En casa de Ethel Mara Van Oudenhove Calero la mañana de ayer fue de celebración y no solo por los regalos que dejaron los Reyes Magos a su paso por Las Palmas de Gran Canaria. Y es que tras más de medio siglo abierta, la administración familiar que regenta desde hace dos décadas en la calle Constantino se estrenó con el primer premio de la lotería de El Niño. El 57.342 fue el número agraciado que, después de 30 años, retornó la suerte de este sorteo que dejó en la capital un pellizco de 200.000 euros.

Después de abrir los presentes de sus Majestades de Oriente, Van Oudenhove Calero se encontraba "viendo la televisión en pijama" con su hijo de seis años cuando se dio cuenta que El Gordo de Triana, como se llama su establecimiento, estaba de enhorabuena. "Yo pensé que, una vez más, no íbamos a dar nada y cuando empiezan a nombrar las administraciones y saltó, miré en internet, vi la dirección y dije: pues ya está. Y corriendo fui a la ducha", cuenta divertida y visiblemente emocionada por la noticia que supone un antes y un después en el negocio que abrió en 1967.

Fue su abuela Carmen Pérez Fajardo la que lo puso en marcha apenas unos números más allá, concretamente en el 3 de la misma vía donde ahora se encuentra la peluquería Biondi. Una primera etapa en la que la suerte se hizo esperar hasta la década de los 80 cuando llegó el primer premio de lotería. "Fue un Gordo de los de serie y fracción que repartían un montonazo de millones de pesetas los sábados", explica quien cogió "de casualidad" el relevo de la anterior propietaria. "Yo estaba estudiando Imagen y sonido y había estudiado fotografía y la verdad es que no me había planteado empezar a trabajar aquí", cuenta Van Oudenhove.

Sea como fuere, ella fue quien terminó por coger las riendas de la administración en el 2000. Una década después el negocio se trasladó unos metros, al número 12 de la calle Constantino. En estos 20 años al frente del establecimiento han repartido mucha fortuna, a través de La Primitiva, La Bono Loto o el Euromillones en el que dieron 512.739 euros en 2006. No obstante, el primer gran premio llegó en 2013 cuando dieron un segundo de la Lotería Nacional. Dos años más tarde, El Gordo de Triana también se estrenaron en la Lotería de Navidad con el número 05.163, agraciado esta vez con un tercer premio.

En aquella ocasión, la propietaria del establecimiento tampoco creía que fuese a dar nada, hasta tal punto que ni champán tenían preparado para celebrarlo. Algo que no ocurrió ayer, cuando Francisco Sanz Martín, trabajador de La Bodeguita de La Pepa, acudió a la puerta de la administración con una botella del espumoso que no dudaron en descorchar y servir en copas para brindar por el resultado de un sorteo que no solo pasará a la historia en este local.

Además de ser el único establecimiento de todo el Archipiélago en el que se vendió un décimo afortunado con el primer premio de El Niño, este local también ha conseguido romper la 'sequía' del Gordo del 6 de enero que no caía en la capital grancanaria desde 1990, según contó ayer el delegado provincial del organismo estatal de loterías del Estado (Onlae), Juan Manuel Moragas.

Todo gracias el 57.342, dotado con 2 millones de euros a la serie y 200.000 euros al décimo. Esta última es precisamente la cantidad que se ha quedado en Las Palmas de Gran Canaria ya que en el local de Ethel Mara Van Oudenhove Calero se despachó un único boleto de la suerte. La propietaria de este establecimiento desconocía la pasada mañana la identidad de la persona que lo compró, lo que sí se conocía ayer es que fue de máquina. "No sabemos a quién le ha podido tocar porque por aquí pasan muchísimas personas, no solo de la zona. Es que hasta la misma noche de Reyes se venden muchísimos números", comenta la propietaria de El Gordo de Triana.

En cualquier caso, existe la alegría por haber hecho feliz a alguien. "Me imagino a esa persona comprando el número y viendo que le ha tocado", confiesa aún con al emoción. La misma que también comparte Bea Lemes Rodríguez quien trabaja junto a su hermana Olimpia desde hace más de una década en la administración número 9 del céntrico barrio. "Yo estoy privadísima", asevera quien además lleva 20 años en el sector. "Espero que el dinero haya ido a parar al bolsillo de alguien que se lo merezca. Porque te alegras cuando das cuatro euros, imagínate cuando son 200.000 con esta vez", apunta poco antes de colocar junto a su jefa uno de los famosos carteles de la Onlae que anuncian que se ha dado un premio.

"Así que mañana [por hoy] nos espera un día duro", señalan entre risas. Y es que además del tradicional cobro de boletos agraciados que se produce siempre por estas fechas, "la experiencia dice que este tipo de premios siempre hacen efecto llamada en la sociedad", apostilla Moragas.