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Crisis del coronavirus Servicios básicos en tiempos de pandemia

Emalsa reorganiza su plantilla para garantizar el suministro de agua

La empresa mixta paraliza los cortes de agua por impago a 6.235 hogares de la capital grancanaria durante el estado de alarma

Emalsa reorganiza su plantilla para garantizar el suministro de agua

Garantizar el suministro de agua en todo momento como objetivo. Las cuadrillas de mantenimiento, saneamiento y demás departamentos de la empresa mixta de aguas Emalsa han trabajado a destajo durante el estado de alarma para asegurarse que el preciado líquido elemento llegara a todos los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria. Y es que desde que saltaran todas las alarmas allá por el mes de enero en China, las autoridades sanitarias no han parado de repetirlo, lavarse las manos es fundamental y crucial para evitar los contagios de la nueva enfermedad. La entidad ha reorganizado su plantilla e implantado medidas de distanciamiento social sin descuidar un servicio más primordial que nunca bajo la actual crisis sanitaria.

Jesús Rey de Viña, director técnico comercial de Emalsa, destaca que "el usuario no ha notado cambios", pero no obstante la entidad ha reorganizado a toda la plantilla y servicios. De hecho, han paralizado los cortes de agua por impago a unos 6.235 domicilios de la capital grancanaria en lo que va de estado de alarma y, además, han decidido reponer el servicio a más de 70 domicilios a los que se les había suspendido el servicio previamente.

"Desde un punto de vista social se trata de una acción primordial, por solidaridad, una medida a favor de la higiene y de la prevención de la pandemia", apunta De Viña. La falta de ingresos en numerosas familias de la capital a raíz de la fuerte crisis económica derivada de la pandemia dificulta el pago de facturas como las del suministro de agua, el teléfono o la electricidad.

De hecho, el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 29 de marzo estableció que "las personas que trabajan en actividades de abastecimiento, depuración, conducción, potabilización y saneamiento de agua" entraban en el listado de profesiones esenciales. Por tanto, estas podrían seguir con su actividad en las dos primeras semanas de abril, cuando el pico de la epidemia se encontraba en lo más alto, para garantizar, en este caso, que el líquido elemento siguiera llegando con regularidad.

Y así ha sido. Desde Emalsa señalan que durante el estado de alarma no se han producido incidencias de gran consideración. Según el director técnico comercial de la empresa tan solo se han originado tres averías destacables en lo que va de pandemia. Estas, se han distribuido entre la calle Torres, en la zona de Triana; Lentiscos, en Almatriche; y en la avenida Primero de Mayo. Por lo demás, se han ocasionado otros percances pero de menor alcance, "no han tenido un mayor impacto y entran dentro de la media diaria", añade De Viña.

Durante este tiempo, 85 trabajadores del departamento de administración y similares han pasado a teletrabajar, señala el directivo. Además, reorganizaron en más de 80 equipos de pocos trabajadores sectores cuya actividad debe ser presencial, como es el mantenimiento de la planta desaladora o la reparación de averías. "Al tener pequeños retenes, si uno se ve contagiado por la Covid-19, solo tendrían que ponerse en cuarentena estos y no buena parte de la plantilla", explica De Viña. Una reestructuración que no ha puesto en peligro el servicio, indica. No obstante, Emalsa no ha tenido ni un solo contagiado por el nuevo coronavirus de Wuhan, destaca.

La entidad implantó desde el principio una serie de medidas de seguridad sanitaria. Tales como distanciamiento social de dos metros, "una decisión que tomamos antes incluso de decretarse el estado de alarma", apunta De Viña. También cambiaron el fichaje manual por uno telemático, restringieron la movilidad del personal entre las distintas infraestructuras de la empresa y, además, limitaron el acceso de personas ajenas a la misma. "También hemos establecido un protocolo de desinfección de todas las instalaciones y de los vehículos que utilizamos para acudir a los servicios", señala.

Unas medidas de seguridad sanitaria que incluyen el uso de gel hidroalcohólico, guantes, mascarilla, con especial atención en los operarios que trabajan a pie de calle. En este caso, principalmente resolviendo averías, puesto que se suspendió la lectura de contadores al principio del estado de alarma, actividad que han reanudado en las últimas dos semanas, según detallan.

Precisamente, están a la espera de terminar de leer los contadores para ver cómo ha variado el consumo de agua en estos momentos. "Estimamos que la facturación disminuya entre un 5 y un 7%", apunta De Viña. Y es que el cese de la actividad en hoteles, restaurantes, tiendas, oficinas y otros establecimientos no compensa la subida que se haya podido producir en el seno de los hogares, señala este directivo.

En otro orden de cosas, De Viña destaca que Emalsa ha subido "mínimamente" el nivel de cloro en el agua en los sectores hospitalarios del Doctor Negrín y del Insular, en línea con las exigencias del Gobierno central. "Es un cambio que no es perceptible para la población", añade.

Por lo demás, Emalsa inicia el lunes su propia desescalada, señala el director técnico comercial de la entidad. La empresa abrirá su centro de atención al público en Tomás Morales en horario de 9.00 a 13.00 horas. Eso sí con un aforo limitado y mamparas entre ventanillas, además en la franja de 10.00 a 12.00 darán prioridad a los mayores de 65 años.

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