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La empresa Geursa tarda más de seis meses en pagar a las constructoras

La morosidad en los abonos de las facturas se ha doblado con respecto a 2019 v La sociedad reserva 1,5 millones para los intereses por impago que reclaman las empresas

Edificio de 23 viviendas en Lomo los Frailes, cuyas obras se paralizaron por retrasos en los pagos. JOSÉ CARLOS GUERRA

La sociedad municipal Geursa tarda una media de 209 días, casi siete meses, en pagar a las empresas que realizan las obras públicas en la capital grancanaria, lo que supone casi el doble de la demora media que se registraba el pasado año. Según los datos que publica el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en su página web, el pago medio a proveedores de Geursa el pasado mes de mayo superó los seis meses, bastante más de los 112 días que se tardaba en abonar las cuentas pendientes ese mismo mes de 2019.

La morosidad de Geursa ha provocado que durante el pasado ejercicio se aprovisionaran 1,59 millones de euros para hacer frente a los más de veinte pleitos que han emprendido las empresas contra el Ayuntamiento para reclamar intereses de demora por los retrasos e impagos que soportan, según se refleja en el documento de la cuenta general del ejercicio 2019, que ayer pasó por la junta general de la empresa para su aprobación. Según esta memoria, el periodo medio de pago que se registró a lo largo de todo el ejercicio fue de 144 días en 2019 frente a los 115 de 2018.

La empresa pública, que se encarga de gestionar los proyectos y obras públicas del municipio, concluyó el pasado ejercicio con unas pérdidas de 2,2 millones de euros, unos resultados que el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, atribuyó al retraso del Ayuntamiento a la hora de abonarle a Geursa el dinero por las obras realizadas.

Según manifestó la pasada semana Javier Doreste, el retraso en el pago a Geursa por parte del Ayuntamiento se debe a la "lentitud de los trámites burocráticos", una circunstancia que afecta también no sólo al equilibrio de la sociedad sino a las empresas constructoras, que a su vez demandan al Ayuntamiento por incumplir los plazos establecidos por ley.

Todo ello ocasiona un quebranto a la empresa Geursa y, en definitiva, a las arcas municipales, que deben pagar más dinero de lo contratado por las obras, una vez los jueces resuelven los recursos que presentan las constructoras para que se las compense por la dilación de los pagos.

Según reflejan las tablas del periodo medio de pago del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y sus empresas y organismos autónomos durante 2020, la morosidad en el pago de Geursa comenzó a dispararse el pasado mes de marzo, coincidiendo con el inicio del estado de alarma por la pandemia, un retraso que no afectó en la misma medida ni al Ayuntamiento ni al resto de empresas municipales.

Así, la compañía cerró enero de este año con un periodo medio de pago de 122 días (unos cuatro meses); en febrero, los abonos tardaban 140 días; en marzo, se elevó a los 187 días; en abril, a 195 días y en mayo (el último mes del que hay datos publicados en la web) ya alcanzaba los 209,7 días.

La demora en los pagos a los proveedores no afectó sin embargo a los pagos directos del Ayuntamiento, que ganaron en puntualidad. Así, en mayo el periodo medio de pago fue de 9 días; en abril, 8 días; marzo, 23. La demora fue mayor en febrero, con 42 días y enero, con 26 días.

Situación límite

El viceportavoz del Partido Popular (PP), Ángel Sabroso, criticó la situación que vive Geursa, que acabó el ejercicio 2019 con pérdidas por primera vez en varios años y acusó al PSOE y a Unidas Podemos de llevar a la sociedad municipal a una "situación límite", que "provoca retrasos en los pagos a las empresas constructoras de entre 180 y 200 días", lo que a su vez le obliga a "perder cantidades millonarias por intereses de demora".

El alcalde Augusto Hidalgo, añadió Sabroso, "le paga a Geursa a más de 210 días sin ser consciente de que eso origina pérdidas de puestos de trabajo en las empresas de la construcción y sectores asociados".

"Así no es de extrañar", consideró, "que no haya ni una obra en esta ciudad que termine en tiempo y forma o que el abandono de obras a la mitad por empresas que no pueden soportar estar meses sin cobrar esté al orden del día". En su opinión, la peor consecuencia de esta situación radica en que "el empleo, los comercios, el tráfico y los vecinos son, al final, quienes sufren la caótica gestión de Hidalgo, que sigue en su pedestal de fotos vacías y vídeos promocionales absurdos sin bajar a la gestión".

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