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Los orígenes del Carmen de La Isleta

Héctor Ramos del Pino, vecino del barrio, presenta un ensayo en el que recopila los más de 100 años de historia de la parroquia y las fiestas de la Virgen carmelita

Los orígenes del Carmen de La Isleta

"Desde hoy la bandera blanca de la Reina del Carmelo ondea en aquellas alturas sobre las negruzcas chozas y humildes casitas de estos jornaleros". Con estas descriptivas palabras LA PROVINCIA anunciaba el 18 de julio de 1913 las primeras fiestas del Carmen de La Isleta, una celebración que con el paso del tiempo ha tomado una gran tradición popular entre los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria. Héctor Ramos del Pino, investigador, ha culminado un exhaustivo trabajo titulado La Virgen del Carmen en la historia del barrio de La Isleta: una mirada etnográfica Un estudio que recopila artículos y testimonios como el que publicó este diario hace un siglo. Y lo hace justo ahora, coincidiendo con el primer verano sin procesiones ni verbenas en décadas por culpa de la pandemia.

Ramos habla de un "fenómeno sociocultural que está incrustado en el ADN de los isleteros e isleteras". Y no es para menos. Cada año, tanto la procesión del 16 de julio, día del Carmen, como la marítima que normalmente tiene lugar el domingo posterior a la festividad, congregan a miles de personas que recorren las calles del barrio portuario junto a la imagen mariana. "Toda mi vida ha girado entorno a la Virgen", señala. Autor del libro La Semana Santa del Puerto de La Luz, al no encontrar financiación para este ensayo en el que ha trabajado durante varios años ha decidido hacerlo público a través de redes sociales y blogs como el de Conoce La Isleta.

Los orígenes de la parroquia del Carmen de La Isleta se remontan a los comienzos del siglo XX, según recoge Ramos. Este estudiante de Geografía hace mención a un artículo publicado en el Diario de Las Palmas el 9 de septiembre de 1911. "Nos escriben desde el Puerto", decían entonces. En la citada fecha el Obispado inauguraba una ermita escuela para brindar culto y educación a la zona de La Isleta conocida como Buena Vista, por estar en lo alto del barrio. Mas de 300 niños de aquellos pobres obreros del carbón se han inscrito en las listas", señala la prensa del momento. Y es que esta zona de la ciudad crecía sin planificación urbanística ni servicios a la sombra de la prosperidad del Puerto de La Luz. Tan solo dos años más tarde, explica el investigador, dos monjas Hijas de la Caridad, serían quienes trajeran la imagen actual.

"Estas ofrecieron una Virgen que tenían en el hospital de San Martín y que no estaba expuesta al culto", señala Ramos. Por aquel entonces, estas dos religiosas se encargaban de impartir lecciones elementales -escritura, lectura y cálculos- a los hijos de los jornaleros del carbón del Puerto, unas familias con escasos recursos económicos y que vivían en buena medida en condiciones "infrahumanas", tal y como refleja este trabajo, con una alta tasa de mortalidad infantil y de analfabetismo. De ahí la importancia de un centro que estaba situado donde ahora se encuentra el salón parroquial.

El ensayo en cuestión recoge una serie de artículos de prensa de la época que rememoran los orígenes de las fiestas en honor a la Virgen en julio de 1913. "Durante décadas los festejos se concentraban en el fin de semana posterior al día del Carmen", señala Ramos. Y es que la celebración era mucho más austera que en la actualidad. Aún así, no faltó un buen tenderete. "Por la noche será la verbena y después de los actos religiosos, en la explanada de la ermita se quemarán unas bonitas piezas de fuegos de artificio, siendo todo amenizado por una banda de música", según detallan las páginas de LA PROVINCIA el 18 de julio de 1913. Dos días más tarde la imagen saldría por primera vez en procesión por las calles de La Isleta.

"En estas primeras décadas cuatro hombres eran los encargados de llevar la imagen sobre sus hombros por las distintas calles del barrio", destaca Ramos. Este ensayo dedica un apartado especial a la talla del Carmen que hoy día preside la parroquia, cuyos orígenes "no están claros", indica el autor.

"Se desconoce el autor a ciencia cierta, pero todo apunta a que proviene del taller de Sebastián Senabras, que aunque era de Barcelona, tiene muchas obras conocidas en iglesias de Gran Canaria de finales del siglo XIX y primeros del XX", detalla. Una hipótesis que se basa en un estilo muy característico en las tallas; de hecho, Ramos destaca de la imagen del Carmen de La Isleta su "singular" mirada. Aunque, tal y como recuerda, sus inconfundibles pestañas fueron añadidas "entorno" a los años 70.

El autor también destaca la época bajo la II República, un tiempo convulso en el que la iglesia sufrió varios intentos de robo e incendio. Es más, llegó un momento en el que fueron los propios vecinos del barrio quienes pidieron la llave del templo, explica Ramos, y sacaron en procesión a la imagen, un fervor que, destaca, "estaba por encima de las ideologías". Pero el desarrollo de la fiesta llegaría en las décadas de 1940 y 1950. De hecho, el templo recibió el título de parroquia en enero de 1938. Las primeras bodas fueron las de Manuel Pérez Tavío con Faustina Pérez Peña y Lorenzo Cabrera Dorta con Juana Romero Jordán de manera conjunta, refleja el ensayo.

En 1940 tendría lugar la primera aurora del Carmen en la madrugada del 16 de julio, el día grande de la Virgen. Días más tarde saldría por primera vez la imagen en procesión marítima. "Salía del Muelle Grande muy cerca del Castillo de La Luz", explica Ramos. El ensayo incluye una histórica fotografía de finales de los años 40 con la talla en procesión sobre una camioneta y arropada con niñas disfrazadas de ángeles.

En 1956 tendrían lugar las primeras auroras diarias y dos años más tarde la Virgen saldría por primera vez en procesión sobre un trono propiamente dicho. Venían años de "mucho esplendor", tal y como relata Ramos. De hecho, en 1962 la imagen del Carmen llegó a ir en procesión a bordo del barco que se utilizó para la película de Moby Dick, la cual se rodó en Gran Canaria unos años antes. "Decían entonces era un barco vikingo, pero no", comenta con gracia.

En aquel próspero tiempo un helicóptero acompañaba a la procesión marítima y desde el cielo lanzaba una ofrenda floral. "Aquello se perdió en los 70", señala Ramos. Unos años más tarde, en 1981, comenzaría una etapa con mucha polémica con enfrentamientos entre miembros de la parroquia y que el autor ha querido reflejar en el estudio.

Este ensayo comienza con una dedicatoria a Juan Luis Barragán Umpiérrez, quien fuera presidente de la Comisión de Fiesta del Carmen hasta 2016. "En su momento recopiló muchos testimonios que ahora he recogido para este trabajo", indica Ramos. Lo cierto es que la celebración cuenta con más de un siglo de historia a sus espaldas plagado de anécdotas.

Quedan apenas unos días para que las fiestas del Carmen vuelvan a La Isleta pero, en esta ocasión, lo harán de una manera particular, sin procesiones por la Covid-19. Eso sí, habrá misas de la aurora de madrugada, las cuales serán similares a las de los "orígenes", indica Ramos, cuando la Virgen no salía en horas intempestivas.

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