Las playas de Gran Canaria comienzan mañana a recibir visitantes que no solo van a hacer deporte o a pasear. Con la fase dos, el uso recreativo vuelve a los arenales de la Isla. Regresarán las toallas, pero no así las mesas o las sombrillas, ya que los ayuntamientos están dictando protocolos de seguridad para que el retorno a la costa no se convierta en caldo de cultivo para nuevos brotes del coronavirus. Las normas varían de municipio a municipio e incluso entre playa y playa. En algunos arenales volverá a haber hamacas, en otros los horarios serán limitados y también habrá lugares, como Las Palmas de Gran Canaria, donde estará prohibido fumar, por lo que pararse un minuto a la llegada para leer los carteles que ya están siendo instalados se vuelve necesario antes del primer chapuzón de los dos últimos meses.

Las normas comunes fueron actualizadas ayer por el Ministerio de Sanidad y son similares a las que ya rigen para cualquier espacio público: hay que mantener una distancia mínima de seguridad o aplicar medidas alternativas de protección física y mantener los objetos personales a más de dos metros del resto de usuarios de las playas. A partir de estas normas básicas, la orden ministerial da margen a los ayuntamientos para que adapten a sus particularidades los horarios, el aforo o la posibilidad de establecer límites de permanencia.

En Las Palmas de Gran Canaria, la Concejalía de Ciudad de Mar dictó ayer una serie de normas de distanciamiento social y medidas higiénico-sanitarias comunes para todas sus zonas de baño, excepto en El Confital y las piscinas naturales de La Laja (no la playa), donde aún no estará permitido. En el primer caso, por el episodio de contaminación de las aguas que aún no se ha resuelto; en el segundo, porque en ese espacio acotado es más complicado mantener la distancia de seguridad. El consistorio recomienda una estancia máxima de tres horas y acudir a las playas solo con el equipamiento imprescindible. El servicio de hamacas regresará a Las Canteras con desinfección entre cada usuario, aunque con una capacidad del 50% y con una distancia de dos metros.

Lo que no regresará a los arenales capitalinos será el tabaco. Fumar estará prohibido mientras dure el estado de alarma en las playas de Las Palmas de Gran Canaria, una medida en la que el consistorio venía trabajando los últimos años y que ahora se materializa de manera temporal para garantizar la higiene y la prevención en los arenales. "Las colillas pueden ser un foco de contagio", advierte el concejal de ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, que insiste en la responsabilidad individual para que la fase dos no suponga un repunte en la transmisión del SARS-CoV-2:"Si la gente no se compromete va a ser difícil que se cumpla".

El sistema de megafonía informará de esta y otras normas y el mobiliario urbano de la playa también mostrará carteles recordándolas. La playa ya cuenta desde la semana pasada con indicación de las escaleras de entrada y salida, similares a las marcas que indican el sentido de la circulación de las personas que caminan por el paseo. En la capital no habrá limitaciones horarias, aunque durante los tramos reservados para el paseo de las personas de más de 69 años estará prohibida la práctica deportiva.

En Mogán sí habrá horarios. Las playas estarán abiertas entre las 10.00 y las 20.00 horas, según informó el consistorio durante el fin de semana. Los arenales del suroeste grancanario ya disponen de carteles con las normas para su uso en español e inglés. El acceso estará limitado para controlar el aforo y garantizar la distancia de seguridad, motivo por el que también estarán prohibidos juegos en la arena como la pala o el frisbi.

La visita a las playas tendrá que ser con los objetos imprescindibles para pasar un rato tomando el sol. El Ayuntamiento no permitirá la instalación de mesas, sillas o cenadores y también prohibirá el uso de hinchables. Solo serán aceptados los usados como flotadores por los niños, que deberán estar acompañados siempre por alguna persona adulta. Todas estas normas serán recordadas a los usuarios por el consistorio a través de los sistemas de megafonía que se van a colocar en las playas.

San Bartolomé de Tirajana también ha aprovechado el comienzo de la fase dos para instalar altavoces en todas las playas del municipio. Las recomendaciones divulgadas a través de la megafonía serán las mismas que figuran en los carteles que el consistorio está colocando en los 75 accesos -algunos de ellos, con zonas acotadas para la entrada y la salida- de las playas.

Las hamacas regresan a las playas del Sur, aunque lo harán con menor capacidad que antes de la pandemia. Las tumbonas habilitadas serán un tercio de las habituales y con la distancia de seguridad de dos metros entre ellas. Además, serán rociadas con un producto desinfectante que no dañe el entorno natural. La recuperación del servicio permitirá a la empresa adjudicataria rescatar a sus trabajadores de un ERTE.

En Telde, el consistorio ha decidido adelantar el contrato de salvamento y socorrismo, que debía comenzar en junio, ante la previsión de que haya más afluencia a las calas a partir de mañana, según indicó ayer su alcalde, Héctor Suárez. El Ayuntamiento ha instalado once carteles con las principales medidas de seguridad y aunque no va a establecer horarios, sí dará uso preferente en determinadas zonas a las personas mayores en su horario habitual de paseos. Al igual que en otros municipios, las duchas y los lavapiés estarán cerrados.

Todas las campañas municipales que están poniendo en marcha los ayuntamientos canarios hacen referencia a la responsabilidad individual de la ciudadanía para no convertir el esparcimiento en las playas en un vector de transmisión del virus que provoca la Covid-19. Así lo recuerda el alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, que también es presidente de la Comisión de Administración Pública, Transparencia y Seguridad de la Federación Canaria de Municipios: "Si colaboramos, las playas tienen capacidad para acogernos a todos". Además del establecimiento de un protocolo marco para todos los municipios costeros del Archipiélago, la Fecam ha propuesto al Gobierno de Canarias una aplicación que muestre a los usuarios cuál es el aforo de las playas antes de que se desplacen.