La ciudad proyecta dos diques semisumergidos para proteger al barrio de San Cristóbal de la capital grancanaria de la fuerza de las mareas y la previsible subida del nivel del mar como consecuencia del cambio climático. Así lo ha adelantado el concejal de Ciudad de Mar del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, José Eduardo Ramírez, como parte de las medidas que piensa tomar el Consistorio para proteger este enclave marinero y, al mismo tiempo, mitigar los posibles efectos que provocará el calentamiento global en las próximas décadas.

El barrio se encuentra en la actualidad altamente castigado por el océano. Los vecinos llevan años reclamando al Ayuntamiento que reparen el paseo marítimo, dado su estado de deterioro. Hasta tal punto que las olas han cavado huecos de grandes proporciones bajo el mismo y se han cargado los accesos peatonales a la playa. Con la medida planteada, la concejalía de Ciudad de Mar busca una solución a largo plazo. "El proyecto de unos diques semisumergidos ya está encargado a los técnicos a fin de encontrar una protección más duradera", explica Ramírez.

San Cristóbal mide de un extremo a otro poco más de un kilómetro de largo. Este vecindario de fuerte raigambre marinera se encuentra encajonado entre la Avenida Marítima y el Atlántico, por lo que esta completamente expuesto a las mareas. Más teniendo en cuenta que no goza de la "defensa" de los diques del Puerto de La Luz. Motivos que han llevado al Ayuntamiento a llevar la iniciativa. "Gran parte de la ciudad ya está protegida por el Puerto, en estas zonas no habría tantos problemas, pero en San Cristóbal sí vemos necesario actuar", apunta el concejal.

Para ejecutar el proyecto antes tendrá que pasar el filtro de la Demarcación de Costas. Previamente, el Consistorio realizará una serie de actuaciones menores para poder arreglar los graves desperfectos del paseo, una actuación que también sigue pendiente del "visto bueno" del Ministerio para la Transición Ecológica.

Ramírez señala esta primera actuación como de carácter "urgente", dada la demanda del barrio de una mejora al respecto. Aunque indica que esta deberá complementarse con la construcción de los futuros diques. Estos, además de proteger el colorido vecindario, mitigarán la acción del mar en los históricos muros del torreón de San Pedro Mártir, una edificación militar del siglo XVI que en marea alta queda totalmente aislada en el mar.

Hay expertos que ya han calculado cuánto podría subir el nivel del mar en la capital grancanaria en las próximas décadas. El oceanógrafo José Ignacio Alonso Bilbao señala que este podría ascender unos 18 centímetros de aquí al año 2040. Un dato basado en el análisis de las cifras que arroja el mareógrafo del Puerto, el cual ha registrado una subida de 13,5 centímetros en los últimos 23 años, indica Alonso.

En relación a estos datos, Ramírez señala que este escenario "les preocupa" pero que "a corto plazo no hay que alarmarse". Y que, por el momento, se están llevando a cabo "labores de concienciación" para luchar contra el cambio climático y "mitigar" sus posibles efectos.

Mientras tanto, el Ayuntamiento plantea volver a ganarle terreno al Atlántico después de varias décadas sin hacerlo. La nueva ampliación de la Avenida Marítima para poder dar cabida a los carriles de uso exclusivo de la MetroGuagua a su paso por el barrio de Vegueta se une a las actuaciones que ya se efectuaron en la capital entre las décadas de 1960 y de 1980. Expertos como Alonso Bilbao o José Antonio Jiménez ya han señalado en diversas conferencias y estudios sobre la materia que zonas como esta corren riesgo de inundaciones en un futuro no muy lejano como consecuencia indirecta del cambio climático.

Jiménez indicó en una conferencia que organizó el año pasado Ciudad de Mar y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que la potabilizadora se podría inundar una media de dos o tres veces al año en unas décadas. Al mismo tiempo, este ingeniero en gestión de costas señaló que tanto la central de Jinámar como la Avenida Marítima necesitarán nuevas escolleras protectoras.

En esta misma línea, la experta en gestión de costas Teresa Carreira asegura que son playas urbanas como la de Las Canteras los lugares que más podrían sufrir los efectos del cambio climático y la subida del nivel del mar. "En los ecosistemas naturales esto no pasa, porque el arenal tendería a irse hacia el interior, pero en este caso hay una infraestructura que lo impide", apunta.

El edil de Ciudad de Mar señala, por su parte, que "en principio es muy difícil tomar medidas preventivas en un ecosistema como el de Las Canteras, porque podríamos alterar la biodiversidad que existe hoy". No obstante, la desaparición de zonas como La Cícer es una de las cuestiones que más preocupa, algo que se podría suplir de manera "provisional" con traslados de arena.

A falta de estudios exhaustivos sobre los efectos en la capital de este fenómeno, Carreira indica que un aumento del nivel del mar podría provocar inundaciones en el litoral en etapas de "fuerte oleaje" a lo largo de este siglo. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estimado, siempre en el peor de los escenarios, una crecida del océano de hasta 32 centímetros en 2050 y de prácticamente de un metro para el 2100. Unas medidas aplicadas al conjunto del planeta que podrían ser más benévolas si las emisiones de CO2, entre otros gases, disminuyen, según detalla la experta en Costas.