nuestro en la oferta museística del Archipiélago?
Canarias tiene un buen escaparate museístico, en el que se divulga nuestras costumbres, nuestro patrimonio, nuestras tradiciones. Por encima de otros lugares del mundo en el que su oferta está más basada en sus obras de arte, en lo que ofrecen en determinados momentos, los canarios nos enfocamos más a mostrar nuestra propia identidad. Y esa diferenciación llama mucho la atención del turista, marca otro nivel con respecto a otros lugares de España, al igual que en alojamientos turísticos, en las playas o el medio ambiente. En definitiva, lo que ha convertido a Canarias en un referente turístico nacional e internacional.
