Las lentejuelas, el charol y el raso lucen en el escaparate de Atrevida, una tienda de vestidos de fiesta, zapatería y complementos para mujer en Juan Manuel Durán. Su dueña, Josiane López Da Silva, sabe que esta Navidad no es como otra cualquiera. Sin cenas de empresa, sin reuniones familiares y de amigos y sin cotillones, sus artículos de fiesta no tienen mucha salida comercial este 2020 pero no por ello ha dejado de esmerarse en adornar su expositor. Es un ejemplo del esfuerzo que están haciendo los comerciantes para incrementar las ventas pese a la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus.

“Se está vendiendo muy poco, todos los vestidos que vendo son para cenar en casa. Pero a la gente le gusta estar guapa esa noche; me dicen que ya han llevado demasiado tiempo el pijama durante el confinamiento”, cuenta esta mujer, que lleva 17 años al frente de un negocio especializado.

Josiane, de origen brasileña, ha sido previsora. Ha traído menos mercancía que otros años para Navidad desde Italia, a donde acude a comprar, ha adelantado los descuentos y ha incorporado como novedad unas mascarillas fashion espectaculares, que aportan el toque de brillo a la vestimenta obligatorio de esta Navidad, estemos en la calle o con allegados en casa. “Están saliendo muy bien como regalo, combinan con todo y por lo menos la gente tiene un toque de brilli brilli esa noche”, afirma la comerciante, que subraya que “dentro de lo malo de la situación económica no se puede quejar”.

Las ventas navideñas no salvan el año

En la tienda centroBell Cosmética, de Ventinueve de abril, las empleadas Juani Déniz e Iris Lorenzo confirman que la venta de productos de belleza, tanto para profesionales como para el público, en general, se han incrementado a pesar del teletrabajo, las restricciones impuestas a las peluquerías y centros de estética de pedir cita previa y la reducción de la vida social por la pandemia. Tanto es así que la marca ha abierto una nueva tienda en Lomo la Plana, en Siete Palmas, donde se han incorporado a trabajar tres personas. “El proyecto estaba antes de la pandemia, tras el confinamiento se barajó si seguir adelante o no pero finalmente se optó por abrir”, explica Juani, feliz de dar una noticia buena en estos tiempos.

El negocio se mantuvo “muy bien” durante el confinamiento con la venta online de productos y de una clientela joven que sabe manejar la tecnología. Dicho sistema de compra está contribuyendo ahora a reducir el tiempo de espera en el establecimiento, lo que viene bien para evitar contagios, ya que muchos compradores han optado por buscar primero el producto en la web, estudiar sus características, y acudir luego a la tienda a comprarlo.

“En el ámbito profesional se han incrementado las ventas en productos de coloración y de lacas por eso de las cenas limitadas, mientras que el público, en general, opta por tratamientos de belleza, secadores, planchas para regalar y rapapelos, ya que mucha gente ha dejado de ir a la peluquería por temor a contagiarse”, explica Juani, sobre los artículos de mayor demanda en estas fechas.

Sin aglomeraciones ni colas en los establecimientos, numerosas personas se dieron este sábado en las zonas comerciales de Mesa y López y de Triana para hacer sus compras navideñas. El incremento de público vino muy bien a los locales de restauración, que llenaron así sus terrazas.

El presidente de la asociación de empresarios Zona Abierta Triana, Carlos Betencourth, afirma que las ventas de esta Navidad disminuirán un 10% por debajo de las que se obtuvieron el pasado año en las misma fechas pese a la alegría aparente que hay en las calle tras el Black Friday, que impulso las ventas. “Si hablamos del acumulado, la caída es de un 20%”, señala.

Betencourth añade que, aunque las ventas se están animando con la cercanía de las fechas navideñas, al termino del año habrá entre un 5 o 10% de negocios que no superará la crisis. “Nos va afectar el que este año no haya Cabalgata ni Noche de Reyes”, asegura, consciente, sin embargo, de que es lo que toca en estos momentos.

El presidente de la asociación de comerciantes percibe que la gente está muy concienciada con el tema de los contagios y que está distribuyéndose a lo largo de la semana para comprar y evitar así las aglomeraciones. Asimismo está haciendo más uso de las webs y el teléfono para adquirir productos.

En Rollsman, las cuentas no van mal desde agosto. Al tratarse de un outlet de artículos de vestir y zapatería, a precios muy reducidos, siempre hay clientela. “Hemos ayudado bastante con nuestros precios a la situación de crisis”, puntualiza la encargada Leda Sobreira, que indica que está saliendo mucha ropa de invierno dada la caída de la temperatura.

En el local de artesanía La Molina hay ventas, pero no como otros años dado que uno de sus clientes potenciales es el turismo, que aún no ha llegado a la Isla. “Se está animando pero se nota el impacto de la pandemia y de la economía”, dice el encargado Abián Martel. “Ves mucha gente pero pocas bolsas de compras”, puntualiza ante la afluencia de público en Triana.

Para las hermanas Domínguez la Navidad del 2020 “nada tiene que ver con la de otros años”. Así lo afirman en su tienda de ropa de mujer de Triana, donde llevan más de tres décadas establecidas. Su clientela es mayoritariamente gente mayor, un colectivo que sale poco a la calle para no contagiarse del covid, y turistas por lo que sus ventas han descendido considerablemente, aunque el negocio logra mantener a dos familias.

La situación ha sido tan critica que tuvieron que cerrar otro local que tenían cerca del mercado del Puerto, con el que llevaban más de cien años ya que el negocio familiar lo emprendieron sus abuelos. “La gente está muy indecisa a la hora de comprar, apenas sale por lo que no necesita mucha ropa; la mayoría de lo que vendemos son prendas de sport y para estar en casa”, relata Mercedes.

“Está siendo muy difícil trabajar. Digan lo que digan, nosotros dependemos del turismo, de los hoteles”, puntualiza Maribel, consciente de que si no se revitaliza ese sector, el comercio irá mal. La crisis de la pandemia les ha hecho plantearse el comenzar a trabajar por internet, para facilitar las compras, aunque por el momento optan por la mejor de las sonrisas porque saben que de cara al público “no puedes trabajar desanimado”.Sobre estas líneas, la empresaria Josiane López decorando el escaparate de su tienda de ropa de fiesta, en la zona de Mesa y López. A la izquierda, ambiente en los locales de restauración de la zona de Triana y una mujer espera cargada de bolsas en un banco de la calle mayor, ayer sábado. |