El acusado de haber abusado sexualmente de su sobrino de siete años en un día indeterminado de 2013 negó los hechos este martes ante la Sección II de la Audiencia Provincial de Las Palmas. "Me quedé de piedra cuando me enteré de la denuncia", señaló en el transcurso de la vista oral. El Ministerio Fiscal solicita hasta 10 años de prisión y otros seis de libertad vigilada. La vista continuará hoy con la declaración de la madre del pequeño, pues ayer no pudo acudir a la cita.

El investigado, quien responde a las iniciales de I. G. B., contestó a todas las preguntas de la Fiscalía con negativas. Según el relato del Ministerio, este le habría puesto crema en el ano a su sobrino y, posteriormente, le introdujo el dedo al tiempo que tocaba el pene del menor. Por aquel entonces, ambos residían en el mismo domicilio de la capital grancanaria junto a la esposa del adulto, sus dos hijas, un hermano de la víctima, quien estaba presente cuando ocurrieron los hechos, y la abuela.

Los dos pequeños testificaron por videoconferencia. El que no sufrió los supuestos abusos señaló que creía recordar que su tío "le tocó el culo" a su hermano. A continuación, el niño afectado se reiteró en su testimonio, aunque le costaba recordar.

Tanto el padre como la abuela afirmaron desconocer los hechos y definieron al pequeño como "rebelde". El progenitor del pequeño señaló que se encontraba en el Sur con la madre del niño, de quien tenía una orden de alejamiento. En aquel entonces la mujer trabajaba supuestamente allí, según la fiscalía.

La psicóloga perito señaló que durante el examen que realizó al pequeño notó su "alto malestar y vergüenza" para hablar de los hechos. Una situación que palpó a través del "testimonio escueto" y de sus continuas "evasivas", pues "realmente no quiere volver a recordar lo que ocurrió".

La psicóloga señaló que el TDH -hiperactividad- que diagnosticaron al pequeño al llegar al centro de acogida en el que reside desde 2014 no tendría por qué afectar al relato de los hechos que están siendo juzgados. "No hay nada que dé indicios de alterar la validez de lo que cuenta", puntualizó. Además, señaló que "no se observa que el testimonio sea fantaseado".

Al mismo tiempo, y en relación tanto al pequeño como a su otro hermano, pues ambos residen en un centro tutelado y los dos residían con su tío en 2013, muestran rasgos de haber padecido "vivencias estresantes, por múltiples situaciones", las cuales no tendrían que estar relacionadas estrechamente con los hechos que están siendo juzgados estos días.