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Investigan los efectos de la diocalandra en los palmerales cercanos a los colegios

Los expertos creen que la mayoría de las 'Phoenix canariensis' de la ciudad están afectadas por el insecto l Ven necesario averiguar el nivel infectivo de la plaga

Investigan los efectos de la diocalandra en los palmerales cercanos a los colegios

Los técnicos de Parques y Jardines de la capital grancanaria están haciendo un estudio, en colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC, para averiguar el grado de afección de la plaga de la diocalandra en los palmerales cercanos a los centros escolares del municipio. Según los expertos consultados, la mayoría de las palmeras canarias de la capital están afectadas por esta plaga, que llegó a Maspalomas hace más de 20 años y se halla extendida en este momento por quince municipios de Gran Canaria, debido a la falta de una estrategia por parte de la Administración para controlar su avance o, como mínimo, minimizar sus efectos.

"La situación de las palmeras canarias en la capital es muy mala", sostienen los expertos, que consideran que se ha perdido un tiempo precioso y que en estos momentos lo que habría que hacer es un estudio "sobre qué ejemplares estamos dispuesto a salvar con tratamientos fitosanitarios".

Al respecto, consideran necesario determinar el alcance del nivel infectivo que tiene la plaga del picudín ( Diocalandra frumenti), que no tiene nada que ver con el picudo rojo. Los técnicos plantean también que se deberían extremar las medidas profilácticas durante las labores culturales en los jardines públicos pero, sobre todo, en los privados. Especial importancia debería tener, consideran, la búsqueda de soluciones a los efectos de la podredumbre, para reducir el riesgo de caída en las palmeras.

Este periódico intentó conseguir, sin éxito, información de la Concejalía de Parques y Jardines, que dirige Inmaculada Medina, en relación con el estudio que se está realizando en las palmeras cercanas a colegios y sobre la plaga y el estado de las palmeras en general. Bastante oscura ha sido la respuesta de Medina a una pregunta formulada por Ciudadanos, en relación con el grado de afección de la diocalandra en el municipio, dado que además de mencionar de manera fugaz y sin entrar en detalles el estudio sobre los palmeras cercanos a los colegios, se limita a afirmar que "desde 2007" se llevan a cabo" las tareas necesarias en los palmerales de la ciudad, para minimizar los efectos de la propagación" de la enfermedad.

Los técnicos aseguran que los efectos de la diocalandra se pueden controlar y, sobre todo, eliminar los problemas añadidos derivados del hecho de que la presencia de este insecto propicia la entrada de hongos que, una vez que afectan al ejemplar, sí son letales para las palmeras, como ocurre con la Thielaviposis paradoxa y el Fusarium oxysporum. La incidencia del Fusarium, advierten, es "bastante alta" desde hace unos años.

Al contrario que el picudo rojo, que las fulmina en pocos meses, la diocalandra tarda años en matar al ejemplar, al que provoca una seca prematura de sus hojas.

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