Una mujer que denunció a su pareja por violencia machista tras dejarla encerrada casi cuatro horas dentro de la vivienda en la que ambos residían y sin ningún tipo de ventilación declaró ante la jueza que su marido le pegaba, la confinaba y además le robaba la pensión.

La víctima expuso ayer ante la magistrada de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, Pilar Parejo, que vivía en un piso tutelado hasta que el acusado, Pedro M. T, le pidió que se fueran a vivir juntos en el año 2013. Hasta ese momento y desde 2009 la perjudicada estaba en un programa de Inserción Canaria (dedicado a prestar atención a personas mayores y/o con enfermedades mentales) en el que su monitora le manejaba el dinero de la pensión.

Sin embargo, al irse con el procesado, relató que dejó de ver su dinero. "No recibí ni una peseta, él se gastaba toda mi pensión", afirmó. "Con frecuencia me encerraba en el piso y se iba a jugar en las máquinas tragaperras, yo no tenía ni llave", lamentó. La víctima también relató episodios en los que, presuntamente, su pareja le golpeó con el puño, le empujó e incluso le sacó un puñal. "Yo salí corriendo a la calle a pedir auxilio cuando me amenazó con un cuchillo porque él me dijo que me mataría", aseveró.

Igualmente, indicó que su marido era quien le controlaba la medicación y que, además, cuando la agredía también le espetaba que era una "retrasada". "Me arrepiento de haberme ido del programa, este hombre es un monstruo", destacó la víctima.

La mujer resaltó que la Policía Nacional la rescató el 25 de septiembre de 2018, ya que estuvo encerrada en el piso desde las 09.00 horas hasta las 12.50 horas, momento en el que decidió denunciarle. El procesado la encerró bajo llave, además, colocó un candado por fuera, así lo admitió ayer delante de la jueza. "Me pusieron una trampa", insistió Pedro M. T., a la vez que repetía que él y su mujer eran felices. "Yo soy inocente y quiero mucho a mi pareja". El investigado manifestó, a su vez, que encerró a la víctima porque "ella me lo pidió", ya que "la noche anterior el casero me había pegado y ella tenía miedo". Entonces, según el encausado, solo quiso "protegerla" mientras estaba fuera de casa. El acusado tiene un trastorno de ideas delirantes, mientras que la víctima un "importante" deterioro cognitivo conductual y social.

La fiscal pide cinco años y seis meses de cárcel por los delitos de maltrato habitual, lesiones en el ámbito familiar y detención ilegal.