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Comercio | El auge de las librerías

Leer en tiempos de encierro

Las librerías registran de forma unánime un repunte en el volumen de ventas tras el confinamiento | Ensayo e infantil son los más vendidos

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El auge de las librerías: Leer en tiempos de encierro Andrés Cruz

En un mundo lleno de pantallas el libro impreso se ha convertido en la resistencia. Con la aparición del formato electrónico muchos vaticinaron el fin del papel, pero nueve librerías de Las Palmas de Gran Canaria demuestran cada día que el formato impreso está más de moda que nunca. Sinopsis, Archipiélago, Moebius, la Librería del Cabildo, Canaima, El Corte Inglés, el Hada Lucía, Universo Paralelo y Urban Comics registraron un repunte claro de la demanda en este último año.

“Las ventas aumentaron después del confinamiento. Se nota con respecto a otros años que la gente está ávida de lectura”, comenta Margarita Quevedo Talavera, dueña de la librería Archipiélago, en Triana. Después de tanto tiempo encerrados, el libro ha sido para muchos la tabla de salvación en un mar de horas sin horizonte. Las series y películas también ayudaron a burlar al tiempo y repercutieron de forma indirecta en el incremento de la lectura.

Las tiendas de cómics, que para muchos venían siendo propiedad exclusiva del frikismo, reciben cada vez más lectores de un espectro más amplio de público. “Con el estreno de las películas de Marvel y de plataformas como Netflix, que están sacando mucho manga, está creciendo el público de cómic”, explica Fátima Embark, trabajadora de Moebius 2, en la calle Veintinueve de Abril. “Hemos tenido un aumento en las ventas, parece que nos hemos dado cuenta de que lo más importante es tener una casa y entretenimiento”. Opinión que comparte Alexis Quintana, responsable de Urban Cómics, en Tomás Morales. Quintana coincide en que las ventas crecieron después del encierro de forma “espectacular”. La tienda de tebeos y vinilos que regenta desde hace 14 años recibe lectores y curiosos casi a todas horas. Para él, las películas y series de superhéroes han incidido en la aparición de nuevos clientes.

Moebius es una de las tiendas de novela gráfica y cómic más antiguas de España

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En la misma línea y en la misma calle trabaja Curro Lozano, de la tienda Universo Paralelo. Después de los meses de cierre obligado ha notado un crecimiento en las compras, si bien matiza que “tampoco ha sido una entrada en masa, pero sí que se ha vendido más”. Otra cosa que ha mejorado a raíz de la catástrofe pandémica ha sido su página web. Aprovechando el tiempo que tuvieron que pasar en casa, pusieron a punto la tienda digital. Mientras Curro atiende a una clienta en el mostrador, un motero, con casco incluido, entra preguntando por camisetas de la serie Stranger Things. “Lo siento, se han agotado, puedes mirar en la librería Moebius, en la Peregrina, puede que allí tengan”.

Saliendo ya del mundo del tebeo moderno y la novela gráfica, el sector de la literatura infantil también ha salido beneficiado tras el Estado de Alarma que tuvo a todo el país entre cuatro paredes. Tener entretenidos a los más pequeños de la casa se convirtió durante los meses de esta extraña primavera en preocupación nacional.

“Hay un resurgimiento del cómic y de la cultura pop de los 90”, cuenta Curro

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“Los libros que más vendemos son sobre sentimientos y valores. Se está trabajando mucho con los que ayudan a los niños a pasar el duelo y el divorcio”, explica Mari Ángeles Núñez, dueña de la librería infantil Hada Lucía, que además es un centro especial de integración laboral de personas con discapacidad: Ache Canarias. “Se llama así porque la ache es la única letra discapacitada del abecedario, es muda”. Ubicada en la calle Travieso, este rincón de hadas, duendes y unicornios es un espacio mágico para los peques y para sus padres, que encuentran una gran variedad de puzzles, lecturas y libros interactivos. Es el caso de Jorge Pazos, lector empedernido que trata de inculcar a su hija el gusanillo de la lectura. “Le leemos cuentos cada noche antes de dormir”, explica mientras ojea el próximo regalo, un ejemplar infantil de Leyendas canarias. Una buena forma de matar dos pájaros de un tiro: engancharla a los libros y a la cultura canaria.

Hablando de Canarias, calle abajo en la esquina con Cano se encuentra la librería del Cabildo, que ayer a mediodía no cabía en sí misma del trajín de curiosos que entraban y salían sin cesar. “Parece que la gente ha recuperado el hábito de leer”, afirma Javier García, uno de los dos libreros que se hace hueco entre la afanosa clientela. “Ahora, además, vienen buscando muchas novedades, como Rozando la eternidad, La cultura del agua o los libros de Alexis Ravelo, que se venden mucho”.

El libro en papel desbanca al formato electrónico, que se ha estancado

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Las callejuelas de la zona de Triana son un paraíso para los amantes de los libros, en los 500 metros que van de la librería Sinopsis, en Domingo J. Navarro, a la Moebius, en la Peregrina, hay al menos seis librerías. Todas ellas abarrotadas en estas fechas.

“Las ventas han aumentado y han venido muchos clientes nuevos, supongo que la gente quiere prepararse por si hay otro confinamiento”, aventura Maite Alonso, empleada de la librería Sinopsis que ya trabajaba allí en los tiempos en los que era la Nogal, hace cinco años . Lo que más está pidiendo la gente es narrativa y libro infantil y juvenil. “Es una alegría, significa que hay una nueva cantera de lectores”. Además, han tenido un repunte de autores canarios, como es el caso de la tinerfeña Andrea Abreu, que a sus 26 años de edad ha conseguido que su Panza de burro vaya por la sexta edición. “Ha sido una pasada, han volado”, concluye Alonso.

Callejeando un poco por el centro de la ciudad, en la calle Senador Castillo Olivares, llega uno a Canaima, una de las veteranas. En este templo de la cultura es normal ver alguna que otra cola para entrar, lo cual es una buena señal, sobre todo porque pasan rápido y el tiempo de espera es simbólico y prudencial. Su gerente, Antonio Rivero, es además secretario de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL). Desde su cargo y su conocimiento afirma que “en toda España se están teniendo ventas un poco superiores a otros años”, lo que ha permitido recuperar las pérdidas por los meses que permanecieron cerrados.

La librería Hada Lucía es un centro de integración laboral de personas con discapacidad

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“Como ahora se pasa mucho más tiempo en casa, se está leyendo más y eso se nota en las ventas”, afirma. Y es que como ya sabía la protagonista del libro más famoso de Roald Dahl, la mágica Matilda, la lectura aporta una visión de la vida y del mundo que uno no ha visto y permite viajar sin necesidad de salir de la habitación. Por esto mismo el género que menos se está vendiendo es de libros sobre la pandemia. “Hubo un boom al principio, pero no están saliendo, la gente no quiere leer sobre eso”. Bastante tienen con haberla vivido.

Si las pequeñas librerías de la capital han visto crecer sus ingresos después del confinamiento, lo mismo han hecho las grandes, como es el caso de El Corte Inglés. Durante el día de ayer la sección librera de la primera planta parecía un hormiguero de lectores empedernidos. Las colas en zig-zag dibujaban un mapa de senderos que se bifurcan, un laberinto de laberintos que termina en la caja registradora.

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