La Playa de Las Canteras. El principal arenal de Las Palmas de Gran Canaria se verá afectado por el aumento del nivel del mar, con estimaciones que indican que a finales de este siglo -incluso mucho antes en los escenarios más extremos- podría verse engullido por las olas durante pleamares máximas como las que ocurren en septiembre. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores Alonso Hernández Guerra, Luis Hernández Calvento y Pedro Vélez Belchi (los dos primeros del Instituto de Oceanografía y Cambio Climático de la ULPGC; el último, del Instituto Español de Oceanografía) tras analizar el incremento de la línea del agua en el perfil de la playa a partir de las estimaciones de subida del océano calculadas por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

"Si se considera que el peor escenario es el que tendrá lugar en el futuro próximo vamos a perder la joya de la corona", advertía Alonso Hernández Belchi hace unas semanas, durante la presentación de los resultados del estudio en un seminario online organizado por el proyecto Soclimpact, una iniciativa financiada por el Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea que busca mejorar los modelos de predicción del impacto socioeconómico de la emergencia climática. Ese caso extremo al que hace referencia el científico contempla un aumento del nivel del mar de cerca de un metro, lo que añadido a las pleamares y al propio perfil de la playa acabará con el arenal a finales de este siglo. Algunos puntos concretos de Las Canteras podrían sucumbir momentáneamente incluso antes, de aquí a dos o tres décadas, durante los momentos de mareas más intensas, como ocurre cada año al llegar septiembre.

El nivel del mar es, en palabras de Hernández, algo que "no lo para nadie, es un fluido que cuando lo calientas se expande sí o sí, es física básica". Los datos recopilados por los investigadores señalan que la temperatura aumentó 0,29 grados entre 1957 y 2015 en aguas cercanas al Archipiélago y que el nivel creció en Canarias una media de 2,1 milímetros cada año entre 1927 y 2010, esto es, 17,6 centímetros en 84 años. Durante este tiempo, y sin contar con los 'mordiscos' con los que la ciudad ha ido cercando el arenal, la playa ha perdido de cuatro a ocho metros de arena según la zona.

Los datos obtenidos a partir de las observaciones más recientes indican, además, que el ritmo al que aumenta el nivel del mar está acelerándose. Ya ha crecido desde los 2,1 milímetros al año hasta situarse en 3,3, lo que supone un aumento del 50%, y de cara a las últimas décadas del siglo, entre 2081 y 2100, el IPCC calcula que la subida promedio se situará entre ocho y 16 milímetros por año. Con estos dos ritmos como referencia, los autores del estudio modelizaron distintos escenarios en puntos de la Playa Grande, la Playa Chica y la Peña de La Vieja, que cuentan con perfiles y alturas de arena diferentes desde la zona intermareal al paseo.

La arena puede desaparecer de la zona de la plaza de Saulo Torón durante las pleamares máximas de 2100 si se materializa el escenario más extremo, el que contempla una subida de 16 milímetros por año en el último tramo de este siglo. Esta zona cuenta con unos 80 metros de arena en la actualidad, ancho que los investigadores reducen en 35 metros durante las pleamares medias de comienzos del siglo XXII con el escenario más favorable (el de ocho milímetros), o en 39 con el más desfavorable.

Algo más al sur, a la altura de la calle La Palma, la situación puede complicarse incluso antes. Aunque también es una zona ancha, la hondonada que hay en la parte seca de la arena cerca del paseo podría anegarse de manera puntual de aquí a dos décadas, en las pleamares máximas en torno a 2040, si se cumplen las estimaciones más pesimistas. Con un aumento de ocho milímetros como referencia, las mareas altas medias reducirían el ancho de la playa en 40 metros, pero si el incremento llega a ser de 16 milímetros también se inundaría la hondonada y "el agua llegaría al paseo en 2090", según Hernández y sus compañeros, que estiman que esta situación se repetiría en otros puntos de la playa grande, como a la altura de la calle Hierro.

Las estimaciones para la Playa Chica no son mucho más optimistas. Los modelos indican que la disminución de la arena en este recoleto punto de Las Canteras durante las pleamares medias puede llegar a ser de 50 metros a finales de este siglo en el escenario más optimista, y de 58 en el más extremo. De acuerdo con estas modelizaciones, la zona desaparecerá engullida por el océano durante las mareas máximas en 2100, incluso aunque el ritmo de aumento del nivel del mar sea de ocho milímetros anuales.

El elevado perfil de arena de la zona de la Peña de La Vieja -llega a 3,5 metros de altura con respecto a la zona intermareal- permitirá que esta franja del arenal pueda sobrellevar mejor el aumento del nivel del mar, aunque Hernández advierte de que lo que quedará será "una extensión ridícula de playa" durante las pleamares máximas: con un incremento anual de 16 milímetros se perderían 48 metros, por lo que la franja seca se limitaría a 10 metros de ancho. Si el mar aumenta a finales de siglo ocho milímetros al año, también se perderían 46 metros durante las mareas más intensas al llegar el año 2100.