Una de las flotas más representativas de La Luz está a punto de abandonar definitivamente el Puerto. Los barcos chinos, japoneses y coreanos, que recalan una media de ocho veces cada año para descargar y avituallarse, se encuentran con los mismos problemas desde hace meses, sin saber las razones. Y menos aún los saben los empresarios grancanarios, que constatan cómo la mercancía que llega en contenedores de países como Senegal se despacha en apenas ocho días. Y, en cambio, cuando el pescado se descarga directamente en el puerto de Las Palmas puede retrasarse una media de 15 a 45 días. "Esto sólo puede explicarse porque desde el Ministerio de Pesca quiere acabar con esta actividad", denuncia la organización Portupyme, que lamenta que no exista un interlocutor donde poder acudir para exigir responsabilidades, ya que los trámites se centralizan en Madrid.

La única explicación que encuentran es que existan intereses particulares detrás de estas prácticas.