- ¿En qué aspectos están trabajando en el comisión de Puertos de la Cámara?

- Nuestra principal guerra es la representación en la Autoridad portuaria. La Cámara de Gran Canaria tiene que estar representada en el consejo de administración. Y también creemos que en el consejo debe haber más representación empresarial y menos política. De 16 miembros, 12 son políticos, uno sindical y tres empresariales, sin aclararse la plaza de las cámaras. Esto contradice el espíritu de la Ley de Puerto, que quiere profundizar en la inversión privada. Porque las consignatarias avalamos económicamente 12.000 escalas en Las Palmas, y resulta que no tenemos voz.

- Las cámaras de Lanzarote y Fuerteventura piden el tiempo compartido. ¿Qué opina?

- Eso es demencial. Parece que políticamente se está esperando las elecciones para decidir, porque Lanzarote y Fuerteventura quieren tener presencia también. Es incongruente que en las cajas de ahorros los políticos están abandonando los consejos, y en el Puerto hay ese desfase. Al menos debería haber un 50% de representación empresarial. Cualquier político sensato que oiga estos argumentos... Es un hecho tan contundente, que no tiene réplica. Más presencia supone que el empresario se implique más. ¿A quién se le ocurre invertir en un sitio donde no controla, ni decide? Es incongruente. Si un presidente de gobierno o consejero no entiende eso, es que no está en la línea de lo que es el puerto.

- ¿La recuperación portuaria se está trasladando a las cuentas de las empresas?

- Se está ganando menos. Se han bajado tarifas para ser más competitivos. El Puerto debe aprovechar su situación estratégica y hacerla valer fuera. Y tiene estructura suficiente para ganar un 30% o un 40% de tráfico.

- ¿No se ha hecho bien el trabajo para lograrlo?

- Creo que estábamos acomodados, porque teníamos el tráfico prácticamente solo. Ahora hay que buscarlos. Y Marruecos se mueve, Gibraltar se mueve y Algeciras se mueve,... La crisis nos ha enseñado que no es suficiente estar estratégicamente situados y el buen clima. Hay que salir a promocionar el puerto.

- ¿Se camina en esa línea?

- Creo que sí. Lo que pasa es que no se hace de la noche a la mañana. Ahí está el tema de las plataformas petrolíferas, el ser puerto base humanitario, se han notado los cruceros, que no se están aprovechando pese al esfuerzo que hacen los consignatarios, y no es un negocio grande para los consignatarios, sino para la ciudad.

- ¿Por qué?

- A los turistas de cruceros habría que facilitarse que compren. Hay colas en las guaguas turísticas, y hace que conseguir lo mismo para otros sectores. Falta conexión entre el puerto y el comercio interior. Que se informen, poner dinero para incentivar las visitas... Hasta ahora estábamos en niveles bajos. Pero todavía estamos a tiempo de engancharnos.

- Los hoteles reconocen que las plataformas de petróleo están llenando los hoteles. ¿Estamos preparados para este negocio en expansión?

- La ciudad se ha quedado corta en camas hoteleras, y cuando hay un pequeño movimiento se queda sin plazas. Por tanto, habría que aumentarlas. Y pocos puertos en el mundo pueden decir que en un mismo día entran barcos tan diversos, por lo que hay hacer más propaganda. El Puerto debería ser la confluencia del exportador e importador entre África y Europa. El punto base de los consumidores con las exportadoras, convenciendo a las navieras de que podemos ser el almacén de África. Para eso hay que venderse y adaptarse.

- ¿Que impacto ha tenido la subida de los fletes un 40%?

- El tráfico Península-Canarias es complicado y caro. Cuando se produjo la subida, no se contempló que bajó durante años y la subida no era real. Tenemos el precio que debemos tener, porque para un armador es una inversión dura. Pero el tráfico Península-Canarias tiene que cambiar, con barcos mayores y menos servicios, o rotaciones más adecuadas.

- ¿Pero ahora hay muchas navieras independientes?

- La gente se pregunta por qué es más caro. Pero es que viene menos contenedores que en trayectos de largo recorrido con gran carga. No es fácil, aunque ha sido siempre polémico. Los importadores se quejan, pero tiene muchas ayudas y gastos más pequeños. Un armador gasta mucho para comprar barcos y contenedores. Creo que la reclamación fue desmedida.