La capital grancanaria amaneció ayer con una sucesión de estallidos y estruendos que sacaron a más de un vecino de la cama. Un incendio devoró parte de un desguace y chatarrería de vehículos en el polígono industrial Lomo Blanco, en el barrio de Las Torres. La presencia de una gran cantidad de neumáticos provocaron las explosiones, al ser estos de un material altamente inflamable que al calentarse "revienta", según indicaron fuentes de Bomberos. Precisamente, la peligrosidad de la situación obligó a los cuerpos de seguridad y emergencias a desalojar las naves colindantes por precaución, al mismo tiempo que se cerraron al tráfico las calles colindantes.

"Estábamos repartiendo la mercancía del día en tiendas de Siete Palmas cuando escuchamos desde allí las primeras explosiones", señaló uno de los trabajadores de la fábrica de golosinas Hermach, una de las dos empresas que tuvieron que evacuar sus naves ante el temor de una propagación de las llamas. La voz de alarma se dio pasadas las seis de la mañana. El fuego se había desatado en un espacio abierto en la trasera de la sede de Recuperadora Canaria de Chatarra y Metales, en la calle Arinaga.

Los 25 efectivos de Bomberos que se desplazaron hasta el polígono industrial -entre suboficial, sargento, cabos y agentes- lucharon contra las llamas durante toda la jornada. Minutos después de las 10 y media de la mañana lo dieron por controlado y unas dos horas más tarde ya estaban apagando el último de los focos, el cual se encontraba en el interior de un contenedor de unos 12 metros de largo. Este estaba repleto de chatarra y preparado ya para ser trasladado, según informaron fuentes presentes en las labores de extinción.

La incesante lluvia que cayó sobre la capital grancanaria durante buena parte de la mañana colaboró enormemente a la hora de disipar la humacera, la cual se llegó a confundir con la neblina baja, y apagar las llamas situadas en el exterior de la nave. No obstante, la columna de humo que originó el incendio se elevó decenas de metros, por lo que esta pudo ser visible varios kilómetros a la redonda, tal y como compartieron numerosos curiosos a través de las redes sociales.

El fuego calcinó multitud de coches, motos y otros tipos de vehículos que estaban a punto de ser desguazados. En la parcela también había gran cantidad de neumáticos, insecticidas y además ardieron hasta 18.000 litros de aceite -12.000 de origen vegetal y 6.000 mineral-, según explicaron los Bomberos, materiales que sirvieron de combustible durante varias horas a la gran columna de humo, de un negro intenso por momentos.

Por el momento se desconocen las causas que han originado este incendio. Un retén de bomberos se quedó en la nave durante toda la tarde para enfriar la zona y apagar los últimos rescoldos en el interior del citado container, hasta dar por extinguido el fuego al final del día, según indicaron fuentes municipales.

El siniestro no provocó daños personales, tan solo materiales, aunque la estructura de la chatarrería no sufrió grandes consecuencias. Hoy le tocará a la empresa evaluar la situación. Este negocio cuenta con unos 30 trabajadores, quienes, en su mayor parte, esperaron con resignación bajo la lluvia mientras veían cómo los bomberos actuaban y retiraban del interior materiales inflamables, bombonas sobretodo.

Poco antes de las dos de la tarde la Policía Local, quienes se encargaron del dispositivo de tráfico y seguridad en las inmediaciones del siniestro, levantó las restricciones en las vías adyacentes a la nave. A saber, Arinaga, Azuaje y el tramo de Agualatente entre ambas, todas situadas en la parte superior de Las Torres.

También volvieron sobre esa hora los trabajadores de las dos naves desalojadas, tanto los de Hermach, como los de Molinera Schamann, del grupo Capisa. Samuel Marrero, director general de esta última empresa, señaló que los daños producidos por el incendio en su parcela "no son dignos de mención", igualmente indicó que lograron repartir a primera hora de la mañana la mayor parte de los pedidos a sus respectivos clientes, de tal forma que "no hubo desabastecimiento" en las panaderías donde son proveedores de harina.