La plaza de Canarias acoge este fin de semana la primera feria comercial que se celebra en Gran Canaria en la 'nueva normalidad'. Un centenar de puestos ofrecen hasta las nueve de la noche de hoy moda, artesanía o gastronomía en un amplio espacio al aire libre para apoyar el retorno a la actividad de muchos pequeños comerciantes y artesanos tras el parón que supuso el confinamiento por la pandemia.
"Hemos tenido que cumplir muchas medidas de seguridad, higiene y movilidad, pero como dice el mensaje de la feria, 'ayudános a volver', tenemos muchísima esperanza de que esto va a ser como antes", indica Angélica Rodríguez, gerente de la Asociación de Empresarios Santa Catalina, que convoca el evento con la Concejalía de Desarrollo Económico, Comercio y Turismo de Las Palmas de Gran Canaria. La organización de la feria, cuya gestación surgió durante el propio confinamiento, ha dispuesto un protocolo que incluye la obligación de llevar mascarilla en el recinto aunque esté al aire libre, el uso de gel hidroalcohólico en la entrada y un recorrido pautado por el interior para evitar aglomeraciones. "Además, el aforo está limitado a 400 personas y si hay más tendrán que esperar fuera a que salgan, la seguridad ante todo", apostilla.
Para los comerciantes, volver a tener un contacto directo con el público tras el confinamiento era una cuestión "más que de ganas, de necesidad", reconoce Soraya Renes, de la panadería Casa Edelhof. Este obrador artesano ubicado en El Salobre es habitual de este tipo de eventos, donde suele triunfar con especialidades originales como sus panes de aguacate o de mango, aunque el 90% de su clientela son turistas, por lo que su ausencia ha supuesto una importante merma y ahora aguardan su retorno. "Pero con precaución, porque no nos atrae nada que abran precipitadamente y haya que volver a confinar", agrega.
La precaución también rige en los puestos de la feria. Además de las medidas generales del recinto, cada comerciante trata de asegurarse de que su mercancía está en perfecto estado para cada nuevo cliente. "Preparamos esto con mucha información sobre los protocolos y la gente está colaborando", explica Ayoze Sentís, creador de la firma de moda Playachica, que vende camisetas que él mismo diseña y estampa sobre materiales orgánicos con el sello de comercio justo. En su caso, al tratarse de productos textiles, pone mucho cuidado en las normas sobre higiene.
Jamón y cócteles
Algunos de los puestos de la plaza de Canarias son de negocios que habían comenzado su andadura poco antes de la pandemia e incluso ahora, con la desescalada, por lo que la feria se convierte en el primer lugar donde se pueden dar a conocer al público. "Abrimos la jamonería Tesoro Ibérico hará un mes, con la desescalada, y estamos empezando", explica Francisco Mesa, cortador de jamón en este establecimiento de la calle Luis Morote cerca de Las Canteras. "Hay incertidumbre, pero también ilusión", agrega mientras corta lonchas de pernil ibérico que coloca delicadamente dentro de un pan artesano de Arbejales.
Entre los que habían abierto poco antes se encuentra Coctelshop Canarias, una tienda de venta de material de coctelería en Cruce de Arinaga que surgió hace seis meses de la mano de otra empresa de maquinaria para hostelería que lleva funcionando seis años. En el evento de Santa Catalina venden todo tipo de utensilios para preparar un mai tai o un negroni sin tener que salir de casa, pero también dan a conocer los talleres de coctelería divertida que organizan cada viernes en su aula de formación. "Damos un set individual a cada persona y preparan tres cocteles, un mojito, un daiquiri y una piña colada: aprenden la historia, disfrutan y se lo toman", explica su gerente, Víctor Castro.
