¿Son capaces los perros de aguantarse las ganas para no hacer sus necesidades en la vía pública? Esta es una de las preguntas que la oposición se planteó ayer con uno de los artículos de la nueva normativa que regula el tránsito de perros, en el que queda "rigurosamente prohibido que los animales realicen sus deposiciones en cualquier parte o elemento de la vía pública", salvo que sea "inevitable", en cuyo caso, el "conductor del animal está obligado a recoger y retirar los excrementos, e incluso a limpiar la parte de la vía que hubiera resultado afectada".

El concejal del Partido Popular, Felipe Afonso, consideró ayer, que el afán de los socialistas por contentar "a todo el mundo" les ha llevado a establecer normas tan "absurdas" como ésta, porque todo el mundo sabe que los animales acostumbran a dejar sus regalitos donde les cuadra. Las calles de esta ciudad son una muestra del descontrol canino, o mejor de algunos dueños, en materia de deposiciones. De hecho, el Ayuntamiento se ha basado en razones de higiene para cerrar a los perros el paso por la avenida de Las Canteras, desde la plaza de Pepe el Limpiabotas hasta la plaza de La Música, incluidas calles peatonales adyacentes.

Más de dos años ha tardado el Gobierno socialista en modificar la nueva normativa que regula el tránsito de animales para al final mantener más o menos la misma situación que existía, tal y como puso de manifiesto la concejala de Compromiso, Nardy Barrios. La posibilidad planteada de que los perros pudieran pasear por zonas concretas del paseo de Las Canteras se ha descartado -La concejala de Desarrollo Sostenible Inmaculada Medina reconoció ayer como un "gran error" la experiencia piloto que puso en marcha en la zona de la Cícer- y las únicas novedades radican en que los canes podrán pasear por las calles y zonas peatonales y parques cerrados, excluyéndose las zonas verdes y áreas de juegos infantiles. La comisión de pleno de Desarrollo Sostenible aprobó ayer, con la abstención del PP, las modificaciones de las ordenanzas de Limpieza y Convivencia Ciudadana y el reglamento de Costas y Playas, para introducir dichas modificaciones, en las que también se establecen áreas específicas para perros. Según Afonso, la nueva normativa mantiene "la inseguridad y ambigüedad jurídica. Intenta contentar a todo el mundo y al final, no contenta a nadie". La nueva normativa fue alegada por 1.800 personas.