Las incomodidades del intercambiador de Santa Catalina unidas al changuerío que allí suele darse cita por estas fechas y que molesta a las miles de mascaritas que sólo salen a la calle a divertirse, ha llevado a que muchos busquen una alternativa al tradicional mogollón carnavalero del parque. Esos desterrados del mogollón buscan la seguridad que les ofrecen unos muros y un buen equipo de gorilas en las puertas del recinto donde se haga la fiesta que evite la entrada del típico macarra buscapleitos capaz de fastidiar la noche a base de piñas.

Con ese espíritu son numerosas las fiestas que se organizan por la ciudad durante todo este largo fin de semana que se prolongará hasta el próximo martes. Sin embargo, la crisis ha hecho mella en jolgorios tradicionales como el del hotel Santa Catalina, que este año no se pone la mascarita. Un clásico que sí se mantiene en la brecha es el Real Club Náutico, cuya terraza congrega cada noche de mogollón a miles de mascaritas emigradas desde el cercano parque de Santa Catalina. La marquesina trasparente del Club espera este fin de semana a 1.100 personas, su capacidad máxima, cada una de las noches de mogollón. La entrada está reservada a socios e invitados.

Relativamente cerca del parque también se sitúa el Real Club Victoria, que con la misma filosofía que el Náutico organiza para este lunes su tradicional Verbena de los Indianos, reservada para socios. Para el viernes 11, el club de La Isleta organiza la verbena de la Sardina, a la que irá la Banda de Agaete.

El otro polo del jolgorio el próximo lunes se sitúa en Triana, donde el Carnaval Tradicional (eufemismo cursi para la fiesta de los Indianos) llenará de mascaritas la zona noble de la ciudad. En el meollo de la polvareda se celebran varias fiestas. La primera en el Gabinete Literario, que ofrece una cena del Carnaval de Indianos para socios e invitados al final del pasacalle que muere en la plazoleta de Cairasco. Tras la cena, más baile para el que le queden ganas de saltar.

A dos pasos del Gabinete, la discoteca La Maison (antiguo Floridita) organiza varias fiestas de carnavales para colectivos profesionales. La primera ya tuvo lugar anoche y fue la tradicional fiesta de los abogados que cada año cambian togas y códigos penales por las lentejuelas y el antifaz. El siguiente colectivo en celebrar su jarana en La Maison es el de los sanitarios. Médicos, enfermeras y celadores, y allegados, tienen una cita el lunes en la 15ª edición de una de las fiestas de carnavales con más solera de toda Gran Canaria y que se celebra desde 1996. Las entradas para esta fiesta se adquieren en los hospitales y en el propio local de La Maison, y este año se ofrecen premios a los mejores disfraces, aperitivos, barra libre y caldo de amanecida.

Los socios del Club de Deportes La Cornisa también celebran su fiesta anual de mascaritas y para ello se han citado el próximo lunes en la terraza Tao del parque Romano, donde se espera a unas mil personas a las que, además de copas, se les ofrecerán aperitivos para aguantar la noche de Carnaval.

El resto de locales y terrazas habituales de la noche capitalina abrirá sus puertas este fin de semana como si fuera uno más sin límites ni restricciones salvo las que imponga el aforo máximo autorizado. El Ayuntamiento, por su parte, no autoriza fiestas para estas fechas como sí hace para Navidad y Fin de Año. La única exigencia que impone la Corporación es que las fiestas se acaben a las 5.30.