Primero se dijo que abriría en febrero de 2019. En julio del pasado año se habló de que abriría después del verano. Las obras del centro de día para personas sin hogar de La Isleta terminaron hace al menos tres meses y el equipamiento continúa cerrado a cal y canto. Según el Ayuntamiento, el número de personas sin techo ha descendido y los cifra en 76, pese a que la presencia cada día mayor de hombres y mujeres durmiendo al raso refleja todo lo contrario.

El recurso creado en las dos primeras plantas del edificio de la antigua fábrica del hielo para ayudar a las personas que peor lo pasan en la capital grancanaria no sólo no ha abierto sus puertas, sino que aún tardará bastantes meses más en hacerlo, porque aún hay que equiparlo y contratar al personal que atenderá los servicios. Este periódico ha intentando reiteradas veces, sin éxito, hablar con la concejala de Servicios Sociales, Carmen Luz Vargas, para que aclare cuales son las causas del retraso en la apertura del centro y las previsiones de apertura de los servicios. Tampoco se ha informado de cuando se iniciará la tercera fase del centro, que contempla un albergue para 34 personas.

La rehabilitación del edificio de la plaza de Manuel Becerra para crear el centro de día arrancó en octubre de 2017. En julio pasado estaba practicamente terminado y desde finales de año permanece cerrado. El centro se proyectó durante el anterior mandato, cuando era concejal del área Jacinto Ortega, para acoger y trasladar allí todos los servicios de día, como comedor, lavandería, duchas, taquillas y otras atenciones que ofrece en la actualidad el centro Gánigo, en la calle Miguel Rosas. Inicialmente, el objetivo era trasladar a La Isleta todos los servicios de día del Gánigo y dejar en Miguel Rosas el centro de estancia nocturna, destinado a aquellas personas que participan en un plan de integración. El traslado de la atención diurna ayudaría a desmasificar también el Gánigo, cuyos vecinos llevan años protestando por la peleas y escandaleras que provocan muchas de las personas que acuden a comer y a asearse al centro luego se quedan por la zona.

Según los datos de 2018, en los tres centros de acogida y pisos tutelados del Ayuntamiento pernoctan unas 150 personas sin hogar. El plan de atención a los sin techo, presentado en 2017, contabilizó a un total de 400 personas sin hogar en la ciudad, de los cuales la mayoría eran atendidos en centros o pernoctaban en casas ocupadas y 89 dormían al raso. En 2018 su número oscilaba entre 92 y 98 personas.

El centro de La Isleta, además de mejorar las condiciones en la que se prestan los servicios, contribuiría a aumentar en 36 el número de plazas para pernoctar. El proyecto de la antigua fábrica del hielo contemplaba destinar las plantas segunda y tercera para el centro de estancia nocturna.

Así las cosas, mientras en la calle se ven cada día más personas sin techo o metidas en infraviviendas y casas abandonadas, desde Servicios Sociales aseguran que el número se ha reducido. En concreto, una portavoz de la concejala Vargas indica que en el último recuento realizado en diciembre de 2019 "se constata un descenso del número de personas sin hogar". Según estos datos, son 76 las personas que duermen al raso. Las fuentes explican que la cifra se ha obtenido en un recuento realizado por trabajadores sociales a finales del pasado año que "permite obtener una foto fija del número de personas que pernoctan realmente en una noche en la ciudad".

En barrios como Guanarteme y el istmo de Santa Catalina o calles como Primero de Mayo o León y Castillo se les puede ver guarecidos en soportales e incluso en cajeros de bancos. La playa de Las Alcaravaneras se ha consolidado en un lugar de acampada de personas sin hogar del país y también extranjeros. Los usuarios de la playa se siguen quejando de los problemas que algunos de ellos causan a los bañistas, al tiempo que reclaman que se les preste la atención, la asistencia médica y la acogida que necesitan.