Los vecinos de Tamaraceite pudieron acercarse ayer a la inauguración de la Segunda Fase del Corredor Verde, junto al alcalde, Augusto Hidalgo, el concejal de Urbanismo y Vivienda, Javier Doreste, y la concejala del Distrito de Tamaraceite, Mercedes Sanz, para comprobar cómo había quedado la zona tras más de un año de obras.

Con mucha curiosidad, los vecinos miraban las fotos de la transformación que se ha producido en el barrio y coinciden en que es notable, aunque muchos de ellos siguen sin ver del todo la utilidad de la zona.

Y es que este nuevo espacio ha creado una división de opiniones en la vecindad. "La verdad que el parque está muy bien, pusieron unos materiales bastante buenos. Tiene algunas deficiencias, pero poco a poco se irán corrigiendo. Para lo que había, está muy bien", reconocía un señor de la zona, aunque también añadía que "los aparcamientos se han quedado un poco obsoletos porque, al principio, decían que eran para la gente de aquí, pero ahora los vecinos tenemos problemas porque viene la gente de fuera y aparcan porque es municipal. Entonces los vecinos nos hemos quedado sin hueco".

Los residentes también comentan que las máquinas biosaludables instaladas en el Parque Luis García Correa no son accesibles para todo el mundo. "Otra cosa que vemos mal son las máquinas de hacer ejercicio, porque están inclinadas hacia abajo y las personas mayores no van a poder utilizar eso", apuntaba el mismo señor. Y es que los aparatos para ejercitar los músculos están situados en una plataforma con una ligera pendiente, lo que puede llegar a dificultar el uso de las mismas a personas con movilidad reducida.

Además, los habitantes del barrio creen que se podría haber hecho un mejor uso del parque añadiendo zonas que pudieran disfrutar los niños. "Echamos en falta algo para los niños, porque hay bastantes y por la zona no hay nada cerca para ellos", comentaban otros tantos vecinos.

Por otra parte, muchos están preocupados porque el parque se convierta en un "vertedero", ya que estos días ha sido el punto de encuentro de jóvenes y diferentes grupos que se reúnen allí y luego dejan su basura tirada. Los vecinos comentan resignados que "es una pena si no lo vigilan", porque ya han vivido esa situación y ellos "no les pueden decir nada" por evitar problemas o porque se sienten intimidados.