| Fuego y calor. Ayer fue un día caluroso, especialmente para los que tienen enterrados a sus seres queridos en las tumbas más alejadas de la entrada. Pero el calor no fue inconveniente para que a la salida los usuarios comieran castañas como si estuviéramos a bajo cero. "Nos se vende lo que se vendía antes. Uno se saca el sueldo y poco más", aclara Gervasio Cabrera, junto al asador de castañas que vende por dos euros. Junto a su puesto, había uno de helados, otro de chucherías y otro de comida rápida en el que se vendían con gran éxito kebabs, hamburguesas y papas fritas.