Desde primeras horas de la tarde miles de devotos de todas las edades y nacionalidades fueron tomando posición en las diferentes vías por las que transcurrió inicialmente la procesión y sobre todo en el punto de embarque, donde fue recibida con una gran ovación.

Rodeado de claveles blancos, gladiolos y orquídeas, la salida del trono de la iglesia fue espectacular. Mingo Nieves, que junto a Juansi Rodríguez es el responsable de la imagen de la Virgen, se mostraba muy orgulloso y satisfecho con el nuevo look de la venerada. "Este año está más guapa que nunca y hay más gente que nunca", no se cansaba de repetir. A los hombros de los sufridores costaleros y al ritmo que marcaba la banda de música La pequeña Estefanía, de Pedro Hidalgo, la imagen de la Virgen se encaminó hacia el muelle escoltada por los gastadores de la Marina y precedida cerca por el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, que estuvo acompañado por el vicepresidente del Cabildo, Fernando Bañolas; la consejera de Sanidad, Brígida Mendoza; la concejala de Ciudad del Mar, Mimi González; la diputada y ex alcaldesa Pepa Luzardo; el presidente de la comisión de fiestas, Juan Luis Barragán; y las misses de El Carmen y La Isleta.

Entre vítores, aplausos y piropos, la imagen de la Virgen se dirigió hacia el punto de embarque. A su llegada a la plaza Manuel Becerra, Juan Sánchez, un melillense que lleva muchos años en la Isla, le dedicó un emotivo verso que paralizó la comitiva. "¡Viva la Virgen del Carmen, vengo todos los años a verte para que veas que te quiero!" Este cantar llegó al alma de todos. Más adelante, Graciela Olmedo, una argentina que lleva 40 años en la ciudad, se emocionaba al paso de la Virgen. "Soy devota de toda la vida. La Virgen del Carmen es universal", sentenció. También Simone, una chica sueca que lleva en Las Palmas de Gran Canaria cerca de 30 años, lo reconoce. "Soy atea, pero quizá porque mi marido es pes-cador le tengo una admiración especial y siempre que puedo vengo a verla".

Entre bocinazos de los barcos y grandes aplausos, la Virgen llegaba al lugar de embarque cerca de las 20.00 horas. Después de acondicionarla en la barcaza de la Marina, la Virgen del Carmen inició su paseo marítimo seguida de cerca de un centenar de embarcaciones. Su desfile fue apoteósico, con gente agolpada en la avenida marítima y en el Muelle Deportivo. Tras su retorno al lugar de partida, la procesión retornó a paso lento hacia su iglesia matriz, donde fue reciba con una amplia exhibición de fuegos artificiales cerca de la media noche.