Un anfiteatro al aire libre a orillas del mar, una gran noria o un parque tecnológico avanzado. Estas son solo algunas de las 36 propuestas que un grupo de alumnos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la Universidad de Tokio han diseñado para transformar la Base Naval. Se trata de una serie de iniciativas que forman parte del proyecto conjunto de ambas instituciones educativas denominado “Islas como laboratorios del antropoceno (IS-LAB)”. Este pretende ahondar en la adaptación de los entornos urbanos bajo los criterios de sostenibilidad ambiental contemplados dentro de la Agenda 2030 y ante situaciones previsibles como puede ser el cambio climático.
La iniciativa ha estado dirigida por los profesores Jin Taira, de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, y Kotaro Imai, de la Universidad de Tokio; además han contado con la colaboración de otros cinco enseñantes en Japón. Por parte de los alumnos, han participado un total de 52 estudiantes, de los cuales 17 son nipones y el resto canarios. Estos han presentado una serie de propuestas que han trabajado a lo largo del último curso académico. De las 36 resultantes, 17 han sido diseñadas en el país asiático, 10 serían de los alumnos del grado de Arquitectura y nueve del máster en Economía del Turismo del Transporte y del Medioambiente.
Los proyectos han estado expuestos durante los últimos días en la Fundación Martín Chirino -el castillo de La Luz- dentro de la sexta semana anual del Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria. La ULPGC y Japón llevan ya tres años de estrecha colaboración, según detalla el profesor hispano nipón Jin Taira. Mientras en las dos anteriores convocatorias se habían centrado en crear proyectos de transformación para la bahía de Tokio, con la participación de reputados profesionales como Kengo Kuma, “en esta ocasión tocaba traer el proyecto de cooperación a la capital grancanaria”, indica Taira. De ahí que el espacio escogido haya sido la Base Naval, un punto del ámbito portuario que las instituciones locales llevan décadas solicitando su devolución a la ciudad al Ministerio de Defensa español.
Barco rojo y teatro.
La propuesta del estudiante japonés Kento Matsui gira en torno a un gran anfiteatro al aire libre, cuyo escenario estaría abierto hacia el muelle de Santa Catalina con una cubierta vegetal. Un espacio diseñado también para permitir la navegación con pequeñas barcas. Además, crearía un puente que conectaría el espigón norte del Arsenal con el parque del Frente Marítimo; a mitad de pasarela contaría con una torre transitable que haría las veces de mirador.
Paraíso natural.
En este caso la estudiante japonesa Shen Yining ha ideado un gran espacio verde alineado con el eje de Mesa y López. El Arsenal estaría cubierto por unas lomas artificiales ajardinadas con zonas para picnic o actuaciones. Además, habría varios edificios circulares de gran porte y diseño vanguardista destinados a centros deportivos o de investigación, zona de eventos, restauración o un teatro. Para el profesor Jin Taira es de las apuestas “más potentes”, aunque sería “casi irrealizable” de hacerse realidad por su alto coste. Por otro lado, al igual que otros proyectos, incluye también en el ámbito de actuación la superficie del actual Club Náutico.
Vientos alisios.
Los estudiantes de la ULPGC Caballero, Marrero y Benítez han decidido en su propuesta “realinear” todos los edificios y la composición de la trama urbana del Arsenal para que pueda ir en consonancia con los vientos alisios, explica Taira. El proyecto estaría desplegado en dos capas, una inferior donde se desarrollarían servicios comerciales y culturales; mientras que la cubierta está diseñada a modo de espacio libre con jardines. Además, los bordes del muelle serían “resiliente e inundable”, adaptándose así a una subida del nivel de mar.
Parque acuapónico.
Rintaro Takaki ha decidido en su propuesta transformar la Base Naval en un parque científico en el que desarrollar los cultivos acuapónicos y la acuicultura. La mayor infraestructura tendría una forma ovalada inclinada, para captar la luz solar y evitar los vientos alisios. En este habría zonas acristaladas, desde donde el público visitante podría ver las plantaciones, explica Taira por su parte. El proyecto incluye un hotel y piscina.
La gran noria.
El nipón Bin Guo plantea una gran noria alineada con el eje comercial de Mesa y López, por lo que sería su colofón final ante el mar. El espacio que quedaría entre esta atracción y la entrada actual al Arsenal estaría ocupado por una serie de edificios con hasta 10 plantas, aunque las más bajas tendrían grandes bases de tal manera que mitigaría así el efecto de verticalidad, explica Taira. Las torres estarían unidas con pasarelas transitables y tendrían uso residencial, oficinas, hoteles o zonas comerciales.
Parque tecnológico.
Pérez, Negrín y Santana proponen desde la ULPGC un proyecto que modificaría ligeramente el dique norte del Arsenal hacia el interior de la dársena y, además, lo uniría al intercambiador de Santa Catalina. El frente estaría liderado por cuatro edificios de I+D o un coworking a modo de parque tecnológico avanzado. Como eje central habría una gran sala de conferencias y hacia Mesa y López una serie de nuevos edificios con distintos usos.
El mundo de la pesca.
Yuya Kawaguchi ha ideado una suerte de urbanización recreada en el sector pesquero con un punto de vista turístico y comercial. Habría almacenes de productos marinos, un centro logístico, un mercado, una terminal de cruceros y un estadio deportivo. Los nuevos edificios tendrían cubiertas azules “inspiradas en las olas”, indica el profesor.
Cine al aire libre.
La propuesta conjunta de Pérez, Morales y Klementowska (ULPGC) proponen un parque tecnológico-comercial con aparcamiento subterráneo, el cual estaría dividido en áreas temáticas. Habría espacios deportivos, de restauración, una galería de arte, un jardín botánico y como colofón, alineado a Mesa y López, un cine al aire libre junto al mar.
Otras propuestas niponas.
Los estudiantes japonseses han presentado otras propuestas para la Base Naval. Por ejemplo, Kazuya Nikami ha planificado una gran terminal de transporte público, incluyendo ferris y conexión al actual muelle de cruceros. Ren Sakuragawa, en cambio, ha ideado un muelle como centro logístico de la producción de vino de Gran Canaria, una bodega en el puerto. Otra opción es la visión apocalíptica de Mizuki Iseki, que nos habla de una ciudad inundada por el mar en el año 2170 y un Arsenal con estaciones de taxis o buses acuáticos. Mientras, Akihiro Nasu se ha inspirado en el paisaje industrial de las plataformas petrolíferas.
Otros proyectos canarios.
Desde la ULPGC hay otros proyectos no descritos. Por ejemplo, el de Ramírez, Herrera y Vidal, con una nueva calle interna alineada con la Casa del Marino con edificios de tipo cultural, comercial o de investigación; o la propuesta de Alonso, Álamo y Maciuniak, donde la avenida marítima está soterrada y el Arsenal y Santa Catalina forman un único corredor verde, con centros de ocio, deportivos, un museo, además del club náutico.
