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CRISIS DEL CORONAVIRUS

El sector turístico de la capital da por perdida la temporada de verano

La patronal asegura que la crisis terminará con la "burbuja" de nuevos hoteles en la ciudad

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Coronavirus en Canarias | Playa de Las Canteras, este miércoles

Sábado por la tarde. Tan solo una patrulla de la Unidad Militar de Emergencias recorre el paseo de Las Canteras. El silencio inunda en estos días de cuarentena tanto los pasajes aledaños a la playa como las viejas calles de Vegueta. El estado de alarma por el Covid-19 ha dejado a la capital grancanaria, y al Archipiélago, en el turismo cero con la práctica totalidad de los hoteles cerrados. Desde el sector viven con incertidumbre lo que pueda pasar en los próximos meses y ya dan por perdida la temporada de verano. Hasta tal punto que la impresión general de los establecimientos y desde el Observatorio Turístico municipal será arrancar en otoño. La situación choca con los últimos años de bonanza, en los que la planta alojativa ha crecido sin parar en la ciudad, una burbuja que ha tocado fondo según la patronal hotelera.

"No vemos viable abrir hasta que vuelva la temporada alta en octubre", señala Guillermo Paetow, dueño del hotel The Cathedral, un establecimiento de apenas cuatro habitaciones situado en Vegueta y que abrió en 2018. Lo cierto es que, tradicionalmente, en Las Palmas de Gran Canaria la temporada alta corresponde con los meses del invierno, mientras que en verano la ocupación baja, cuando entre los visitantes interesan destinos de sol y playa, frente a los urbanos, como puede ser la capital.

En el caso de este pequeño establecimiento, "casi familiar", señala Paetow, vieron marchar a los últimos clientes hace más de una semana. "Nuestra idea era cerrar antes de que el Gobierno lo decretara, ya estábamos en una situación delicada", indica. Y es que, por el momento, ante la incertidumbre de no saber hasta cuándo durará la crisis sanitaria augura unos meses venideros "difíciles". Más teniendo en cuenta que todo dependerá del contexto internacional.

"Es pronto para cuantificar las pérdidas económicas, obviamente damos por perdida la Semana Santa, pero también el verano", señala Rosy Mujica, secretaria de la Asociación de Hoteleros y Establecimientos Extrahoteleros de Las Palmas de Gran Canaria (Ahelpa). "Lo que ocurre es que no sabemos cuándo podrá acabar esta situación de incertidumbre y no depende solo de las medidas que se tomen en España, también en el resto de Europa", indica.

Mujica señala que para muchos de los establecimientos, especialmente para los más pequeños, será prácticamente como empezar "de cero". Es más, afirma que la crisis económica que seguirá a la sanitaria terminará con la "burbuja" de nuevos hoteles que se había formado en la ciudad en los últimos años. "Las cifras eran buenas, pero no daban para tantos proyectos como los que estaban previstos", apostilla. Y es que en la capital grancanaria, solo en los últimos cuatro años se llegaron a conceder más de 40 licencias hoteleras, de las cuales no todas se han traducido en aperturas. Sin contar con las miles de viviendas vacacionales -registradas o no-.

Desde la patronal afirman que la ocupación en los primeros meses del año ya era "inferior" al mismo periodo del ejercicio anterior, "con algunos hoteles que no llegaban al 60%", señala Mujica. Aunque las cifras que arrojaron en enero tanto el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) y el Observatorio Turístico reflejaban un aumento del 17,6% en las pernoctaciones y del 9,1% en el número de viajeros. Lo peor llegó en la primera quincena de marzo, justo antes de declararse el estado de alarma. "Comenzó el goteo de cancelaciones, pero lo más alarmante era no tener nuevas reservas", recalca la secretaria de la asociación.

"Las cancelaciones empezaron con los primeros brotes en Italia y sobretodo cuando pusieron en cuarentena el hotel de Adeje", señala Aída Saavedra, propietaria del Suites 1478, en Vegueta; un establecimiento inaugurado en 2017, por lo que forma parte de ese boom de nuevos alojamientos. La empresaria indica que "septiembre es la fecha que se baraja para arrancar; no sabemos hasta cuándo durará todo esto, pero personalmente el verano, que ya de por sí es flojo en la ciudad, lo doy por perdido". Esta se hace la misma pregunta que el resto del sector en estos momentos: ¿la gente se atreverá a viajar dentro de unos meses?

Desde el Ayuntamiento aseguran que tocará este verano reactivar el posicionamiento en el sector de cara a la temporada alta del próximo invierno. "Es necesario mantener la información en las redes sociales y mantener nuestra reputación online", señala Pedro Quevedo, concejal de Turismo. "Una vez se normalice la situación, haremos dos campañas de promoción, una de cara al público canario y otra al peninsular; si adelantamos el trabajo estaremos en condiciones de recolocar el destino", recalca.

El Consistorio también plantea aplazar el cobro de tasas dentro a empresas del sector, además del canon a la Guagua Turística y al hotel Santa Catalina, de titularidad municipal pero bajo la gestión de Barceló. Por otro lado, están ideando concursos de ideas a modo de plan de marketing.

Mientras tanto, algunas de esas 40 licencias concedidas por Urbanismo estaban apunto de hacerse realidad. El Cordial Boutique Malteses tenía previsto abrir sus puertas este mes de marzo en la calle homónima, una inauguración que ha quedado truncada. "Todo estaba previsto, pero la apertura no era compatible con la situación actual", indica Nicolás Villalobos, director general del Grupo Cordial. Este establecimiento forma parte de un proyecto conjunto con otros tres pequeños hoteles repartidos por el casco histórico capitalino, cuyas obras siguen adelante, subraya el empresario. "Sabemos que volverá a salir el sol", apunta con un toque de optimismo.

Precisamente, el Cordial Vista Acuario, en La Isleta, es el único que podrá abrir en la capital durante el estado de alarma, "a modo de servicios mínimos, como en las huelgas", señala Villalobos. Las reservas estarán ligadas al sector logístico, dada su cercanía al Puerto, y a las personas que se desplacen de urgencia dentro de las causas permitidas por el Gobierno central. Por ejemplo, pilotos obligados a venir desde la Península para traer suministros de primera necesidad. Ya el pasado jueves contaba con ocho reservas. Por otro lado, en la ciudad quedan aún turistas que no han podido ser repatriados a sus países de origen y que se encuentran en un puñado de establecimientos a puerta cerrada, en algunos casos extrahoteleros donde tienen cocina, según indican desde la patronal.

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