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De remolcador a yate de lujo

El 'Genesia', que el año pasado se alzó con uno de los principales premios internacionales del sector, realiza una escala en Gran Canaria

El yate 'Genesia', atracado en el muelle Sanapú del Puerto de La Luz, ayer. JOSÉ CARLOS GUERRA

La intensa temporada otoñal de yates de grandes dimensiones que está viviendo en 2019 el Puerto de La Luz cuenta desde ayer con uno de sus ejemplos más peculiares, el Genesia, que permanece atracado en el muelle Sanapú en una escala técnica. A pesar de su aspecto tosco, más parecido al de una unidad de apoyo a la industria offshore que al de un buque de lujo para realizar viajes de placer, esta embarcación de bandera italiana es uno de los yates más destacados de los últimos años y su particular diseño ha sido reconocido con algunos de los galardones más destacados de este exigente sector.

El Genesia, que llega desde Gibraltar y cuenta con Intercop como agencia consignataria durante su paso por el Puerto de La Luz, pasa por Gran Canaria para una escala de avituallamiento. Hasta el viernes, día para el que tiene prevista su partida, permanecerá en el Sanapú para reponer combustible, aceite y un descanso de la tripulación. A continuación tiene previsto continuar su ruta con destino a Martinica.

El trabajo para dar forma al Genesia es uno de los más destacados llevados a cabo en el sector de las remodelaciones de cruceros en todo el mundo en los últimos años, lo que le granjeó en 2018 el premio al mejor refit en los World Superyacht Awards que organiza cada año la revista especializada Boat International. Fue construido en Chioggia, al sur de Venecia, y presentado en el Monaco Yacht Show de 2017 con un éxito rotundo, a pesar de lo arriesgado de su propuesta.

El que ahora es un yate de expedición, preparado para surcar mares complicados o realizar largas travesías oceánicas sin repostar, nació en realidad más de una década atrás como barco de apoyo de la clase Ievoli en unos astilleros de Térmoli, al sur de Italia, pero la bancarrota de la atarazana estuvo a punto de llevarlo a pique. El armador del Genesia llevaba algún tiempo buscando un concepto de diseño diferente para su nuevo barco con la firma romana Vallicelli Yacht Design, por lo que cuando surgió la posibilidad de comprar el casco del futuro Genesia a precio de saldo en la subasta de liquidación del astillero no lo pensó: aquel diseño era el que había estado esperando.

Fueron muchas las modificaciones necesarias en el casco del Genesia para adaptarlo a su nueva misión. Además de colocar un bulbo en la proa que reduce el consumo de combustible, el rediseño alcanzó a la popa, cuyo espejo fue desmontado para colocar unas escaleras similares a las de otros yates desde las que se accede a una 'playa', y a los espacios interiores, que cuentan con capacidad para 10 pasajeros en seis camarotes.

El yate tiene ahora 40 metros de eslora, 10 de manga y tanques con capacidad para almacenar 177.000 litros de combustible y otros 25.000 de agua fresca. Estos depósitos, unidos al gran rendimiento del barco, dan como resultado una gran autonomía: de acuerdo con las pruebas de mar, es capaz de superar las 9.000 millas náuticas sin repostar a 10 nudos y alcanza las 10.000 a ocho.

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