Después de un merecido descanso, Noelia Vega vuelve al escenario del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y su regreso será por todo lo alto. Y es que esta joven de 33 años se subirá a las tablas del parque Santa Catalina para dirigir a la murga Los Chismosos, convirtiéndose en la primera directora de una agrupación masculina. Un hito dentro del mundillo, en el que ella está dispuesta a romper con los estereotipos a base de esfuerzo y mucha ilusión por su parte, pero también por la de sus compañeros.

"Yo soy una más", asegura quien llegó en un momento complicado para el grupo cuyo anterior director y armonizador había tenido que marcharse a Lanzarote en septiembre por motivos laborales. "Enseguida nos pusimos a buscar soluciones y contactamos con Ari Rodríguez para que nos ayudase con los arreglos de las letras. Nos dijo que sí y vino a echarnos una mano sin saber lo que se iba a encontrar, pero aún así necesitábamos a alguien que nos dirigiese porque él tenía otros proyectos y no podía abarcar tanto", explica el presidente de Los Chismosos, Misael Beltrán. Enseguida sonó un nombre, el de Noelia Vega.

La conocían por su trayectoria que arrancó en 2007 cuando entró en la ya desaparecida murga Las Melindiosas. Dos años después comenzó con Las Traviesas donde estuvo dos años como murguera antes de pasar otro en Las Tramposas. Sería en 2012 cuando regresaría de nuevo con Traviesas, esta vez como directora. Un cargo que esa edición les llevó a la final por primera vez y que también les llevó a ganar el tercer premio de interpretación (2016), tras dos décadas sin que hubiese podio femenino. Tras este logro decidió dejarlo, aunque salió en 2018 con sus compañeras para celebrar el décimo aniversario. Después de eso decidió tomarse un descanso para llevar una vida más tranquila.

De ahí que cuando Los Chismosos se pusieron en contacto con ella le costase decidirse. "Estaba muy a gusto sin la rutina que conlleva una murga y, por su puesto, también sin los nervios porque soy muy tímida y cada vez que tengo que salir a actuar lo paso fatal", cuenta divertida.

Aún así decidió dar el paso y no se arrepiente porque tal y como asegura, todo ha ido rodado. "Tienen muy en cuenta mi opinión y mi forma de trabajar y prestan atención a las indicaciones que les doy", señala la directora. No obstante, lo que ha conseguido reengancharla a las murgas es el buen ambiente, las ganas de trabajar y la ilusión que destilan los 30 componentes de la murga de Santa María de Guía, donde se desplaza cada día para los ensayos. "Eso es lo que me ha devuelto la ilusión a mí", confiesa.

También ha influido el buen recibimiento que asegura haber tenido durante la presentación o en los diversos actos que han realizado. "Me siento muy querida y apoyada por los murgueros y murgueras", apunta esta educadora de Las Rehoyas consciente de que apenas quedan días para que el público disfrute de un repertorio que cree que no va a dejar indiferente. Del mismo modo, está en tiempo de descuento para subirse a las tablas de Santa Catalina como la primera directora de una agrupación integrada por hombres. Un hecho que le ilusiona y que considera que ha abierto la veda a otras mujeres para encabezar la dirección de cualquier murga, sea masculina o femenina.