Danielis Temitel lo había advertido nada más entrar al edificio Miller: "Tengo lágrimas de alegría y de tristeza". Al final fueron las últimas las que derramó, acompañada por el resto de los voluntarios de Las Palmas de Gran Canaria 2016 que tampoco pudieron contener la emoción.

Cogidos de la mano para aplacar un poco los nervios, los jóvenes vieron por la pantalla gigante al presidente del jurado, Manfred Gaulhofer, decir la ciudad ganadora. Al nombre de San Sebastián le siguió un gran silencio. Nadie en el edificio Miller se lo esperaba. Se barajaban otros nombres: Córdoba, Burgos... pero el de San Sebastián, no.

Al poco tiempo alguien del público empezó a aplaudir y el resto del recinto le siguió. En los primeros minutos reinaba la incredulidad y la frustración. El sueño de tener un espacio dentro de Europa desaparecía. Las Palmas de Gran Canaria volvía a su recuadro blanco debajo de la Península Ibérica.

"Aportamos más que San Sebastián. Pero como sabemos ganar, también sabemos perder. Hay que seguir trabajando con los jóvenes", apuntó Nieves Sosa, voluntaria de 2016. Tantas eran las expectativas ciudadanas que Miller se quedó pequeño. Voluntarios y vecinos compartieron gradas con empresarios, artistas y políticos que quisieron mostrar su apoyo a la candidatura.

En sólo las décimas de segundo que se tarda en pronunciar San Sebastián la ilusión quedaba atrás. Por mucho que los voluntarios trataron de ocultar su tristeza con palabras de apoyo, los meses de trabajo, especialmente los seis últimos, pesaron más que la contención.

"No lo esperábamos. San Sebastián no estaba dentro de nuestras favoritas. Canarias tenía la oportunidad de salir adelante, pero se ve que tira más el continente. Lo que se ha conseguido en esta ciudad en aspecto cultural ha sido único en estos tres años", dijo Félix Reguera, otro voluntario.

Hasta 2.000 personas han colaborado de manera altruista con la candidatura desde que hace tres años el por aquel entonces alcalde, Jerónimo Saavedra, hiciera pública su aspiración a Capital Europea de la Cultura 2016. Un trabajo que se hizo especialmente intenso el último año y sobre todo después de que Las Palmas de Gran Canaria pasara el primer corte el pasado mes de septiembre.

"Hemos trabajado para ganar, pero sinceramente no nos esperábamos que fuera San Sebastián", reconoció Danielis Temitel, nacida en Cuba pero una de las voluntarias más activas en los últimos meses.

A su casa se llevan la desilusión, pero también la unidad porque entre todos han creado una organización que al estar constituida de manera jurídico independiente les permite autofinanciarse y perdurar en el tiempo aunque no se gane el reconocimiento.

"Creía que íbamos a ganar, tenemos un gran proyecto y podemos ponerlo en funcionamiento. El proyecto no es sólo un libro, es una realidad, vamos a seguir trabajando en el parque de las Creaciones, con los riscos y los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria", comentaba el coordinador de Acción Social, Agoney Melián.

La ayer alcaldesa accidental, María del Carmen Hernández Bento, también admitió que fue "una sorpresa" para ella que ganara San Sebastián, aunque fue bastante comedida en sus declaraciones. "No quiero pensar" en que ha primado la cuestión política en la decisión del jurado, sino que "las seis ciudades finalistas tenían argumento de peso como para ser Capital Europea de la Cultural".

Bento opinaba así sobre una de las afirmaciones más extendidas por el edificio Miller: El jurado no tuvo en cuenta los aspectos culturales y sociales como venía prometiendo, sino que se dejó llevar por la presión política. Asimismo, adelantó que los proyectos del parque de las Creaciones y Engánchate al Risco seguirán adelante.

Por su parte, el portavoz socialista, Sebastián Franquis, lamentó que la Capitalidad fuera "un gran sueño que no se ha hecho realidad" y reconoció que "nadie de los que estábamos aquí esperábamos que San Sebastián fuera la vencedora".