Después de cuatro años intentando ser candidata a Reina del Carnaval, Isabel Santana ha hecho realidad el sueño que compartía con su abuela, ya fallecida, y que disfrutaba a tope, como su nieta, la pasión por estas fiestas. Por esa razón, su fantasía Soy la luz que hay en ti, va destinada al recuerdo de las personas que ya no están. De la mano del diseñador Samuel Castellano y con el patrocinio de Tapicería Peñate y El Kilo Carrizal, la aruquense de 22 años subirá con paso firme y el corazón contento al escenario el 21 de febrero.

¿Cómo le dio por presentarse a Reina?

En realidad es un sueño compartido. Mi abuela, que murió hace cuatro años, en paz descanse, me decía siempre que me presentara a Reina. Ella era diseñadora del Carnaval y, en un momento dado, enfermó. Pero, a pesar de ello, me seguía animando a que me presentara, porque le hacía mucha ilusión. Yo siempre me he dedicado a ser figurante, a bailar con Drag Queens y ella me decía "ya lo has hecho todo, excepto ser candidata". A partir de ahí lo intenté durante cuatro años, después de que ella hubiera fallecido, me presentaba a cástines y no me cogían, porque tampoco soy una candidata normal, en el sentido de que no soy modelo y hoy en día es más difícil con el canon de belleza que se busca.

¿Cómo fue que lo consiguió finalmente?

Pues Samuel Castellano realizó un castin en mayo y nos presentamos algunas candidatas, entre ellas estaba Miss Gran Las Palmas, y yo pensaba que la iba a coger a ella, y cuando me nombraron a mí la verdad es que fue maravilloso.

¿Ha sido siempre carnavalera?

Sí, desde que estaba en la barriga de mi madre, ya nací con una pluma y con un cascabel, como digo yo.

Ya que esta ocasión va de cuentos, ¿de cuál cambiaría el final?

Cambiaría el de Cenicienta, pero no su final, una parte de su película. Cambiaría que, en vez de que se le quedara un tacón atrás, que se le quedara una playera.

¿Es más de pelazo como Rapunzel o de libros como la Bella?

Yo soy más de libros, es que la belleza realmente no está en el físico, porque, al fin y al cabo, nosotros tenemos piel, la piel se deteriora, se arruga, el pelo se nos queda blanco y, al fin y al cabo, qué queda, nuestra alma y nuestra esencia. Lo que somos nosotros.

Y eso es lo que hay que cuidar siempre. Siguiendo por ahí, ¿se está preparando físicamente para el gran día?

No. La gente me pregunta si estoy haciendo deporte para la gala y yo les digo que no, que para qué. Yo suelo hacer deporte porque me presento a las oposiciones de Policía Local, pero no me preparo físicamente para ese día en sí. Lo único que tengo preparado es la ilusión.

¿Cómo se imagina que será ganar lo corona?

No me lo imagino. El hecho de haber estado tantos años luchando para estar aquí, ya siento que he ganado. No me imagino tener esa corona y ese cetro en mis manos. Pero puedo llegar a imaginarme que tenerlo tiene que ser grandioso, y por supuesto, se lo dedicaría a mi abuela.

¿Cómo se sintió en la alfombra roja de la pregala?

Me sentí como Jey Lou (Jennifer López). Me sentí como en los Oscar o en los Grammy.

¿Cómo le dio por subirse a los escenarios?

Desde pequeña yo tenía muy claro que quería pisar ese escenario y ser protagonista. Fui figurante de la obertura creada con Israel Reyes, bailé con Drag Vogen, con Drag Terpsícore, que es Esther Pérez, la reina del Carnaval 2017, y alguna que otra colaboración con otros artistas.

¿A qué se dedica cuando no está sobre la tarima?

Soy vigilante de seguridad y me estoy preparando para la Policía Local. Empecé en la carrera de Psicología pero lo dejé a los pocos meses porque me di cuenta que no era lo mío. Yo quería ayudar a la gente, pero de otra manera. Porque la Policía no está para dar porrazos, sino también para ayudar.

¿Qué otra alegoría le gustaría para un futuro Carnaval capitalino?

China, porque me parece un país precioso y muy interesante, que podría dar mucho juego.

¿Ha oído hablar de la que tienen ahora con el coronavirus?

Pues por eso. Un apoyito para ellos, que todo el mundo les está discriminando y no tenemos que discriminar a nadie por tener una enfermedad.