Al golpito y con buenas letras. Así es como el artista de rap y poeta canario O.M. Domínguez da forma a su nuevo proyecto musical, Libre, en el que conviven bases raperas, melodías instrumentales, riffs de guitarra y unas letras que son piezas de alfarería. Como él mismo explica en la canción que abre el álbum: "Paradójicamente del barro me inspiro y perdido encuentro los colores". Porque es desde el barro y desde la tripa, desde donde Domínguez va dando forma a sus composiciones, plagadas de filosofía urbana, contradicciones y "equilibrismos emocionales". Desde su casa de Santa Brígida, entre dragos y palmeras, este canario nacido en 1986 presenta su tercer trabajo, el más ambicioso y en el que no se dejó "ningún intento en el tintero".

El primer tema del nuevo álbum, que se titula también Libre, lo subió hace poco más de un mes a la plataforma digital Youtube y ya supera las tres mil visualizaciones y más de 40 comentarios positivos. "Música con alma" o "poesía pura" son algunas de las impresiones que los internautas dejan en la red tras haber escuchado el flow de Óscar Domínguez.

Acompañado de la cantante Fania Muñoz a la guitarra, con quien ha colaborado en el pasado, Domínguez deja claro que además de unos textos con mucho geito tiene una gran voz en la que ha empezado a trabajar de forma más melódica. Abriendo las bases del rap a influencias de la música moderna, donde se cuelan ritmos de esos que es difícil dejar de tararear en bucle. El flow y la crudeza de las letras siguen presentes en cada tema, y es que el rap es el estilo desde el que se acercó a la música allá por 1997, con once añitos, inspirado por la banda sonora de Mentes Peligrosas, Gangsta's Paradise, del rapero estadounidense Coolio.

Tanto en este primer tema, Libre, como en los que irá presentando a lo largo de los próximos meses, queda constancia de la versatilidad de sus versos y de las ideas que va engranando hasta conformar auténticos paisajes hechos canción. Para lo que cuenta con el acompañamiento del teldense DJ Cannibal, un veterano de la escena que lleva más de diez años tras la mesa de mezclas y que trabaja con O.M. Domínguez casi desde el principio de los tiempos. "Ser libre sin mapas ni muros, ni apuro para las facturas, he tocado fondo y te juro que da más vértigo que las alturas". Un track para escuchar despacio, paladeando cada estrofa con tacto y atención.

Su primer trabajo, Pienso, publicado en 2014 y llevado a formato audiovisual por el realizador y maestro del dibujo y el grafiti, Amaury Ramírez, es quizás el más rudimentario de los que ha producido y en el que el rap y la lírica aún se andaban buscando sin reconocerse. Escuchar Pienso después de haber escuchado Libre, es como volver a las escaleras del polideportivo de Santa Brígida, donde empezó a rapear con sus colegas y aprendió a darle alas a unos versos que ya vuelan libres en cada canción. "Fruto dulce, raíz amarga, la mariposa guarda el alma de la larva".

En el mundo del rap hay siempre un juego de egos y rivalidad escénica entre raperos. El recurso al egotrip, típico en la cultura Hip-Hop y muy presente en las batallas de gallos, va dando paso a la templanza de una seguridad humilde, que no necesita elevarse sobre nadie para imponer su grandeza. El protagonismo del ego en el rap es algo que tiene que ver con la forja de la personalidad del artista y con la elaboración del personaje desde el que el rapero se expresa y comunica con el mundo que le rodea. "No sé quien soy, aunque lo pretendo, y cuanto más ahondo menos lo comprendo", relata en el tema Nada, el quinto de su segundo trabajo.

Tanto en su primer álbum Pienso como en el segundo Crudo, que salió en 2016, priman las bases de rap y una temática más primitiva que en el recién publicado Libre, donde Domínguez ha alcanzado el equilibrio entre unas letras maduras y sentidas y un acompañmiento instrumental por el que sus rimas fluyen golpe a golpe y verso a verso, que escribió el poeta.

Tras veinte años escribiendo sin mayores pretensiones, el joven satauteño fue aparcando miedos y excusas a un lado para enfocarse en la música con total dedicación y un equipo técnico detrás, apoyándole y dando forma audiovisual a sus canciones. "Yo no era un cobarde, era un trilero, especialista en sacar excusas del sombrero". Bajo la batuta de realizadores audiovisuales como JayLMB y Wos Las Palmas, el videoclip de Libre, que se puede ver en Youtube, es una pequeña joya esculpida toma a toma por estas figuras del hip-hop canario. JayLMB, artista colombiano afincado en Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con más de diez años de trayectoria profesional vinculada al rap y con influencias latinas de su país de origen. Por su parte, Wos Las Palmas es un músico canario vinculado al Hip-Hop en todos sus palos: grafiti, rap y producción. Con semejante elenco detrás, el éxito estaba cantado.

A los mandos del osciloscopio, en el proceso de mezcla y masterización, O.M. Domínguez cuenta con la calidad y buen hacer del sello canario Lativo Produce, que se encarga de pulir el resultado final de cada grabación.

El salto profesional del satauteño fue una decisión muy pensada y más sentida. Tras varios años combinando la música con distintos trabajos más o menos estables, en diciembre de 2018 dejó la empresa en la que trabajaba y se metió de lleno en su música y su pasión. "Ese año me di cuenta de que tenía las prioridades equivocadas", explica. Todo un síntoma de los tiempos que vivimos y que se refleja en cada una de sus canciones. La generación que llaman Millenial, a la que Domínguez pertenece, experimenta, al igual que hicieron todas las generaciones desde que la tierra empezó a calentarse, la necesidad de buscar su propio camino y rebelarse contra lo establecido. "Antes estaba muy enfocado a ganar dinero, tomaba decisiones en función de los ingresos que me darían, hasta que me di cuenta de que por mucho que tengas una estabilidad económica, si por dentro no estás estable no sirve de nada", concluye, ya más centrado y encaramado a su objetivo: dedicarse a la música de forma profesional.

Aunque lleva desde los diez años gastando tinta y papel, no fue hasta el año 2014 que se decidió a dar el salto al circuito de rap canario con el trabajo Pienso, que incluyó una colaboración con el músico de piano jazz Willy Muñoz, a la sazón hermano de la artista FaniaMuñoz.

Y así, al golpito, fue puliendo la técnica y la métrica y afinando la voz, asociándose con amigos, artistas y profesionales del gremio para dar solidez y profesionalidad a sus creaciones. "Si el mundo es un tubo de ensayo, no te exijas explicaciones. Sediento del agua de mayo, la encuentro cantando canciones".

Libre trae canciones que hurgan en los recovecos del alma humana y de la sociedad, sin banderas políticas ni apocalípticos mensajes. Después de unos años de controversia personal, Domínguez tiene claro que "lo peor es resignarse a ser infeliz".