La crisis sanitaria del coronavirus no ha paralizado por completo las obras públicas en la isla de Gran Canaria. Cuatro actuaciones de emergencia derivadas del gran incendio forestal del verano siguen adelante, aunque una de ellas se ha visto frenada por la falta de material. También se continúa trabajando en la reparación del muro que se derrumbó en la autovía del Sur, a la altura del Tívoli, aunque las labores de campo se limitan a la toma de datos topográficos cuando son necesarios y con estrictas medidas de seguridad para evitar contagios entre los empleados de las empresas adjudicatarias.
Frente a la paralización del sector de la construcción hasta al menos el próximo 13 de abril, que afecta a las tres grandes obras de carreteras que estaban en marcha -La Aldea, la IV Fase de la circunvalación y Teror-, el Cabildo de Gran Canaria continúa los trabajos para reparar los daños de los tres incendios consecutivos que sufrió la isla en el mes de agosto de 2019, los de Artenara, Cazadores y Valleseco.
Cuatro de esas obras fueron declaradas de emergencia, por lo que se ha decidido seguir adelante y así garantizar la seguridad vial, según explicó ayer el consejero insular de Obras Públicas, Infraestructuras y Transportes, Miguel Ángel Pérez.
La primera de ellas en la denominada Reposición de sistemas de contención por barreras metálicas en las carreteras afectadas por el incendio de agosto de 2019, adjudicada a la empresa constructora Pérez Moreno SAU y con un presupuesto total de 3.662.202 euros.
Seguridad
Actualmente, apuntó el consejero, se están terminando de colocar las vallas de seguridad en las carreteras GC-150 (de Cruz de Tejeda al cruce de Los Llanos de la Pez) y en la GC-70 (de Fontanales a los Pinos de Gáldar), mientras que la obra en la GC-21 (de Lanzarote de Valleseco a Artenara) se encuentra ejecutada a un 50% y se prevé acabar en el mes de julio.
En esa actuación en carreteras de la Cumbre están trabajando en la actualidad unas 50 personas. Durante esos trabajos , como en los restantes que siguen en marcha, se aplica su propio plan de seguridad y salud de la obra, y se complementa con las medidas recomendadas por el Ministerio de Sanidad (separación mínima de dos metros entre personas; no compartir el coche, y en caso de necesidad solo una persona por fila de asientos alternando la posición y dotados de mascarillas).
Otra obra en la que se sigue trabajando es la llamada Estabilización de taludes por daños en las carreteras afectadas por el incendio de agosto de 2019, con un presupuesto de 895.873 euros y adjudicada a la empresa Ring Canarias SL. Media docena de trabajadores están reparando y asegurando los bordes de la carretera GC-210, entre Tejeda, Artenara y Cruce de Acusa, una de las vías más dañadas por el fuego, pues sufrieron dos devastadores incendios forestales con una semana de diferencia. Según los cálculos de la Consejería de Obras Públicas, esa obra podrá estar terminada en un mes si se mantiene el actual ritmo de ejecución.
El tercer proyecto que continúa con cierta normalidad es el denominado Reposición de señales y tratamiento de arboleda en las carreteras afectadas por el incendio de agosto de 2019. Por ahora solo se está interviniendo con una decena de trabajadores en la señalización de la carretera GC-702 (de Juncalillo a Fontanales por Lomo del Palo y Monte Pavón) y en el cruce del barrio de Coruña, porque el personal de la contrata de podas se quedó bloqueado en Sevilla con motivo de la declaración de estado de alarma. El presupuesto de esta obra es de 2.373.318 euros y fue adjudicada a la compañía Martín Casillas SLU. Se prevé acabar en la reposición de la arboleda dos meses después de levantarse el actual estado de alarma.
Desabastecimiento
En el paquete de las obras de emergencia en la red viaria de la Cumbre también se incluye la Reposición de barreras de contención mixtas madera-acero en carreteras afectadas por el incendio de agosto de 2019, adjudicada a la empresa Rodríguez Luján SL por una cuantía de 1.325.583 euros.
Según el consejero, apenas quedaban tres semanas de trabajo para completar la reposición de las vallas de madera calcinadas por las llamas, pero se ha tenido que paralizar la colocación porque ha cerrado la fábrica de la Península que elabora esas barreras. Puesto que son unas vallas especiales, se fabrican bajo pedido y no hay disponibilidad en los almacenes. Por tanto, la previsión es acabar esa actuación al mes siguiente de que se levante la situación de alarma.
Una quinta obra declarada de emergencia por el Cabildo es la denominada Desvío y reparación de muro en la GC-1, PK 2+800, aprobada tras el derrumbe de una parte de autovía de entrada a la capital por La Laja, a la altura del Tívoli. En los días posteriores a la caída de la pared, ocurrida el pasado 11 de diciembre, se realizaron trabajos de refuerzo de la calzada y se desplazó la carretera hacia el interior para mantener abiertos tres carriles, pero la idea es demoler una parte de la actual plataforma.
El proyecto se encargó a la entidad Lopesan Construcciones y hasta la fecha se ha gastado algo más de un millón de euros. El coste final dependerá de la solución que se adopte, pero puede duplicar esa cifra, según los cálculos del Cabildo. En estos días de confinamiento "se está trabajando en gabinete, estudiando la alternativa más adecuada, por lo que los técnicos de la empresa y la Consejería están haciendo teletrabajo, salvo cuando deben realizar alguna intervención en el lugar, caso de la toma de datos topográficos. Al igual que el presupuesto final, la duración de la obra va a depender de la solución técnica y ya se prevé que no podrá empezar antes del verano.
