Han llamado en repetidas ocasiones al Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. También han acudido a la Policía Nacional para alertar sobre lo que está sucediendo en la pequeña Plaza de Pablo Iglesias de la Avenida Primero de Mayo de la ciudad capitalina. Pero ni los primeros acuden a limpiar la zona, ni los segundos investigan la situación. Desde hace más de dos años, la Plaza que se encuentra frente a la calle de San Bernardo, se ha convertido en un "chiringuito" permanente de drogadictos, según explican los residentes de los edificios colindantes.

"Desde que cerraron la Avenida de Primero de Mayo para reformar el aparcamiento de San Bernardo estamos viviendo esta situación que ya es insostenible. A todas horas hay drogadictos fumando al final de la Plaza. Por la mañana, por la tarde y por la noche. Se tapan con mantas para fumar droga y ni disimulan cuando pasamos frente a ellos. Se sienten impunes, lo hacen en pleno día y no pasa nada. Suelen ser los mismos y han convertido el lugar en un chiringuito de consumo permanente". Pero, según explican los vecinos, no solo se instalan allí para consumir, también para dormir y hacer sus defecaciones. "Utilizan el parking privado del edificio que está junto a la Plaza para hacer todas sus necesidades. Hace poco fui a coger mi coche y junto a la puerta del copiloto estaba uno de estos señores cagando".

A esto se une que el Servicio de Limpieza no acude con regularidad a la Plaza a limpiar la basura, excrementos y muebles que los drogadictos cogen para instalarse en los parterres de la calle. "Cada día apesta más, es imposible pasar por ahí, y tenemos que hacerlo para coger el coche, porque huele a excrementos y a meados de una manera insoportable. Vemos cómo limpian Primero de Mayo, e incluso hemos pedido que acudan a limpiar la zona, pero no sabemos si hasta el personal se niega a enfrentarse a eso", detalla un vecino de uno de los edificios afectados por la situación.

También han acudido a la Policía Nacional para informar de que sospechan que en un edificio cercano están "trapicheando con droga", debido a los perfiles de personas, la mayoría jóvenes, que continuamente están entrando y saliendo de un portal de ese edificio con un comportamiento extraño. Los vecinos desconocen si la Policía está investigando los hechos y si se ha personado en el lugar. Estos residentes se sienten impotentes e indignados por el silencio administrativo y la ausencia de seguridad. "Estamos asustados y convencidos de que un día pasará algo. Entonces pediremos explicaciones en donde corresponde, que es en los Juzgados", asegura una de las vecinas.