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Folclore | Aniversario de una agrupación que marcó una época

50 años de Los Guanijay

El grupo folclórico de Schamann cumple medio centenar, cinco años intensos y 45 en el recuerdo

50 años de Los Guanijay

Con un total de 157 actuaciones en apenas cinco años, el grupo folclórico Los Guanijay vivieron un lustro corto pero intenso. Todo comenzó hace justamente 50 años, cuando unos amigos del barrio capitalino de Schamann decidieron reunirse un 12 de octubre para tocar unos temas en la antigua sede de la Oje de Ciudad Alta, con motivo del denominado en tiempos del franquismo “Día de la raza”. Unos pibes jóvenes en su mayoría que lograron repercusión en poco tiempo. Con motivo de su medio centenario la idea era intentar volver a reunirse, como ya han hecho en otras ocasiones en fechas señaladas, pero la pandemia les truncó vivir tal celebración como les habría gustado.

“La Oje era entonces el único sitio donde nos podíamos reunir los jóvenes”, explica Alfonso Pozuelo, uno de los miembros fundadores. En vista de los actos que se iban a celebrar en el barrio con motivo del 12 de octubre decidieron montar un pequeño grupo, bastante improvisado, reconoce, pues para tocar dieron uso, incluso, a las botellas de anís. Les había picado “el gusanillo” del folclore, una tendencia musical que por aquel entonces estaba en auge con agrupaciones como Los Sabandeños y Los Gofiones, las cuales llevaban ya unos años tocando.

El pintor Felo Monzón diseñó la portada del primer disco de Los Guanijay en 1971

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Los Guanijay contaron en aquel primer encuentro con la ayuda de algunos componentes de otro grupo de la época, Los Roncotes, entre ellos, Fernando Benítez, Pipo Hernández y Felito Monzón; es más, este último hizo las veces de director durante un breve tiempo, detalla Pozuelo. En la Nochevieja de 1970 volvieron a actuar en la sede de la Oje de Schamann, hoy Gran Canaria Espacio Digital, aunque los mejores tiempos estaban por venir.

En 1971 el grupo comenzó a darse a conocer entre el público isleño, especialmente en los barrios de la capital grancanaria. Manolo Rodríguez Quintero tomó la batuta del grupo y el compositor Sindro Saavedra aportó su ingenio para escribirles buena parte de las canciones que vieron la luz en su breve trayectoria. “Formalizamos el grupo”, apunta Pozuelo. Aquel año actuaron en fiestas como las de Schamann y San Gregorio, en Telde; en el Pueblo Canario; y además lograron su primera aparición en televisión -TVE- en la víspera de Navidad.

“No nos podrán arrebatar dos cosas, el espíritu guanijay y nuestra amistad”, apunta Pozuelo

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Y así hasta llegar a su gran año: 1972, con un total de 58 actuaciones. “Íbamos a una por semana”, indica Pozuelo. Cantaron en el Aeroclub, volvieron al Pueblo Canario y a TVE, grabaron en Radio Popular, ensayaron en el Teatro Pérez Galdós y recorrieron los festejos de media Isla y más allá, pues dieron el salto a Lanzarote. También tocaron en varias ocasiones en la casa de Mary Sánchez, artista consagrada, y también en programas de convivencia en residencias de ancianos, el psiquiátrico o lugares como el Gabinete Literario o la Feria del Atlántico.

Aquel 1972 les traería dos grandes hitos a remarcar. “Grabamos nuestro primer disco”, indica Pozuelo. Para ello se desplazaron hasta los estudios RCA en Madrid, pues aprovecharon que habían sido seleccionados para representar a Gran Canaria en una feria regional en la Casa de Campo de la capital española, mientras que por Tenerife fueron Los Sabandeños.

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“Grabamos de corrido, todos juntos, entramos a las ocho de la tarde y salimos a las cuatro de la mañana”, recuerda Pozuelo entusiasmado aún. “La portada del disco nos la diseñó Felo Monzón”, explica. Saavedra, por su parte, aportó en este primer álbum cuatro temas: La sieca está seca, Isa de los campos, Nana loca y El último guanche. “Sus ganas de hacerlo mejor lo llevaron a estudiar música y lo animamos entre todos a que nos siguiera componiendo”, señala este antiguo músico.

El otro gran hito de 1972 transcurrió durante las fiestas de Schamann, pues el grupo nunca perdió de vista el barrio que les vio nacer. Aquel septiembre de hace 48 años interpretaron en la iglesia de los Dolores una “misa canaria”, actuación que repitieron en otras ocasiones, tanto en Ciudad Alta como en varias localizaciones hasta su disolución, incluida una boda.

“Al año siguiente preparamos nuevos temas”, indica Pozuelo. Es más, en diciembre los componentes del grupo participaron en un homenaje a sus propios padres en el Círculo Mercantil. Ya en 1974, la sede de esta misma entidad capitalina acogió el estreno de la obra musical La Sirena, con una letra de Sindo Saavedra “que denominó zarzuela canaria”, detalla este miembro fundador. En ese momento incorporaron 13 voces femeninas y obtuvieron “gran éxito de público y crítica”, resalta.

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Ese fue su segundo año con más actuaciones. De hecho, volvieron a cantar en las fiestas de Arrecife -Lanzarote- y además acudieron por primera vez a las del Pino, en Teror. En su cuarto aniversario grabaron su segundo y tercer disco en los estudios Kirios de Madrid, con la discográfica CBS, apunta Pozuelo. En 1975, en cambio, el número de veces que subieron a los escenarios decayó considerablemente, incluso cambiaron de director; hasta que finalmente tuvieron su broche final en las fiestas de Schamann.

“Lo que sí quiero dejar claro es que el recuerdo de aquellos años y la nostalgia de un volver, no nos podrá arrebatar dos tesoros que poseemos: el espíritu guanijay y la amistad”, señala Pozuelo. Tras esa última actuación en el barrio que les vio nacer cada uno continuó su propio camino, explica. “Unos fueron a la mili, otros a estudiar a La Laguna”, indica. “Incluso alguno sigue por ahí dando el callo en el mundo de la música”, recalca.

El virus impide al grupo volver a reunirse por las fiestas de Vegueta y Schamann

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El propio Alfonso Pozuelo formó un grupo, con algunos componentes de Guanijay y otros jóvenes que terminó derivando en Canto Siete. “Tiramos más por la música social, lo que se llamó después nueva canción canaria”, indica. Pero, a pesar de acabar “disgregados”, han logrado reunirse en otras cuatro ocasiones. En 1995 con motivo de su 25 aniversario en el Cicca. En 1996 en la Casa de la Cultura de Schamann -hoy Espacio Digital- para realizar un homenaje a Felito Monzón, su primer director. Al año siguiente despidieron a este en el Muelle Deportivo con unas folias y malagueñas, detalla Pozuelo. Por último, tocaron en la plaza de Don Benito en 2006 como homenaje a su compositor Sindo Saavedra tras fallecer unos meses antes.

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Este año les llegó la oportunidad de volver a reunirse en Schamann y Vegueta, pero no ha podido ser. En el recuerdo quedan los más de 30 componentes que han formado parte del grupo a lo largo de su historia: Tony Cruz, Antonio Moreno, Cayetano Sánchez, Paco Martín, Ramiro Suárez, Pepe Ródríguez, Domingo Lázaro, Pepe Valdivieso, Eduardo Santana, Manolo León, Alfonso y Carlos Pozuelo, Ricardo Saavedra, Miguel Monzón, Fernando López, Pipi Martín, Wilo Spinola, Martín Merino, Javier Medina, Eduardo González, Manolo Jiménez, Pepe Juan Jiménez, Rafael Beltrán, Chano González, Segundo Valverde, José Luis Rodríguez, Manolo Rodríguez, Pepe Olivares, Pepe Gordo, Domingo Guerra, Felito Monzón, Fernando Moriano, Juan Alemán, Pepe Juan Ramírez, Juan Carlos Santana, Juan A. Ruiz, Rafael Bello, Carlos A. Casimiro, Paco Rodríguez, Sindo Saavedra y Gregorio Pérez Lolo -quien ejerció de relaciones públicas-.El grupo folclórico cumple en una semana 50 años de historia; aunque estuvieron en activo de 1970 a 1975. En la imagen principal, un momento de la última actuación del grupo con motivo de la fiesta de los Dolores de Schamann en septiembre de 1975. Debajo, de izquierda a derecha, las portadas de los tres discos que llegaron a sacar y, por último, el cancionero canario de Sindo Saavedra, compositor del grupo.

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