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La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

En el parque Romano una docena de jóvenes huye al ver a una patrulla nocturna | LA PROVINCIA/DLP pasea con una pareja para conocer el dispositivo Covid-19

La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

Es sábado noche y la Unidad nocturna de la Policía Local se prepara para salir a patrullar la ciudad. El oficial César da las últimas instrucciones a 8 de estos agentes en la sede de la Jefatura de Miller Bajo, y lo hace en el mismo párquin de la instalación policial como medida preventiva contra el coronavirus. No es una jornada cualquiera para sus hombres; no lo viene siendo desde que el virus hizo su aparición y comenzó la desescalada. A su tarea habitual de atajar la delincuencia y proteger a la ciudadanía se ha sumado la de detectar a los irresponsables que incumplen con la normativa covid-19. Hoy [el sábado] recorrerán 61 puntos de la ciudad donde habitualmente se concentran grupos de jóvenes, algunos de ellos para hacer botellón. Una de las fuentes de contagio.

LA PROVINCIA/DLP viaja con una patrulla y, en apenas cinco horas, impondrán 38 multas a menores y jóvenes por no llevar la mascarilla bien puesta, 4 por hacer botellón, 3 por tirar basura a la calle y 1 por portar estupefacientes.

El agente Jesús mide la temperatura a los periodistas antes de subir al coche y emprender destino al barrio de Vegueta. Él y su compañero Sebastián -se omiten los apellidos para preservar su identidad- conforman la unidad X02, reforzada en esta ocasión por otra patrulla al ser fin de semana.

La Unidad Nocturna de la Policía Local en un control Covid-19 en la plaza del doctor Rafael O`Shanahan, este sábado.

El oficial César ya les ha advertido que la estrategia es acercarse a los puntos calientes “sin ser vistos” ya que su sola presencia hace que los infractores corrijan los malos hábitos al instante, como así pudo comprobar este diario.

En la Alameda de Colón, una pareja de tortolitos incumple con la distancia de seguridad y no llevan la mascarilla bien puesta. Son los primeros amonestados de la noche; 14 años ella y 17 años él. Los policías controlan que no lleven droga en los bolsillos, ni la han tirado al suelo al verlos. El agente Jesús saca su linterna y rastrea el alrededor sin éxito, mientras Sebastián tramita la multa.

La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

El protocolo con menores impone una formalidad engorrosa a los agentes ya que los chicos deben identificarse con su DNI y avisar a sus padres. A veces, deben esperar a que los localicen o que se personen si no están documentados. En caso de menores desamparados se avisa a Menores.

La situación ha pillado por sorpresa a los jóvenes pero no rechistan a la autoridad. La multa es de 100 euros, 60 si la pagan en cuanto les llegue a casa.

La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

En la plaza Hurtado de Mendoza, las terrazas están llenas de comensales y hay jóvenes deambulando. En un banco, cuatro chicas y un chico no cumplen con el distanciamiento físico que en estos tiempos se requiere y no todos llevan la mascarilla bien puesta. El trámite se pone de nuevo en marcha ante la mirada de los que están en la popular plaza, que se ajustan el tapabocas por si acaso.

Mientras se rellena el formulario, los agentes de refuerzo detectan al vuelo a un hombre de mediana edad que va sin mascarilla. “No la llevo porque voy caminando”, responde el individuo al ser preguntado sin inmutarse. Él también recibe su sanción.

De vuelta a la Alameda de Colón, los agentes se paran en otro grupo de jóvenes sentadas en un banco frente a San Francisco de Asís tras una tarde de compras. La estadística de Sebastián se cumple: “En un grupo de personas siempre hay alguno que no lleva la mascarilla bien puesta”. En este caso, la muchacha dice que se la acaba de bajar “un segundo porque estaba agobiada”. Es la primera alegación para rebajar una pena que, sin dilación, se impone.

La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

A pocos metros del Teatro Pérez Galdós, tres menores incurren en lo mismo mientras se fuman un cigarro: Mascarilla bajada y sin distancia social. “¿Qué nos van a multar?”, dice uno; “¿en serio?”, apunta otro tratando de tocar el corazoncito de los agentes. Sebastián les advierte del coste de incumplir la normativa y de que si el pago es inmediato y no hay alegaciones se queda en 60 euros. “¡60 pavos chaval!; eso son unas playeras”, responde el tercero al ajustar el precio a su realidad.

En la azotea de la estación de San Telmo, la amonestación por no tener el tapabocas correctamente provoca la llantina de una joven acompañada por un chico. “La llevo puesta todo el día y justo que me la he bajado un momentito va y me multa”, explica. Tiene 17 años pero sus lágrimas no afligen a Jesús, que se muestra impasible acostumbrado a que los jóvenes pongan excusas cuando se les hace un control. “Seguro que está habituada a resolver así las cosas”, argumenta, mientras su compañero Sebastián indica que es la respuesta “más habitual” que da la gente en este caso.

Son las 11.30 de la noche y en la plaza Rafael 0’Sanahan un grupo de menores se entretiene con unos patinetes. Algunos de ellos no llevan el tapabocas bien puesto pero se excusan que están al aire libre. El cacheo de mochilas, carteras y pantalones se repite en busca de drogas. Y las alegaciones también: “Me paso todo el día en el instituto estudiando, mi padre es un currante. Vas a multar a una pobre familia”, puntualiza uno. Otro intenta suavizar el asunto aduciendo que “con la gesticulación la mascarilla se baja”. “El virus no respeta, hay que buscar una que no se baje”, le responde Sebastián.

La Policía Local recorre 61 puntos de la ciudad para evitar los botellones

El control no ha gustado a los jóvenes. Y el que dice ser estudiante, masculla: “Un virus que no existe pero ellos te multan. Siempre multan a los mismos. Esto es una pasada”. La sanción pasará primero por el registro de Jefatura y, al ser leve, llegará al Ayuntamiento, quien la envía al sancionado. En el caso de grave, la tramita Sanidad Pública.

Tras una parada técnica en el destacamento policial de Santa Catalina, la patrulla acude al parque Romano, donde se ve el primer botellón de la noche, incrédulamente a escasos metros del edificio de las Oficinas Municipales.

Los agentes han entrado en el parque con las luces del capo del vehículo apagadas pero su presencia es detectada por algunos de los jóvenes, y un grupo de unos diez echa a correr hacia León y Castillo. Para otros diez jóvenes veinteañeros comienza el trámite policial. En su caso, no solo llevan mascarillas o la llevan mal puesta, sino que además consumen alcohol en la calle, algo prohibido y sancionado con 120 euros.

La patrulla acude a la playa de Las Alcaravaneras. Allí también hay un botellón, aunque solo de tres jóvenes. Otros dos entrados en años acaban de aparcar en la rampa de bajada del Náutico para ir a comprar bebidas, caminan sin mascarilla y han dejado encima el coche en un sitio prohibido. La sanción, enfada a una de ellos, de origen sudamericano, que salta: ”Se está hinchando el gobierno a poner multas, espero que también multen a todos los moros que no llevan mascarilla”.

En el lateral del cementerio del Puerto, se detecta a 8 veinteañeros a punto de hacer un botellón. Salvo uno que está dentro del coche, que está exento de llevarla, el resto no tiene bien colocado el tapabocas. La discusión con los agentes estriba en que no había botellón ya que, salvo la botella de ron, no había nada abierto. Ni hielos, ni refrescos. “Como no puede ser por el botellón, ahora me multan por la mascarilla”, dice el más gallito acorde con el tigre de su camiseta. El joven argumenta que el policía interpreta lo sucedido. Y Jesús le advierte que presentar alegaciones si no está de acuerdo pero que si sigue con el tonito, “la denuncia administrativa se convertirá en penal”. La autoridad les manda retirarse y uno plantea: ¿nos vamos a mi casa?. Desde que comenzó la pandemia hasta el viernes han fallecido 46.252 personas en nuestro país.

Más de 380 denuncias por beber en la calle


Desde julio, mes en el que comenzó el dispositivo policial para hacer cumplir la normativa covid-19 tras la desescalada, se han impuesto en la capital 11.987 denuncias por no hacer uso de la mascarilla en espacios públicos, 913 por incumplimiento de la normativa en establecimientos y 385 por botellón, según la concejalía de Seguridad y Emergencias. En la actualidad, la policía tiene detectados unos 40 puntos en la ciudad donde se practica habitualmente el botellón gracias a las inspecciones policiales y las denuncias de vecinos, asociaciones de comerciantes y servicio de Limpieza. El consumo de alcohol en la calle está penado pero se ha convertido en una práctica habitual de ocio entre los jóvenes de la sociedad del bienestar. En estos momentos de pandemia supone un importante foco de contagio al mezclarse la diversión con la bebida y, en ocasiones, las drogas. El rastreo policial de la noche del sábado se realizó en los cinco distritos de la ciudad y se inspeccionaron plazas, parques, paseos, miradores y hasta polígonos industriales. La Policía Local ya ha advertido que incrementará los controles dadas las fechas navideñas sin bajar la guardia en otras actividades delictivas como el consumo de drogas o el alcohol al volante. | L. S. V.

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