La Fiscalía de Las Palmas ha rebajado este martes a menos de a mitad la petición de condena para los cuatro jóvenes acusados de un delito de abuso sexual a tres menores de 14 y 15 años en una casa abandonada en la calle Agustina de Aragón de Schamann en 2016, para los cuales se pedían condenas que oscilaban entre los cuatro y los 33 años de prisión. Durante la segunda y última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Las Palmas contra J. D. S., K. C. G., N. G. L. y S. M. L, todos mayores de edad cuando sucedieron los hechos, el Ministerio Público ha interesado la aplicación de un atenuante al considerar que los procesados, que en aquel entonces tenían entre 19 y 26 años, son personas con una edad y un grado de madurez similar al de las menores, en aplicación del artículo 183 quarter del Código Penal.

Así, para el acusado K. C. G, para quien la Fiscalía solicitaba una pena de prisión de 22 años a razón de 11 años por cada uno de los dos delitos continuados de abusos sexuales a dos menores, el Ministerio Público ha rebajado su pena a cinco años para cada uno. Diez años en total.

Por su parte, el fiscal ha reducido la petición de 33 años para J. D. S., 11 años por cada uno de los delitos continuados de abusos sexuales a tres menores, a una pena de cinco años por cada uno de ellos. En total 15 años.

En el caso de N. G. L., el Ministerio Público ha interesado una petición de reducción de condena de los nueve a los tres años y seis meses de prisión por un delito de abusos sexuales a una de las manores; mientras que para S. M. L solicitó una rebaja de la condena de los cuatro años y seis meses a dos años de prisión.

Apariencia física

Durante la segunda sesión del juicio prestaron declaración los cuatro acusados, quienes afirmaron que desconocían la edad que tenían las chicas porque en ningún momento les informaron de ello y, además, aparentaban mayor edad de la que realmente tenían. El día anterior, una de las víctimas declaró que se vio obligada a mantener relaciones sexuales y estuvo retenida dos meses, aunque hasta cinco testigos afirmaron que esas relaciones fueron consentidas. 

El acusado K. C. G reconoció que mantuvo relaciones con Andrea pero negó que ésta le hubiese contado la edad que tenía ni que vivía en un centro de menores del cual se había fugado, como sí testificó ella en la jornada anterior al afirmar que al conocer al procesado en esa casa le dijo la edad que tenía. “Aparentaba tener mínimo 18 años por su físico y por su comportamiento”, aseveró el acusado, quien señaló además que “no conocía la edad de nadie” en relación a las distintas personas que entraban y salían continuamente de aquella infravivienda. 

En su declaración, K. C. G testificó que desconocía que mantener relaciones sexuales con personas menores de 16 años era delito y negó haber atado o usado látigos con las chicas, a pesar de que ellas en su declaración explicaron que se utilizaron en contra de su voluntad y de que los policías que han declarado como testigos confirmaron ver durante el registro de la vivienda. Además, el procesado explicó que en su móvil había un vídeo sexual donde aparecen la menor y él pero desconoce quién lo grabó; y también negó que una de las personas que estaban en la casa le advirtiera del peligro del contacto sexual con menores de edad, tal y como declararon el lunes dos testigos. 

Por su parte, J. D. S. también testificó que desconocía que fueron menores porque las chicas no se lo dijeron. “Si lo llego a saber ni siquiera las meto en la casa”, señaló. El procesado explicó que tampoco haber sido advertido del peligro de las relaciones sexuales con menores a las que calculaba “18 años por su apariencia, su vestimenta y su forma de hablar; y tampoco recuerda haber visto látigos en aquella vivienda. J. D. S. consideró que interpusieron la denuncia contra ellos “por despecho”. “A Andrea y Ana (también ficticio) les gustaba K. C. G y discutían por él”, afirmó. 

Por último, en su declaración, el tercer acusado, N. G. L, explicó que, aunque aparentaban más edad, sabía que las chicas eran menores pero desconocía la edad exacta; mientras que S. M. L reconoció que hizo “algún tocamiento” pero “sin malas intenciones”.

Por todo ello, las abogadas de K. C. G y J. D. S. han pedido la libre absolución, mientras que N. G. L. y S. M. L aceptan las penas que se piden para ellos. El juicio ha quedado visto para sentencia