El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria inició ayer el proceso de información pública del Mapa Estratégico del Ruido (MER), tras haber sido aprobado inicialmente por la Junta de Gobierno el pasado mes de julio. Según este informe, hay muchos barrios capitalinos en los que conciliar el sueño es complicado por el ruido nocturno. No obstante, hay algunos remansos de paz como son los Riscos, las zonas peatonales de Triana y Vegueta o algunos barrios de Ciudad Alta como Copherfam, Lomo Apolinario, la zona interior de Schamann o Altavista.

El nivel de ruido máximo permitido por la noche según el Consistorio capitalino no debe superar, en principio, los 55 decibelios. Sin embargo, en la mayor parte de la ciudad hay niveles superiores, sobre todo debido a la presencia cercana de infraestructuras viarias. El entorno de las grandes autopistas que transitan por la ciudad (la GC-1, GC-2, GC-3 y los viales que las conectan) es el que mayor contaminación acústica tiene, rebasando los 70 decibelios. Mientras que algunos de los principales viales urbanos también soportan altos valores, como pueden ser Bravo Murillo, Venegas, Pintor Felo Monzón o Avenida de Canarias, entre otras.

No obstante, todavía quedan núcleos capitalinos en los que sus vecinos pueden dormir sin tener que escuchar tanto jaleo en el exterior. En las calles peatonales de la ciudad, como Triana y sus alrededores o las inmediaciones de la Catedral en el casco histórico de Vegueta, el ruido está por debajo del margen que marca la legislación sonora. Lo mismo ocurre en varios barrios de los riscos palmenses, como San José, San Juan, San Roque, San Nicolás y San Francisco. Más allá de estos lugares, otros como Ciudad Jardín, Altavista, Vega de San José o Lomo Apolinario, aunque dentro del umbral de peligro, no presentan tanta contaminación acústica como otras zonas.

Tampoco tienen altos niveles de ruido las calles que rodean a la Plaza del Pilar, en Guanarteme, las calles de El Lasso, Casablanca I y Salto del Negro, en el Cono Sur, Copherfam, o la manzana entre la calle Pedro Infinito y Mariucha, en Schamann.

Por otro lado, otros barrios que se presumen más tranquilos porque no tienen vías tan concurridas, presentan niveles inusitadamente altos. Es el caso de La Isleta, cuya arteria principal -la calle Faro- supera los 65 decibelios en varios tramos, Las Rehoyas, Pedro Hidalgo o la Cuesta de Ramón, antes de Mercalaspalmas. La presencia de la GC-2 también hace que Costa Ayala sea poco apacible para dormir, como ocurre con la Feria o Cinco Continentes por culpa de la GC-23.