El Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria solicitará, en el próximo pleno del 25 de octubre, que el barrio de San Francisco sea objeto de un plan de reposición, que palíe “las graves carencias” que presenta y que en la mayoría de las ocasiones tienen como raíz común el urbanismo de la zona, con unos bloques en “pésimo estado”. Los populares denuncian los problemas de inseguridad, venta de drogas o suciedad que sufre el barrio.

La moción será defendida por la edil del Partido Popular (PP) María Amador, quien explica que el primer paso que hay que dar consiste en realizar un estudio sociológico del barrio de San Francisco “que sirva de base para determinar el estado de las viviendas y las condiciones socioeconómicas de familias”, de forma que constituya el inicio de la elaboración del plan de reposición para el barrio.

El municipio ya tiene experiencias positivas en los que barrios como El Polvorín, o más recientemente con las viviendas del patronato de Tamaraceite, han visto cómo se reponen viviendas antiguas, en la mayoría de los casos construidas en los años 50, por nuevos bloques que se ajustan a los estándares de calidad y constructivos exigibles actualmente.

Sin embargo, al tratarse de un proceso que no será corto, los populares solicitan que en el orden inmediato el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria “aplique un plan de choque de los servicios básicos que cubra las necesidades existentes en el barrio de San Francisco, tales como limpieza, red saneamiento y pluviales y salud pública”.

“Hace apenas dos semanas estuvimos visitando el barrio y la realidad es dura”, explica Amador, quien destaca que el barrio presenta una importante degradación que engloba distintos aspectos, empezando por el urbanismo “y siguiendo con la calidad de vida en todas sus derivadas”, como la recogida de basuras, los asfaltados o la presencia regular de policía.

“La ciudad tiene una deuda con San Francisco y cuanto antes la saldemos, mejor hablará de nuestra ciudad y del trato que le da a sus vecinos”, enfatiza Amador, quien relata que este plan se justifica “con tan solo dar un paseo por la calle Gobernador Marín Acuña, para ver fachadas que se están cayendo, casas que presentan humedades y grietas, sótanos que terminan por ceder”, todo ello apenas a un kilómetro del corazón de nuestro casco histórico.

“Todos los grupos de gobiernos y corporaciones hemos pasado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estamos en deuda con los vecinos del barrio. Ellos no piden más de los que se le da otros barrios pero sí disponer, al menos, de lo mismo”, concluye Amador.