El Juzgado de lo Penal número 4 de Las Palmas de Gran Canaria dejó ayer visto para sentencia el juicio contra un empresario de la capital grancanaria acusado de acoso sexual a una de sus trabajadoras. El teniente fiscal de Las Palmas, Ernesto Vieira, solicitó para Julio G. B. una pena de seis meses de prisión, así como la obligación de indemnizar a la víctima con 3.000 euros por los posibles daños morales causados.

El fiscal se apoyó en la declaración de la denunciante y en un informe de la psicóloga forense para elevar a definitivas sus conclusiones provisionales. La perito judicial sostuvo en la vista oral, celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal número 4 de Las Palmas de Gran Canaria, que el testimonio de la víctima era creíble.

Según las conclusiones del ministerio público, los diferentes episodios de presunto acoso sexual se produjeron entre los meses de abril y junio de 2007. El fiscal considera que el empresario solicitaba relaciones sexuales con insistencia a una empleada de la limpieza.

La víctima trabajaba en el parquin situado sobre la plaza Santa Isabel, y la empresa que explota el negocio es propiedad del acusado. El ministerio público añade que el imputado tocaba los glúteos y los pechos a la víctima, siempre de "forma inesperada" y "por encima de la ropa", según Vieira.

El representante del ministerio público considera que, mientras se producían los supuestos tocamientos, el acusado dirigía a su empleada de la limpieza "comentarios obscenos", algunos muy subidos de tono, que le causaron ansiedad.

Lo niega

Se trata de alusiones al físico de la denunciante y a su origen sudamericano, del tipo "estas colombianas siempre con sus rellenos". El fiscal agrega que el acusado abusaba de su condición de jefe cuando realizaba esos actos y proposiciones, pues el empleo dependía sólo de la voluntad del empresario y la víctima ya había mostrado su "disgusto" y oposición a esos supuestos episodios de acoso.

Sin embargo, Julio G. B. negó los hechos y acusó a su exempleada de denunciarlo por venganza tras despedirla del trabajo. La abogada del acusado solicitó al juez la libre absolución bajo esos mismos argumentos.