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Barrios | Unión vecinal en La Isleta

Los vecinos se unen contra los okupas

Los residentes de la calle Tauro en La Isleta se han organizado a raíz de la ocupación ilegal de una vivienda que acababa de ser adquirida por una pareja

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Los vecinos se unen contra los okupas en la calle Tauro Juan Castro

Los vecinos de la calle Tauro en La Isleta se han unido para luchar contra la ocupación ilegal en su zona. Esto después de que dos personas se metieran a la vivienda del que fuese un residente “muy querido” por ellos y que se quedó abandonada tras su muerte.

La llegada de okupas a la casa terrera situada en el número 41 ha sido el detonante para que los habitantes de la calle se organizaran y crearan redes de comunicación para luchar contra las ocupaciones ilegales de las viviendas que se encuentran en su zona. Y es que resaltan que este tipo de actos además de ser “injustos” generan miedo en la comunidad, en especial, cuando las personas que se meten a las viviendas vacías no se “integran” al sector. “Para nosotros esa es la casa de Roque Pérez del Pino que falleció hace unos años. Él era el contable del Bar Julio que era de gran referencia en La Isleta y vivía solo por lo que tras su muerte se quedó abandonada”, explica el profesor del Departamento de Arte, Ciudad y Territorio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Vicente Díaz.

Hace una semana la tranquilidad de la calle situada en el barrio obrero se vio perturbada con la llegada de una pareja a la vivienda que perteneció a Roque Pérez. “Vimos que una chica entró junto a un chico a la vivienda y ocuparon la casa. La Puerta estaba abierta y es ahí cuando empezamos a notar que algo extraño estaba sucediendo”, señala el arquitecto. En un principio relata que “desconocían” si los que estaban entrando a la casa eran los dueños o si efectivamente se trataba de unos okupas, por lo que decidieron comenzar a investigar lo que estaba aconteciendo respecto a la casa terrera. “Descubrimos que la había comprado una pareja y que no era de esa gente que estaba dentro, por eso empezamos a contactarnos todos los vecinos para saber qué podíamos hacer”, apunta.

“No estamos en contra de esto cuando se hace por necesidad”, resalta un vecino

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El profesor de arquitectura ha estudiado el tema de la ocupación ilegal a lo largo de los años en Canarias. “Yo he visitado ocupaciones como la de la comuna La Esperanza en Santa María de Guía que tiene 75 familias y esa tiene un sentido. No es legal pero es legítimo ya que es un fenómeno que corrige un desequilibrio como lo es las viviendas vacías y personas con problemas para llegar a fin de mes”, añade, “en esa comunidad, por ejemplo, hay muchos niños y familias con verdaderas necesidades”, reseña Díaz. El arquitecto y vecino de la calle comenta que “bajo el fenómeno de la ocupación también se oculta la delincuencia” por lo que teme que en este caso tenga más que ver con esta última y no por necesidad. Díaz lo entiende así ya que el inmueble tiene un propietario.

Asimismo narra que en los últimos días la policía ha estado en la calle por diferentes altercados referentes a la casa terrera “cosa que no pasa habitualmente. Es una novelería porque todos salen a verlo y es triste notar como tu calle empieza a convertirse en una zona donde hay fenómenos extraños que implican la llegada de los funcionarios policiales”, destaca.

La “preocupación” ha invadido a los vecinos debido a todo lo que ha estado aconteciendo desde que los okupas entraron a la vivienda. “Los vecinos que están más cerca se alarman al escuchar ruidos, música, fiestas, entre otras cosas”, por ello, explica Díaz, han decidido crear un grupo de WhatsApp para mantenerse informados sobre todo lo que acontece. El dueño ha informado a los vecinos que el caso ya está denunciado por lo que la policía ya ingresó a la vivienda y tomó acta de quiénes estaban dentro y de la situación. “El propietario está muy ilusionado con venir a vivir aquí, la compró hace poco y no ha podido utilizarla”, recuerda.

“A mí el tema okupa tiene una dimensión que se nos escapa a nosotros como vecinos y vecinas. No es que estemos en contra de ellos, es que no estamos de acuerdo con el abandono de las casas. Un hecho puntual como el de este domicilio ha hecho que todos sepamos a quiénes pertenecen cada una de las viviendas abandonadas en esta calle”, indica el profesor de la ULPGC. Gracias a estas investigaciones efectuadas por los residentes de la calle Tauro se “han evitado ocupaciones ilegales en otras casas”. “En un momento determinado logramos contactar con el dueño momentos antes de que la ocuparan”, relata, “estamos por mantener nuestra calidad de vida. Somos isleteros sí, pero también somos de la calle Tauro y nos importa todo lo que pasa aquí”, insiste Díaz.

Solidaridad

La pareja que adquirió la casa número 41 se ha “sentido arropada y ha recibido toda la solidaridad por parte de los vecinos”. “Se han encontrado con una calle que es muy especial con un espíritu de unión increíble”, sentencia el arquitecto.

Óscar Ramírez dueño de la casa ocupada añade que sus nuevos vecinos “son como una gran familia” y expresa que “esperamos q está situación pueda volver a la normalidad y que se haga justicia con la mayor celeridad. Confiamos en que la ley actúe ante este tipo de atropellos que están levantando una gran alarma social”.

Por su parte, Francisco Ortega vecino de la calle señala que su preocupación radica en que son personas que “no se integran, al contrario, se encaran con la gente y dicen que van a utilizarla como un prostíbulo”. El lunes llegaron a la casa, señala el residente Javier Ramos, a la vez que cuenta que “a los niños les da miedo estar fuera de casa porque los miran con mala cara”. “Tenemos miedo de que se convierta en un foco de venta de drogas, cuando pasamos por ahí recibimos insultos y no queremos vivir así”, resalta.

Los habitantes temen que dañen la puerta “esbelta y única” que tiene la casa ocupada

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“Nos preocupa el vandalismo porque esa vivienda cuenta con la puerta más esbelta de toda La Isleta y hemos visto como en los últimos días han sacado muebles y cosas de la casa”, explica Díaz. Todo lo que han hecho los okupas ha sido registrado por los vecinos para que se utilice como prueba para los dueños de la vivienda.

“Si no nos unimos ¿quién nos defiende?”, se pregunta el conocido artista y también vecino de la calle Pepe Dámaso. “Esto es un problema que radica en la moral del ser humano” y es por ello que asegura que se unen para cuidarse y apoyarse en estos temas.

Vicente Díaz también hace un llamado a los propietarios de viviendas vacías para que “hagan algo con ellas porque nos interesa que las casas se ocupen y prolifere la vida en ellas”. Sin embargo, a pesar de todos los problemas acontecidos desde que la vivienda fue ocupada, los vecinos se encuentran “positivos” porque se han unido y se conocen mucho más. “Sabemos quién es quién, estamos continuamente en contacto”, concluye Díaz.

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