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La plataforma para salvar las charcas pide a la capital su adquisición

Vecinos y ecologistas temen que si el ayuntamiento no cuida el humedal no habrá parque agroambiental en la zona en el futuro

Un pato cerca de la charca de San Lorenzo que aún tiene agua en una foto de archivo. QUIQUE CURBELO

El arquitecto Carmelo Suárez, miembro de la plataforma vecinal por la recuperación de las charcas de San Lorenzo como parque agroambiental para la ciudad, acusó ayer de "dejación absoluta" al ayuntamiento, pero también al Cabildo de Gran Canaria y al Gobierno de Canarias por el estado del humedal dado que las tres administraciones tienen competencias para su conservación al encontrarse en el espacio protegido de Pino Santo. Las pozas, construidas para la agricultura, se han convertido en un lugar de interés ornitológico ya que son lugar de anidamiento para las aves durante su emigración del norte de Europa a África para pasar el invierno.

Junto a un grupo de vecinos y ecologistas del colectivo Turcón y Seo Birdlife, y a pocos metros de las charcas, pidió ayer al ayuntamiento que "preserve sus valores ambientales y etnográficos" porque temen que el sistema hidráulico de canalizaciones, construido en el siglo XVII para captar el agua de lluvia desde San José del Álamo por el barranco de Guiniguada hasta el lugar, sean destruidos igual que ha ocurrido en el mencionado barranco, cuando se actuó para habilitarlo como sendero para los ciclistas y paseantes.

También invitó al ayuntamiento a comprar las charcas. El gobierno tripartito negocia desde hace varios años la compra de este espacio, que los propios vecinos y loscologistas salvaron de la especulación urbanística hace más de una década, pero aun no ha llegado a un acuerdo firme con el propietario. "Si no hay intervención, al menos que haya una protección. Ahora hay una situación extrema de sequía y para preservar las condiciones de su biodiversidad es urgente su actuación", aclaró.

Las charcas, de propiedad privada, se encuentran prácticamente secas porque no hay suficiente agua de lluvia y para llenar los estanques se necesita del agua de abastos, lo que supone un costo importante para el dueño. Los vecinos han pedido al ayuntamiento que se haga cargo al menos del agua, pero el concejal de Urbanismo reconoció hace unos días que no puede hacerlo al ser una propiedad privada pese a que hace unas semanas pidió al dueño de las fincas que echara agua a los estanques después de que el grupo ecologista Turcón intentara llenar la última poza que queda con agua con un importante aporte de litros. Ayer mismo se podían ver en la charca patos y hasta una garza.

El Cabildo de Gran Canaria aclaró el miércoles que las competencias para su mantenimiento son del ayuntamiento y se prestó a que fueran adquiridas con las partidas presupuestaria del Plan de Cooperación si fuera necesario.

El Plan General de Ordenación Urbana contempla este espacio para un futuro parque ambiental, aunque los vecinos temen que nunca llegue a lograrse si no se preservan las charcas. "El miedo es que todo esto se convierta en un dormir para nuevos proyectos [urbanísticos]", añadió Suárez, que animó al ayuntamiento a firmar un concierto con el propietario para comprarlas más tarde si ahora no fuera posible. "Hay mecanismos legales para iniciar el expediente de compra".

Esteban Santana, miembro también de la plataforma, comentó que la idea de convertirlo en un parque agroambiental no solo tiene que ver con la preservación del espacio, sino también para fomentar la agricultura en la zona. Más si cabe cuando se habla de la sostenibilidad del planeta, de potenciar los alimentos kilómetro cero y de que haya otra situación similar al coronavirus que obligue a la Isla a autoabastecerse. "Llevamos diez años de sequía y nadie se ha planteado recoger los litros y litros de agua que se pierden cuando llueve hacia el mar", reflexionó.

El parque agroambiental, que sería un espacio tanto educativo y de ocio para los residentes de la Isla, así como lugar de avistamiento de aves, tendría un coste económico mínimo para el ayuntamiento, según Santana. "Todo está montado, las canalizaciones, los estanques. El ayuntamiento solo tendría que comprar los terrenos, repoblar con plantas autóctonas y señalizar para poder hacer de esto un aula de la naturaleza". Santana quiere además que se recupere el camino de Tamaraceite a Teror que linda con las charcas.

El representante de Seo Birdlife en Gran Canaria, Rafael Amador, explicó que las aves necesitan de humedales para alimentarse y descansar en sus rutas migratorias y que las charcas de San Lorenzo son un lugar perfecto para ellas durante el viaje.

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