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Crisis del coronavirus Los que no paran

Venta de lentillas y pilas

Las ópticas no gradúan la vista por seguridad contra el coronavirus, pero están abiertas, al ser un servicio esencial para la salud

Un expositor de gafas de una óptica. EFE

Ni gradúan la vista ni hacen audiometrías como medida preventiva para evitar el coronavirus, pero están al pie del cañón al ser un servicio sanitario. Desde que se decretó el estado de alarma, las ópticas y optometrías han dejado por seguridad su principal actividad y fuente de negocio pero atienden a sus clientes. ¿A quién no se le ha roto el cristal o la montura de unas gafas en el momento mas inesperado? La apertura es voluntaria pero ayer comercios grandes y pequeños estaban en su puesto. En el tiempo en el que se hizo este reportaje: un médico y un policía local necesitaron su servicio.

El gerente de la histórica óptica Herrera Cerpa, Jonay Cabrera Herrera, manifestaba que, como es lógico, la actividad "se ha visto bastante mermada" al tener que seguir los protocolos de seguridad entre empleados y clientes y por la caída de público por el confinamiento. "Ahora solo reparamos gafas, audífonos, vendemos lentes desechables, líquidos [lentillas] y pilas [audífonos]".

La excepcional coyuntura ha obligado a la empresa a reestructurarse lo que ha repercutido también en el negocio. De los 75 trabajadores solo 16 están en su puesto tras la solicitud de dos ERTE -Expediente de Regulación Temporal de Empleo-. Y es que solo están operativos tres de sus centros: el de Triana, en la capital grancanaria; el de Vecindario y el de Gáldar. La atención se realiza por las mañanas de lunes a viernes bajo cita previa y para que los clientes no tengan problemas con las autoridades se les envía un sms para saber que acuden a la cita. Próximamente esperan poner en marcha el servicio a domicilio.

Los trabajadores funcionan con guantes y mascarillas, aunque la empresa ha solicitado pantallas parciales para incrementar la seguridad. "Tenemos el deber moral y ético de salvaguardar la salud de todos: clientes y empleados", añadía el gerente de Herrera Cerpa, mientras planteaba el dilema al que les ha sometido el decreto ley del Gobierno de España al tener que decidir entre el deber moral de abrir por ser un servicio sanitario y la ruina económica a la que se enfrentarán si no hay ayudas económicas para los negocios. "En estos momentos queremos aportar nuestro grano de arena pero si no hay ayudas será difícil remontar", puntualizaba.

El director comercial de Program Visión, José Luis Jiménez, opinaba que, en estos momentos, a las ópticas no les debe preocupar tanto el tema económico, sino el de atender a una clientela que se puede ver muy perjudicada si se le rompe una gafa y no tiene otra de repuesto. "Nosotros nos consideramos sanitarios de la visión, no vendegafas. Es nuestro deber y obligación estar abiertos; tenemos un compromiso con Gran Canaria", afirmaba pese a estar también preocupado por la situación económica que dejara el coronavirus en las empresas. De momento, han tenido que solicitar también un ERTE.

La empresa, que lleva más de 25 años en activo, da servicio en dos de sus cinco locales -Mesa y López y en el centro comercial Siete Palmas-, de lunes a sábado, hasta que la situación mejore. Aunque no hacen servicio a domicilio, han hecho alguna excepción, sobre todo cuando se ha tratado de personas a cargo de mayores. "Aunque no es nuestra labor, sino de los oftalmólogos, nos ofrecemos a atender a cualquiera que tenga el problema de que se le meta un cuerpo extraño en el ojo para ayudar a descongestionar los centros sanitarios y evitarlos, con todas las medidas de protección necesarias", anunciaba para tranquilizar a la población en caso de tener un incidente de este tipo.

María Dolores Martín, dueña de la óptica Prisma, en Juan Manuel Durán, también estaba ayer al frente de su negocio. "No me cuesta nada venir , no hay apenas trabajo pero las roturas de gafas que se presentan tienen que ver al final con la salud de las personas", argumentaba. En la misma línea, se mostraba Fabiola Bolaños, propietaria de Óptica Bogue, frente al mercado del Puerto. "Trabajamos por dar servicio a la gente que todavía trabaja".

Los especialistas aconsejaron que en estos días de confinamiento, en el que pasamos tiempo por trabajo u ocio con los móviles, tablets y ordenadores, procuremos descansar la vista para que a la larga no tengamos problemas de visión. La OMS señala que al menos 2.200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera.

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