Hace unos meses, concretamente el pasado agosto, la Cumbre copó portadas e informativos por el gran incendio que arrasó miles de hectáreas de terreno y tuvo en vilo a toda la Isla, especialmente a aquellas personas que viven en las áreas más cercanas por las que pasaron las llamas. Ayer, esta zona volvió a ser la protagonista de la jornada por el homenaje que el Grupo Dinosol quiso rendir a todos los pueblos afectados por el fuego a través de su tradicional belén en el que se evocan paisajes y arquitecturas de Valleseco, Agaete, Artenara, Moya, Tejeda, Gáldar, San Mateo y Santa María de Guía.

El Nacimiento está compuesto por unas 500 piezas creadas y colocadas por el belenista Fernando Benítez y su mujer Soraya. Una creación en la que esta edición destaca la maquinaria especial parar generar los efectos del día y de la noche que permiten ver cómo el cielo pasa de tornarse en azul durante el amanecer a rojo en la puesta de sol. Asimismo, se pueden ver las nubes moverse con diferentes formas al igual que lo hacen muchas de las figuras que componen esta iniciativa que, desde hace tres años, tiene un carácter solidario.

Así lo recordó la directora de la Fundación Dinosol, Virginia Ávila, durante la inauguración del belén que cuenta con un elemento muy especial: una urna. Los donativos que se recauden en ella hasta el final de las fiestas irán destinados a la Asociación de Cáncer de Mama y Ginecológico, por su labor y dedicación en la prevención y lucha contra esta enfermedad. Su presidenta, Marisa Herrera, fue una de las presentes en el acto en al que también asistieron la consejera de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo de Gran Canaria, Minerva Alonso; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo; así como el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera.

El acto, que estuvo presidido por los hermanos José Abraham y Andrés Domínguez que estuvieron arropados también por el consejero delegado, Javier Puga y la presidenta de la Fundación Dinosol, Davinia Domínguez; arrancó con la lectura de un poema a cargo de Santiago García Ramos. Un villancico y la bendición de Cabrera completaron la ceremonia con la que se dio por abierto de forma oficial el Nacimiento, previo corte de cinta.

De este modo, los presentes pudieron disfrutar de un pequeño recorrido en la entrada del establecimiento de Miller Bajo donde se emplazará el pesebre hasta el próximo día 5 de enero, en horario de 09.00 a 22.00 horas. "Una auténtica obra de arte", según señaló el regidor municipal, que fusiona las costumbres y los paisajes isleños con la artesanía minuciosa con la que Benítez recrea las diferentes escenas y personajes.

Este año, en homenaje a todos aquellos municipios que sufrieron los estragos del fuego, el belenista ha representado algunas de sus singularidades. De este modo, de Valleseco se escenifican los lavaderos propios del siglo XVIII con su construcción emblemática, donde las mujeres se reunían a lavar bajo techo en el barrio de Zamora; de Agaete se representa el Dedo de Dios y la playa del Puerto de Las Nieves; de Artenara se observa el Pinar de Tamadaba, y de Moya se representa el barrio de Fontanales, una de las zonas más afectadas por las llamas.

Asimismo, de Tejeda se aprecia el Parque Natural del Nublo; de Gáldar se escenifican las principales artesanas alfareras del lugar: Doña Rafaela y su hija Juliana haciendo tallas en su horno de Olla de Pineda; de San Mateo se representa su iglesia y su plaza; y de Santa María de Guía se observa el Cenobio de Valerón, un parque arqueológico que servía como granero para los aborígenes.

El nivel de detalles es tal que dentro de las casas cimentadas a mano, a pequeña escala, se pueden observar adornos como cuadros, platos llenos de comida o máquinas de coser y hasta una ventana desde la que se ve la iglesia de Fontanales, entre otras muchas peculiaridades que dan vida a este Nacimiento de estilo canario. En él también abunda el movimiento, desde las pequeñas manos del Niño Jesús, al pecho de una figurilla que representa a una moribunda o los animales que también forman parte de esta creación en la que se pueden ver oficios tradicionales, pero también escenas curiosas como la del joven que ronda a su enamorada que escucha los cantos desde el balcón, la madre que está cambiando a su hijo el pañal o la que lo amamanta con la puerta entreabierta.

Fue en 1993 cuando Hiperdino comenzó a colocar en sus tiendas un belén tradicional canario, si bien fue hace tres años, coincidiendo con la creación de la Fundación Dinosol, cuando esta iniciativa adquirió un carácter solidario. Y es que el objetivo, además de crear un espacio original y único acorde a las fechas, es también promover la solidaridad entre la sociedad canaria.

En esta línea, además del Nacimiento, la entidad ha colaborado en más de una veintena de proyectos que buscan la manera de erradicar el cáncer; así como ha otorgado apoyo a aquellos trabajadores de la casa que se hayan visto afectados por la enfermedad. En esta línea corporativa, la fundación también ha puesto en marcha cuatro becas de estudios universitarios para hijos de empleados y ha firmado un acuerdo con la Asociación de Familias Numerosas que implica descuentos, según explicó Puga.