Las fiestas, como las procesiones, van por dentro este año. La precaución ante la pandemia por el coronavirus invita a descartar los actos masivos, por lo que las grandes convocatorias culturales, populares y religiosas que salpican el calendario festivo de la ciudad durante el verano desaparecen de las calles o se reinventan con menos público que antaño. No habrá fuegos artificiales ni actuaciones musicales en La Puntilla la noche de San Juan y la talla de la Virgen del Carmen tampoco bajará en procesión por La Isleta hasta llegar a pie de muelle a mediados de julio, pero la capital aún celebrará el acto de honores y distinciones y muchos eventos del calendario religioso también serán retransmitidos por internet para mantener el contacto con los creyentes.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha descartado la convocatoria de grandes actos masivos. Cada 23 de junio, miles de personas se reúnen en la arena y el paseo de Las Canteras para pasar la noche de San Juan en familia o entre amigos, echarse unos bailes y ver los voladores que coronan las fiestas fundacionales de la capital. La dificultad para mantener la distancia física recomendada en ese entorno festivo hace que esta imagen no se pueda repetir en 2020, aunque el consistorio mantiene un acto, el de la entrega de honores y distinciones con el que cada año reconoce a los hijos predilectos y adoptivos de la capital. En esta ocasión la convocatoria tendrá lugar en el Auditorio Alfredo Kraus con un aforo reducido, aunque el Ayuntamiento aún debe realizar la designación oficial.

El aniversario de la creación del Real de Las Palmas en 1478 no contará con un programa propio de actuaciones, pero la escena cultural, que supone cada verano una alternativa de ocio habitual entre quienes se quedan de vacaciones en la ciudad, se mantiene a través de otras iniciativas de la administración local. La Concejalía de Cultura puso en marcha hace unas semanas el plan Cultura en Acción, que programará durante estos meses varios eventos musicales o escénicos de aforo reducido con un cartel elaborado en su totalidad con propuestas artísticas del Archipiélago.

Entre las localizaciones para este año se encuentra el edificio Miller, que acogerá actuaciones cuyo plazo de inscripción está aún abierto para los creadores. Desde el área de Cultura señalan que estas convocatorias artísticas son ejemplos del impulso al sector que quieren poner en marcha. Con este mismo objetivo, y con el de garantizar el acceso de la ciudadanía a la cultura cumpliendo con la normativa sanitaria, es con el que está tomando forma también la programación del Temudas, otro festival que hasta el año pasado reunía a miles de personas durante el verano.

Las ausencias también se notarán en una de las citas religiosas y populares más concurridas de la capital durante el mes de julio. La Virgen del Carmen no recorrerá este año las calles de La Isleta. "Ya que no se puede bajar, lo que quiere es que la veamos y estemos bajo sus pies, este año nosotros acudimos a ella", apunta el responsable de la parte religiosa del programa de las fiestas, José Falcón, que hace suyas las palabras del párroco, Agustín Sánchez. Los actos se circunscribirán al interior de la parroquia de La Luz, por precaución ante los miles de personas -hasta 15.000 en la procesión marinera- que se solían congregar en las calles del barrio.

Falcón reconoce que hay preocupación por la posibilidad de que haya aglomeraciones en los alrededores de la parroquia, aunque avanza que costaleros y voluntarios ya están trabajando en un plan para gestionar los accesos al templo. También han pedido ayuda al Ayuntamiento para que colabore con ellos en el control del aforo. En cualquier caso, los principales actos religiosos también estarán disponibles en internet. La parroquia ya ha publicado en su web el calendario de retransmisiones.

Sin procesiones o actos populares masivos, lo más vistoso de estas fiestas de 2020 serán los voladores que iluminarán el cielo de La Isleta la noche del Carmen. Así lo decidió la comisión de fiestas por responsabilidad: "No podemos llenar las calles de gente", explica Alexander Arce, que a sus 18 años se enfrentaba a sus primeras fiestas como presidente de la organización cuando la pandemia obligó a cambiar los planes. Las galas y verbenas que había programado el equipo -ya tenían el cartel prácticamente cerrado cuando decidieron suspender los actos- no podrán tener lugar, pero la comisión trabaja estos días en un pequeño programa alternativo en colaboración con la Concejalía del distrito.

El pueblo de San Lorenzo también vive en la incertidumbre por sus fiestas de 2020. Agosto está marcado en la capital por los fascinantes voladores que se lanzan desde este pueblo, fuegos artificiales que compiten en vistosidad con las Perseidas que esos mismos días surcan el cielo nocturno. Solo el año pasado se quemaron 402 kilos de pólvora durante media hora en un espectáculo que congregó a cientos de personas y que supuso la movilización de 150 agentes en un despliegue especial, aunque por ahora no se sabe cómo se desarrollarán los actos este año.

Este año no hay demasiados ánimos para celebrar verbenas o galas como la de la gran dama. La comisión de fiestas descarta programar actividades debido a la pandemia: "No vamos a hacer fiesta, la cosa no está para fiestas", señala Ana Jiménez, aunque recuerda que la decisión final depende del consistorio. De momento, la organización ya ha enviado un escrito al Ayuntamiento y está pendiente de una reunión con el alcalde para decidir cómo se resuelven las celebraciones.

En Schamann, la comisión de fiestas tiene una reunión con la Concejalía del distrito la próxima semana. Además de la incertidumbre por la normativa y por cómo pueda ser la situación en septiembre, cuando se celebra Los Dolores, su presidente, Félix Suárez, reconoce que "este año lo social está por encima de la fiesta". Todavía no hay ninguna propuesta definida, aunque entre las opciones que maneja la organización se encuentra realizar algún tipo de homenaje a los propios vecinos del barrio.