Los cruceristas regresarán a Las Palmas de Gran Canaria en dos semanas y media. El Mein Schiff 2 de TUI zarpará del muelle Santa Catalina el día 18 y unas semanas después se le unirán otros buques para tratar de salvar la antaño intensa temporada alta de invierno con circuitos en principio limitados a Canarias. Con el sector bajo lupa tras los graves brotes a bordo de varios buques al comienzo de la pandemia, el Archipiélago se convierte uno de los primeros mercados del mundo -ya ha habido algunas experiencias en Grecia o Italia- donde las navieras vuelven a operar tras el parón forzoso. Administraciones públicas y navieras han negociado durante meses los términos del retorno a la actividad, y a pie de muelle la Autoridad Portuaria ha activado un protocolo de prevención para evitar que las escalas supongan un problema de salud pública tanto en tierra como a bordo.
Las navieras retoman la actividad en Canarias con planes de prevención refrendados por los países bajo cuyo pabellón navegan los buques. Este es uno de los principales motivos por los que la actividad crucerística está limitada por ahora a los barcos con bandera europea: aunque se rigen por protocolos de distintos estados, todos se encuentran bajo el paraguas normativo de la unión. Los buques de TUI están registrados en Malta y los de AIDA, que arrancará sus rutas en noviembre, en Italia. Todos lo harán, además, con una ocupación restringida a poco más del 60% de la capacidad total de los buques de acuerdo con una estimación que tiene en cuenta el número de camarotes con ventilación exterior o con sistemas de aire con filtros HEPA, y con enfermerías y zonas de aislamiento reforzadas, según explica el director comercial de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín.
Los circuitos están limitados por el momento a los puertos del Archipiélago
Las actividades a bordo de los cruceros se regirán por un plan de salud. En el caso de TUI, existe la obligación de informar a los pasajeros de que las escalas y las visitas dependen de la situación epidemiológica de cada puerto de escala, y las excursiones están restringidas a un máximo de 10 personas. AIDA, que se rige por la normativa italiana, especifica que las excursiones se organicen a través del barco y en grupos burbuja. Las navieras, además, se están mostrando inflexibles en este aspecto: hace poco más de un mes, MSC expulsó del MSC Grandiosa a unos pasajeros que durante una visita a Nápoles se saltaron repetidamente la prohibición de alejarse del grupo.
A pie de muelle, la Autoridad Portuaria ha puesto en marcha un protocolo que fija tanto las condiciones de atraque -dos en Arrecife, uno en Puerto del Rosario y otros dos en La Luz- como los aforos, los flujos de personas o la presencia en el recinto portuario de los distintos profesionales que prestan servicios a los barcos, desde provisionistas hasta consignatarios o maleteros. Los puertos, explica Martín, están preparados no solo para las operaciones en aguas del Archipiélago, sino también para afrontar futuras travesías que incluyan paradas en otros territorios europeos, como Madeira: “Hemos habilitado las instalaciones con todos los requisitos porque aunque ahora las peticiones sean para Canarias, a partir de enero el mercado puede abrirse”.
Responsables de las distintas empresas que participan en las operativas portuarias de los cruceros ya han recibido formación sobre el plan de prevención de la Autoridad Portuaria para que lo pongan en conocimiento de sus trabajadores, y durante las escalas se activarán inspecciones “para comprobar que se cumple el plan”, agrega Martín. La administración portuaria tiene previsto invertir hasta medio millón de euros de aquí al final de la temporada en la adaptación de la zona de cruceros a la nueva normalidad con trabajos como la instalación de grifería y urinarios automáticos o nuevos tornos para separar los flujos de personas. A partir de ahora, los cruceristas solo podrán salir del área acotada de Santa Catalina por la acera norte, donde se están instalando unos tornos automáticos, y la zona más cercana a la garita de control quedará restringida a las entradas.
TUI y AIDA, los primeros
El primer barco en arrancar con los cruceros por el Archipiélago será el Mein Schiff 2, uno de los buques más modernos de la flota de TUI. Ya visitó el Puerto hace poco más de un año durante su temporada inaugural y ahora realizará travesías por las Islas con Las Palmas de Gran Canaria como puerto base todos los domingos. El Mein Schiff 1 comenzará el 5 de noviembre en Santa Cruz de Tenerife, donde tendrá su base. AIDA empezará a navegar algo más tarde, a mediados de noviembre, y no lo hará con ninguno de los barcos que en estos momentos tiene fondeados en las Islas, sino con el AIDAmar y el AIDAperla, que ya han sido sometidos a los trabajos de adaptación necesarios. Sus operaciones de puerto base estarán repartidas entre las dos principales puertos canarios: aproximadamente un 70% de los pasajeros embarcará y desembarcará en La Luz y el resto, en la terminal que el grupo Carnival -matriz de la naviera alemana- gestiona en Santa Cruz de Tenerife. A partir de ese mes se espera la llegada de otras navieras, como Hapag Lloyd, que tiene previsto traer a las Islas el lujoso Europa 2, o CroisiEurope, que ya tiene a la venta un crucero de ocho días con parada en varias islas del Archipiélago. | J.C.G.
