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Vecinos de San Lorenzo piden que el santo sea copatrón de la capital

El Obispado asegura que el caso requiere documentos que avalen la devoción al mártir

San Lorenzo en su hornacina, en el altar mayor de la iglesia. JUAN CARLOS CASTRO

Los vecinos de San Lorenzodada la importancia religiosa, patrimonial y devocional de la imagen del mártir. Se da la circunstancia de que Las Palmas de Gran Canaria no cuenta con un protector masculino, aunque sí femenina: Santa Ana.

La petición la ha realizado la Asociación de Vecinos de Lugar de Lugarejo y su comisión de fiestas, que también ha instado al alcalde a tramitar el expediente para declarar la Noche de los Fuegos de interés turístico de Canarias. Una solicitud presentada en 2018 por Unidos por Gran Canaria-CC en la junta municipal de distrito por sus más de 150 años de historia.

La instancia se ha hecho tras los festejos, que este año han tenido un sabor amargo para los vecinos. Y no solo porque las fiestas, declaradas también de la ciudad desde 1990, no se hayan podido celebrar a causa de la covid-19, sino por la prohibición de la concejalía de distrito de tirar voladores por peligro de incendio ya que no se había limpiado el barranco a tiempo. Una prohibición que, sin embargo, se saltaron algunos vecinos alegando la "defensa de sus tradiciones" la víspera del día grande.

El cura de San Lorenzo, Elías Zaít, señalaba esta semana que la demanda había sido "una sorpresa" y que trasladaría la petición vecinal al Obispado de Canarias, aunque desconocía los trámites concretos que había que realizar en un caso de estas características.

El vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera, señaló ayer que es el Obispado de Canarias el que tiene autonomía para la designación pero que antes de que sea aprobado o no por el Consejo Episcopal, órgano de gobierno de la Diócesis, el caso debe ser estudiado y para ello es necesario aportar documentación que avale "la trayectoria histórica y religiosa de esa devoción" hacia el santo, martirizado en una parrilla el 10 de agosto de 258. Cabrera tampoco supo concretar qué papeles había que presentar puesto que es una petición nada común. "Habría que investigarlo", dijo.

El historiador de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio Gómez Zorraquino, explica en "Los santos patronos y la identidad de las comunidades locales en la España de los siglos XVI y XVII" que ligar la protección de un santo a un municipio y ciudad está en consonancia con la búsqueda de una identidad colectiva, de una historia común. Muy habitual en esos siglos tras la unificación del territorio por los Reyes Católicos y la búsqueda de un pasado que, en el caso de una España católica, se afianzó con el Concilio de Trento y con su ensalzamiento a los santos y a las reliquias como modo de boicotear a los protestantes.

"Los santos, patronos y sus restos y reliquias aparecían en escena como la solución perfecta para cumplir con los mandatos de Trento, y para satisfacer las demandas de las comunidades locales, regionales o de un país necesitadas de una identidad propia y deseosas de que esta fuese lo más prestigiosa posible. Para ello, la fábrica de sus santos patronos se convertía en algo imprescindible. Otra cosa es el largo camino que debían de recorrer para lograr apropiarse de un determinado patrón", relata en una ponencia del Curso 'Fábrica de Santos: España siglos XVI y XVII', organizado por la Institución Fernando El Católico (2010) en clara referencia a las luchas entre municipios por apropiarse del santo con más pedigrí.

El caso de Santa Ana es un claro reflejo de ello al estar ligada a la fundación de la ciudad (1478). El mito, recogido por fray Juan de Abreu Galindo en 1632, relata que una anciana indicó el lugar en el que Juan Rejón debía de asentar sus tropas castellanas. La mujer fue identificada por el deán Juan Bermúdez como Santa Ana por la devoción que como sevillano tenía a la imagen del barrio de Triana, y se asumió su protección.

La patrona, cuya festividad es el 26 de julio, no ha logrado, sin embargo, mantener el prestigio a lo largo de los siglos, y otras imágenes marianas como la virgen del Pino o la del Carmen le han relevado en cuanto a fervor popular.

El 10 de mayo de 2016, el pleno municipal de Las Palmas aprobó por unanimidad declarar las fiestas en honor a la virgen del Carmen festejos de la ciudad, por la devoción popular que hay a la imagen de La Isleta, una solicitud que fue promovida por Unidos por Gran Canaria y en la que también se requería "reconocerla como copatrona de la ciudad".

El cronista de la ciudad, Juan José Laforet, aseguró que el Ayuntamiento no tiene potestad en ese campo puesto que al ser España un país aconfesional esa decisión le corresponde al Obispado. "Ni siquiera de proponer, ni de oponerse a ello", apuntó el historiador, quien señaló que, en todo caso, puede reconocer la petición por el peso que San Lorenzo tiene como "elemento identitario de un lugar por su tradición pero no como hecho devocional".

De momento, a San Lorenzo le avalan más de 350 años de historia en el municipio ya que su ermita data de 1638.

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