Juan José Cardona llegó a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria con un masivo respaldo electoral que le otorgó 16 concejales, traduciendo la esperanza de miles de ciudadanos en recuperar la confianza perdida tras un mandato del socialista Jerónimo Saavedra con muchas sombras en la gestión y con la presión de la crisis económica. Nada más llegar, el nuevo alcalde lanzó mensajes nítidos de austeridad: se bajó del coche oficial, frenó el gasto en horas extras del personal público y acotó las llamadas de móvil. Pero la contratación de dos cargos de confianza concretos, el gerente de Guaguas Municipales con un sueldo superior al del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y su cuñada, Cristina Reyes, para ponerla al frente de la gestión de Limpieza, atajaron su puesta en escena inicial. Luego, el amago de recortes sociales a los mayores, con el frenazo en seco de la financiación del servicio de ayuda a domicilio, terminó por marcar sus primeros 100 días de gobierno que cumple mañana.

Todo fueron parabienes en sus pasos iniciales por el viejo hotel Metropol. Cerró el despacho que su antecesor había ocupado en las Casas Consistoriales en un gesto de acercamiento a los ciudadanos, sus primeros viajes al viejo hotel Metropol los hizo en guagua o en su coche particular -fue en un utilitario a tomar posesión al auditorio Alfredo Kraus el 11 de junio-, se quitó los guardaespaldas y prohibió los conductores a los concejales. Fue un claro soplo de aire fresco en la ciudad, que corroboró encima con comportamientos al más alto nivel diplomático, como su ejemplarizante y deportiva felicitación a San Sebastián tras la decepcionante pérdida de la ciudad de la Capitalidad Cultural Europea 2016.

Pero a finales de julio, y sobre todo durante el mes de agosto, empezaron a torcerse las cosas. Y en todos los casos por decisiones propias. En la primera junta general de Guaguas Municipales se produjo el nombramiento de Miguel Ángel Rodríguez, el ex 'número dos' de Global, como director general de la compañía urbana con un sueldo anual de 96.000 euros. La semana siguiente se conoció la contratación de su cuñada como gerente de Limpieza.

Las críticas fueron a más con su gestión del servicio de ayuda a domicilio, que el Ayuntamiento presta a personas mayores sin recursos a través de una contrata. El 1 de agosto suspendió esas ayudas alegando que "no hay dinero para todos" y excusarse en que cometía una ilegalidad si aumentaba el gasto. La oposición se le echó encima y empezaron a salir casos extremos de abandono. Cardona tardó en reaccionar hasta el día 12, en que restableció el servicio a 40 ancianos en situación de emergencia, hasta que el día 19 acabó frenando en seco el recorte, que ahora intenta reconducir.