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El Mercado de Altavista celebra medio siglo de vida

El Ayuntamiento coloca una placa conmemorativa en la entrada de la recova y homenajea a Ángel Guerra, el puestero más veterano

En la imagen se puede apreciar el movimiento que existía en la época entre los diferentes puestos. LP

Los olores se mezclan entre los diferentes pasillos en los que los ojos se pierden entre los colores de las frutas y verduras, las carnes, el pan, los embutidos o el pescado. También hay algarabía, más de la que suele haber cuando se abren las puertas para recibir a la clientela. Y es que ayer no se trataba de un día normal y corriente en el Mercado de Altavista, sino de una jornada especial en la que se conmemoró el 50 aniversario de su apertura. Así reza en la placa que ahora cuelga en la entrada con la que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha querido homenajear al enclave que ha conseguido sobrevivir a los cambios de gustos y tendencias gracias a la calidad y frescura de los productos que ofrece.

Corría el 11 de julio de 1968 cuando la Comisión Permanente Municipal acordó otorgar la licencia de obra a la sociedad Edificios Especiales, S.A. para la construcción de esta recova a en régimen especial, con la idea de cederla posteriormente al municipio. La obra arrancó entre los barrios de Schamann y Escaleritas en un solar de 1.808 metros cuadrados propiedad de Fernando Delgado de León.

Sobre este terreno se cimentó una "espaciosa nave de cubierta cilíndrica de tres plantas, situada en la esquina de la avenida Obispo Romo y la calle de Juan Ramón Jiménez", según recogía este periódico el 20 de enero de 1970. Precisamente el día de antes, el edificio había sido inaugurado en un acto oficial al que acudieron el alcalde de la ciudad en aquel momento, José Ramírez Bethencourt; así como el vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Cástor Juan Gómez; el gobernador civil de la provincia, Alberto Fernández Galar; y el presidente de la constructora, José Canela Tomás, entre otros representantes políticos y empresarios.

En aquellos inicios, tal y como señala la citada publicación de esta cabecera bajo el título Ayer se inauguró el Mercado Municipal de "Altavista", la recova contaba con 31 puestos de mayoristas y 63 de detallistas que se extendían a lo largo de la superficie de 1.140 metros cuadrados que ocupaba toda la planta baja. Asimismo, otros 544 metros cuadrados se habían destinado a las dependencias de la administración, dirección y futuros negocios que quisieran instalarse en el enclave que también tenía dos ascensores montacargas que comunicaban todos los pisos "al nivel de la entrada por la calle".

Poco después de su apertura, Ángel Guerra se instalaba en el puesto que había comprado su padre, Ernesto Guerra, sin mayor experiencia como carnicero que las nociones que su hermano, que había trabajado un par de años en una carnicería, le enseñó. "Esto no es un oficio que se aprenda con un cursillo, se necesita tiempo", asegura quien a sus 70 años es el comerciante más veterano del Mercado de Altavista. Un hecho que ayer también le valió el reconocimiento del Ayuntamiento capitalino cuyo concejal de Desarrollo Local le hizo entrega de otra placa.

Una sorpresa para el carnicero que recibió el reconocimiento acompañado por su madre, María Luisa Naranjo, su hermana Esther Lidia Guerra y su hijo, Ángel Guerra Rodríguez. Los dos últimos también trabajan en el puesto 41 donde se despachan a diario las mejores carnes de reses del país. "Yo no traigo nada de fuera, para mí la mejor es la de aquí", asegura quien también se dedica a la cría de ganado, aunque él no los mata.

En lo que a los inicios en la recova se refiere, Guerra cuenta que las cosas han cambiado mucho, sobre todo en lo que al ambiente se refiere. "Ahora todo es mucho mejor en ese sentido", comenta. Lamentablemente, no ha ocurrido lo mismo con el tema de las ventas que, asevera, cada vez van a menos. "Antes se guisaba más, pero ahora la gente joven compra más comida preparada, así que se vende menos", apostilla al respecto. No obstante, la calidad y el buen hacer de este carnicero hace que tenga una clientela fija que ya abarca hasta tres generaciones. "Aquí nos han venido a comprar personas y después sus hijos y sus nietos", señala su hermana.

Una fidelidad que, según Guerra, se debe a la constancia y al esfuerzo diario, haya o no ganas. "Nosotros tan solo hemos cerrado dos días en 50 años y fue cuando murió mi padre, del resto siempre ha habido alguien en el puesto", apunta fuera del mostrador que, antaño, era de mármol.

Y frente al puesto más antiguo de la recova, está el más nuevo. Un contraste temporal que promovió el propietario del negocio, César Serrano, quien eligió ese espacio "como punto estratégico "ya que su 'vecino' Ángel "es un gran profesional". De este modo, Artesanos de bandera abrió hace 16 meses para ofrecer al público que pasa por el enclave el sabor de los embutidos caseros que elabora la familia de Serrano en Murcia.

Una apuesta que poco a poco se va consolidando en el mercado, a pesar de que los últimos meses han sido "más flojos". Tanto es así que, de tener que recomendarle a alguien que emprenda en esta recova, Serrano asegura que en este momento "no lo haría". Y es que según explicó también el presidente del consejo de administración, Juan Gaspar Fuentes, el mercado está "en horas bajas", con 63 puestos disponibles en su planta baja, de los cuales 45 se encuentran abiertos al público; aunque afirma que poco a poco la situación remonta "con dinamización". Este es el objetivo que tiene el Consistorio capitalino, según Quevedo, quien recordó el compromiso municipal con estos espacios. "Este es el año de los mercados de abasto y del mercado agrícola de San Lorenzo", aseveró antes de recordar que todos estos enclaves "representan una parte fundamental del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de la capital" que hay que preservar puesto que en ellos se aglutinan "identidad, cultura, tradiciones y promoción del sector primario".

Desde su punto de vista, el de Altavista "se ha enfrentado a un problema de visibilidad histórico y de gestión" que "se está resolviendo" con acciones proyectadas que están previstas que se implementen a lo largo del mandato. Entre las que están previstas para este año, el concejal reveló que se celebrarán actos culturales dentro de los mercados, elementos de promoción de tipo sostenible, además de un vídeo promocional y actividades vinculadas a las tradiciones, así como mejoras de infraestructura "con un esfuerzo enorme" para "garantizar su continuidad".

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