"Buenos días, le llama la Policía Local. Estamos colaborando con el equipo de rastreo de Sanidad y nos consta que está teniendo una actitud insolidaria con el resto de la ciudadanía ante la situación de alerta por el coronavirus. Si no colabora con ellos le advertimos que puede tener un problema superior al que ahora tiene". Es una de las advertencias que han realizado los agentes a uno de los ciudadanos indisciplinados que ha hecho caso omiso de las indicaciones de los rastreadores sanitarios, encargados de localizar a las personas que han estado en contacto con un positivo. Se trata de una medida más que pone en marcha la concejalía de Seguridad y Emergencias para frenar la expansión del virus en la Isla en colaboración con el Gobierno de Canarias.

Los policías llaman a las personas que no han seguido las pautas del equipo de Sanidad, tras varios toques telefónicos para conocer que siguen las indicaciones. Es decir, cuarentena en el domicilio o hacerse la prueba PCR para descartar que están contagiados. Los agentes investigan además en sus bases de datos para dar con aquellos ciudadanos que no han sido localizados por el número de teléfono facilitado por los contagiados.

Por el momento, solo han tenido que advertir a ocho personas ya que la mayoría de la ciudadanía colabora con Sanidad en cuanto alguno de los 158 rastreadores sanitarios les avisa del peligro de un contagiado cercano. De los ocho casos, uno ha requerido que el atestado llegue a Sanidad Pública, quien determinará si el individuo pasará a los juzgados o no.

En la mayoría de los casos resueltos se alegaban razones laborales o de viaje para incumplir con las pautas sanitarias prescritas.

Los agentes que están en el operativo de apoyo se identifican con su número de placa y dejan también un número de teléfono para que la persona pueda comprobar que efectivamente esta siendo requerido por la autoridad municipal para su colaboración. El protocolo también se extiende con las diligencias que abren; cuando un ciudadano obedece las indicaciones se cierra el caso.

El concejal delegado de Seguridad y Emergencias Josué Iñíguez Ollero indicó ayer que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de Sanidad y del Gobierno canario todas las herramientas y el personal -policía y bomberos- con el que cuentan para contener la expansión del virus. En este sentido, se han incrementado las patrullas en la calle para vigilar que ni las personas ni los locales se salten la normativa por el Ejecutivo y se utilizan drones para detectar aglomeraciones aparte de su habitual labor de control y seguridad ciudadana.

La policía acude dos veces al día, a las 12.00 y a las 18.00 horas, a la Biblioteca Pública del Estado, desde donde están operando los 158 rastreadores sanitarios, para recoger aquellos casos de indisciplina. "No es lo mismo que te llame un sanitario que un policía", puntualiza el edil para sostener que la autoridad que representa la Policía Local ejerce un importante papel disuasorio entre los ciudadanos, quienes cumplen con diligencia con lo requerido. Y pone como ejemplo el de una joven que se hacía la remolona para hacerse la prueba PCR porque quería irse de viaje y en cuanto la llamó la policía acudió a hacérsela y remitió los datos por correo a los sanitarios. "La labor que hacemos es de mediación y la inmensa mayoría de las personas con las que hemos intervenido hasta el momento han cumplido la petición", asegura el edil, quien añadió que la policía está dando "el do de pecho" para atajar los contagios. Desde julio han puestos unas 2.800 multas por no llevar mascarilla o llevarla mal puesta y se ha sancionado a 160 locales por el aforo.

La colaboración ciudadana está siendo además de mucha utilidad para detectar botellones, asaderos y reuniones ya que llaman a la policía para avisar. Por el momento se ha multado a 133 personas. La policía señala que los sitios habituales de botellón están cambiando ante el control de los agentes.