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Los comerciantes de Schamann alertan sobre la “desidia” que sufre Pedro Infinito

Los pequeños empresarios sostienen que la falta de iluminación, seguridad y limpieza de la zona comercial abierta ha provocado la pérdida de clientes

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Comercios en Schamann Andrés Cruz

Los pequeños comerciantes del barrio de Schamann alertan la “desidia” en la que aseguran está hundida la zona, en especial, el eje de Pedro Infinito, una calle que se aleja de lo que en antaño fue y que ahora muestra muchos locales vacíos. Esta situación, comentan algunos empresarios, se debe a la falta de inversión y promoción por parte del Ayuntamiento.

El declive lo ha venido presenciando el dueño de Relojería Joyería Padrón, Rafael Padrón de 76 años, que inició este negocio familiar que regenta junto a su esposa Concepción Ruíz desde hace 55 años en la calle Zaragoza, y de un tiempo para acá, sostiene, ha visto como “se va a pique”. Además de las consecuencias económicas que está dejando la crisis sanitaria, el comerciante reseña que todo está “muy flojito”.

Esto va muy mal, la zona de Schamann, especialmente, en Pedro Infinito y Zaragoza desde que caen las seis de la tarde se queda desolada”, lamenta a la vez que denuncia que llevan “más de 20 años diciéndole a los políticos y sobre todo al Partido Popular y al PSOE -que forma parte del tripartito que gobierna en el Ayuntamiento-, que cambien las luces y nos den más vida a la calle pero no hay forma”, enfatiza.

A su juicio los nuevos negocios que se instalan en la zona no duran por estas causas y que asevera que no hay atractivo alguno en las calles comerciales y es que insiste en que “la luz es algo vital para que funcione el sector”. “A eso se le suma la falta de movimiento en el lugar que hace que los establecimientos no aguanten mucho tiempo y cierren”, explica.

Asimismo hace hincapié en que caminar por Zaragoza o Pedro Infinito “da miedo” por la oscuridad en la que se encuentran. “Esto es muy triste, de noche no se puede transitar”, asegura. Otro de los factores que el pequeño empresario considera ha sido causante del descenso de la zona es que la “mayoría de las personas prefiere ir a grandes superficies”. De la pandemia van “escapando” ya que indica que las personas suelen cumplir las normativas y aguardan sin problemas afuera del negocio que sólo admite a una persona dentro por cuestiones de aforo por lo que añade que el coronavirus “no es todo el problema de la zona comercial, sino la dejación política”. También teme que la situación empeore con la incorporación del carril bici en ambas calles. “Vale más que nos compren la corona y nos manden de una vez al otro barrio. Con eso van a terminar de echarle el candado a los locales porque es muy difícil que alguien joven venga a abrir su comercio que solo le va a durar tres días”.

Los comerciantes de Schamann alertan sobre la “desidia” que sufre Pedro Infinito

Ni siquiera las compras navideñas han impulsado la zona y es que este mes ha sido “fatal” para las tiendas de la zona ya que los clientes acuden a los centros comerciales para adquirir los regalos de la época. “Aquí solo vienen a poner pilas a sus relojes, mientras que el resto de personas se van a las grandes superficies y es que crear tantos centros comerciales ha sido el crimen más grande que se ha cometido contra las islas”, reseña además que las fuerzas políticas no les apoyan “en nada”. “No nos ayudan, no nos escuchan. Vienen sólo cuando van a pedir votos pero no intentan salvar la calle ni hacen nada por los barrios. Es un crimen lo que está pasando en Schamann”, asevera el pequeño comerciante que cuenta que a pesar de estar jubilado sigue trabajando en su local junto a su esposa. “No he cerrado porque no pago alquiler y mi mujer atiende el negocio conmigo, así que no tengo empleados. Pero si esto sigue así tendremos que echar los candados”, comenta con tristeza.

Una opinión que comparte Carmelo Suárez dueño de una joyería situada en Pedro Infinito que lleva su apellido y suma 55 años en la zona. El comerciante indica que la situación a comparación con épocas anteriores es “fatal y desastrosa”. “Cada año ha ido en declive, con o sin la pandemia igual hubiese bajado aunque no estrepitosamente, como ahora. Las ventas este mes han sido malas, no corresponden a este mes y puede compararse con el verano de 2019 que no se vendió nada”, apunta. “La gente está en ERTEs o en paro y lo poco que tienen lo guardan porque no saben que va a pasar mañana, a eso se le suman los trabajos precarios y la crisis sanitaria”, insiste.

A su parecer la zona también se ha venido descuidando por parte del gobierno local. “El Ayuntamiento no cuida esta zona, les da igual. Eso sí, en lugares donde hay centros comerciales si se preocupan por mantenerlos”, reclama Suárez a la vez que exige que al Consistorio que vele por tener las calles iluminadas, limpiarlas y podar árboles pero no hacen nada”.

La propietaria de la floristería Adaflor en Pedro Infinito, Pino López, también comenta que “la gente no está muy animada a comprar”. “La calle se estaba recuperando de la crisis en 2016 pero este año decayó. El anterior tampoco fue muy bueno, aunque mientras hayan flores de pascua se vende algo en diciembre hasta el 20 que se paran las ventas”, indica. Asimismo, manifiesta que este mes ha vendido estas flores típicas de Navidad un poquito más porque la otra floristería de la zona cerró y se quedó ella sola con este tipo de negocio en el sector. “Lo que más tiene vida en la calle son los comercios de comida y de segunda mano. El resto de los locales ha cerrado y el que no lo ha hecho está liquidando. Yo me estoy manteniendo porque me queda poco para jubilarme, de lo contrario ya hubiese echado el cierre porque hay meses en los que no se factura nada”, lamenta.

Por su parte, Margarita Ojeda Medina dueña de la boutique Lasy que suma ya 45 años en la zona comercial prefiere no hablar de este año por las consecuencias económicas que ha dejado a causa de la pandemia por coronavirus. “Se ha notado una diferencia enorme. Yo vendo trajes para eventos y por eso he escapado porque cuando un hijo hace la comunión o se casa, por ejemplo, no te frenas para comprar el traje para la celebración. Sin embargo, como todo lo han venido adelantando no hemos tenido las ventas de otros años”, asegura a la vez que resalta que el anterior fue bueno para su negocio y este “va caminando” y ha tenido una bajada en la facturación del 50%.

Algo que también ha ayudado a la comerciante es que cuenta con una clientela fija “en casi todas las islas” por los años que lleva regentando el local. “Eso es lo que me ha salvado”, sostiene, aunque admite que para Navidad adquiere prendas con precios más asequibles porque de octubre a enero se vende más la ropa para uso diario y para regalar mientras que el resto del año se dedica a vestuario de festivos.

“Este año nos ha afectado en todo porque no hay una estabilidad, todo está en ‘stand by’. Espero que con la vacuna todo empiece a caminar aunque hasta final de enero estaré con la tienda ya que pienso traspasarla porque me da pena echar el cierre ya que es un negocio que funciona bien pero ya es hora de jubilarme”, explica Ojeda.

Lo que más se ha vendido en esta campaña navideña, narra la propietaria, han sido las gabardinas y prendas que se utilizan para el invierno que tienen un precio más económico que el resto de ropa que ofrece la boutique. Además, la comerciante adquiere ropa según el estilo de su clientela por lo que asegura que sus compradoras siempre encuentran lo que les gusta en su local, lo que ha hecho que sean fieles a la tienda.

También hay empresarios que han apostado por la zona comercial pese al “abandono” que reseñan los propietarios de locales icónicos de estas calles como la dueña del Bazar Sara, Lorena Saldaña, que tiene dos años en el lugar aunque estuvo cerrada desde que comenzó el Estado de Alarma y abrió sus puertas hace tan solo 20 días. La empresaria, que es sanitaria, se ha renovado y ha añadido a sus diversos productos la venta de artículos personalizables con la técnica de sublimación algo que le ha permitido mantener el negocio ya que “le ha gustado a muchas personas”. “Hacemos mascarillas, collares, piedras naturales; materiales que a la gente le llama la atención”, explica a la vez que sentencia que “ahora vendo de todo”.

Saldaña también comenta que a pesar de la crisis sanitaria en estas fechas las personas prefieren quitarse algunos gustos para poder dar detalles a sus seres queridos y además, en su local, sostiene que tiene “precios más asequibles a comparación de los centros comerciales” lo que llama mucho más la atención de los clientes. Aunque admite que es muy pronto para saber como se comporta la zona comercial en esta época de pandemia. “Los negocios que más han vendido son los que ofrecen comida ya que la gente prefiere ir a esos locales que acudir a mercados donde hay mayor afluencia de personas y estos no tuvieron que cerrar por el Estado de Alarma, por lo tanto son los menos afectados”, asevera.

Otro comercio que apostó por la zona es Buycheap que abrió sus puertas en junio de este año tras un traspaso. Su dependienta Tania Henríquez Manzano cuenta que en esta franquicia americana las ventas han estado “bastante bien” aunque añade que al principio las personas se mostraban un poco más reacias a comprar por la crisis sanitaria. “Poco a poco se fueron animando mucho más y sobre todo con la campaña de Navidad”, resalta a la vez que explica que lo que más se está buscando este mes son los juguetes para los regalos y las decoraciones típicas de la época.

“Han venido mucho por los juguetes que al ser económicos han servido para esas personas que quieren donar a los niños de bajos recursos y para quienes no tienen mucho dinero para adquirir los regalos navideños”, apunta. También cuenta que los alimentos “están muy bien de precio, más baratos que en los supermercados” por lo que los vecinos de la zona que “muchos son pensionistas” se han sentido atraídos, además de que reciben encargos de productos americanos por parte de los residentes latinos.

Por otra parte el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Schamann, Nauzet Martín, también manifiesta que el eje de Pedro Infinito y Zaragoza ha ido decayendo desde hace unos tres años aunque ha tenido momentos en los que ha comenzado a resurgir. A su vez, indica que hay planes de mejora que aún no llegan por parte del Ayuntamiento enmarcado en el “plan director de la zona comercial abierta que está en marcha desde hace dos años y consiste en mejorarla estéticamente”. Martín cifra en un 25% los negocios que han tenido que cerrar este año en el que se “ha acentuado el cese por el tema de impuestos y la pandemia”, mientras que han abierto nuevas cafeterías. Concluye además que Schamann tiene una campaña navideña “normalita”.

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