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El nuevo cable submarino entre Uruguay y Brasil toma forma en La Luz y Arinaga

Los dos puertos acogen por primera vez la preparación de tres barcos que tenderán casi 1.000 kilómetros de fibra óptica - Más de 80 personas trabajan en la operación

El nuevo cable submarino entre Uruguay y Brasil toma forma en La Luz y Arinaga

El Puerto de Las Palmas y el de Arinaga acogen desde hace unos días una compleja operación que permitirá mejorar las telecomunicaciones en América Latina con un nuevo cable de fibra óptica que conectará Uruguay y Brasil y aumentará la velocidad y la calidad del acceso a internet en esa región. Los protagonistas de la operación son cuatro buques, dos en cada recinto, y un equipo de casi un centenar de personas que está instalando casi 1.000 kilómetros de fibra óptica reforzada con acero y plástico a bordo de la nave que, una vez en las aguas del Atlántico sur, realizará la colocación a unos 200 metros de profundidad. Es la primera vez que los recintos grancanarios acogen una operación de este calado, según apuntan fuentes portuarias.

El buque especializado en el tendido de cables submarinos Ile de Sein, que desde 2001 ha instalado decenas de miles de kilómetros de equipamientos de telecomunicaciones por todo el mundo, llegó al Puerto de Arinaga el pasado 24 de abril. En el recinto agüimense recibe desde entonces el material que le suministra poco a poco el carguero feeder MSM Don, abarloado por el costado de babor. Es un proceso laborioso, ya que los miles de metros que componen el tendido deben quedar estibados de forma precisa en el interior del buque para que no haya problemas durante su posterior colocación en alta mar.

El Ile de Sein cuenta en su interior con dos gigantescos tanques de siete metros de alto que están recibiendo el cable de manera constante desde que comenzó la operación. Estos depósitos son como un par de descomunales bobinas en las que el cable de fibra óptica, no más grueso que un cabello humano pero recubierto con capas sucesivas de acero trenzado y plástico resistente al agua, va siendo colocado de modo similar a una madeja kilométrica.

Los trabajos requieren de una gran atención y disciplina para que la colocación sea óptima, por lo que no han parado ni un solo momento desde que arrancaron. Para ello, el equipo de trabajo está dividido en tres turnos de 29 personas entre peones contratados para la ocasión, coordinadores y estibadores. En medio de la pandemia de la Covid-19, cada uno de estos grupos de trabajo ha tenido que hacer uso de equipos de protección individual y extremar las medidas de seguridad -por ejemplo, sin intercambiar horarios entre ellos- de acuerdo con los protocolos de contención del coronavirus que se han generalizado en tantos otros trabajos desde el comienzo del estado de alarma. La operación logística está siendo coordinada por la empresa Boluda & Suárez General Cargo, mientras Pérez y Cía. se encarga de la consignación de los buques en Gran Canaria.

Mientras el MSM Don suministra el cable al Ile de Sein en Arinaga a un ritmo de unos 60 metros por minuto, otra operación paralela ha tenido lugar en el Puerto de La Luz. Atracados en el muelle Santa Catalina se encuentran el Ile D'Ouessant y el Peter Faber, que acompañarán al Ile de Sein durante la instalación del cable de fibra óptica cartografiando con precisión el lugar donde será enterrado. En el recinto capitalino han sido sometidos a diversas pruebas para garantizar la fiabilidad de las comunicaciones entre ellos y su sincronización total.

Las infraestructuras con las que cuentan los recintos de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, la versatilidad de los servicios que prestan sus empresas y su condición como puertos seguros desde el punto de vista sanitario resultaron cruciales para la elección de La Luz y Arinaga como emplazamientos para la ejecución de esta operación. Una vez escogida Gran Canaria, la logística para llevarla a cabo se pudo gestionar en una sola semana de plazo.

El Ile de Sein es uno de los buques cableros más conocidos del mundo. Construido a comienzos de este siglo en uno de los astilleros coreanos de Hyundai Heavy Industries con capacidad para trabajar a profundidades de hasta 8.000 metros, durante las dos últimas décadas ha participado en el tendido de decenas de miles de kilómetros de cables submarinos para trabajos científicos o de telecomunicaciones e incluso ha sido objeto de documentales sobre este tipo de operaciones. Aunque la de estos días es inédita en Canarias, no es la primera ocasión en la que la nave visita el Puerto de La Luz. Ya lo hizo hace nueve años, en la primavera de 2011, aunque por un motivo bien distinto. En aquel momento, el buque paró para repostar mientras realizaba el viaje de retorno hacia el Puerto de Toulouse tras completar la misión de rescate de los restos de un avión de Air France que se había estrellado dos años antes en aguas del Atlántico mientras volaba entre Río de Janeiro y París.

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